Caracas, 01 Agost. AVN.- Los XXI Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010 dejaron un excelente balance para la delegación venezolana, que se marcha con la distinción del subcampeonato general, tras recolectar 321 medallas, distribuidas en 113 doradas, 104 de plata y 104 de bronce, que le sirvieron para escoltar a México, campeón de la justa con 384 preseas (133, 129 y 122).

Venezuela reclama el subcampeonato por cuarta vez en su historia. Caracas 1959, fue la primera vez, Cuba resultó campeón con 132 preseas (53, 37 y 42) y los criollos le escoltaron con 100 (35, 31 y 34); luego llegó la oportunidad de Kingston (Jamaica) 1962, cuando México triunfó con 89 (37, 25 y 27) y los tricolor les siguieron con 57 (15, 27 y 25).

La última ocasión, previa a la cita boricua, ocurrió en San Salvador 2002, cuando una vez más los aztecas (146, 114 y 101) se llevaron el lauro y Venezuela le siguió con 108, 103 y 79.

Elsa García, viceministra de Deporte de Rendimiento del Ministerio del Poder Popular para el Deporte, ya adelantaba un balance que anuncia será completado y presentado en Caracas:

“El deporte nacional sigue mostrando el avance en todos los terrenos. Se siente una satisfacción muy grande cuando el trabajo en equipo, el trabajo de hormiguita, mancomunado con las atletas, y con cada una de las federaciones, siguiendo los lineamientos del Ministerio y del Gobierno Nacional, da frutos como éstos”, aseveró.

La delegación, compuesta por 517 atletas (321 hombres y 196 mujeres), demostró que el hito de más de 200 preseas conquistadas en los Bolivarianos 2009 y que se realzó con el tercer lugar logrado en suelo neogranadino en los Suramericanos Medellín 2010, tomó cariz de certeza al quedar para los registros la marca de 113 oros conquistados (superando los 108 de San Salvador) y de más de 300 preseas por primera vez en la historia.

Pero el detalle también deja entrever una sólida actuación de los criollos. Entre las 38 disciplinas deportivas que se disputaron en cuatro países (Puerto Rico, Colombia, Guyana y Venezuela), la “Generación Dorada” conquistó el primer lugar en nueve deportes: karate, esgrima, lucha, softbol, ciclismo de pista y de ruta, ecuestre, fútbol y natación; y terminó en segunda casilla en otros 17.

No sólo la eficacia deportiva quedó en evidencia, también el efecto que la masificación deportiva está generando en la representación atlética del país.

De esas 38 disciplinas, el país obtuvo metales en 25, sin olvidar que en cuatro no hubo representación (patinaje artístico, bádminton, ciclismo de montaña, esquí náutico y hockey).

También en registros y marcas Venezuela mostró contundencia apoderándose de 16 récords centroamericanos y caribeños: ocho en natación, tres en levantamiento de pesas, uno en tiro con arco, uno en atletismo y uno en ciclismo.

Venezuela también probó alegrías novedosas. Por primera vez la natación le arrebató un título a México en natación (14 oros vs.6), el ciclismo hizo lo propio en la ruta y en la pista frente a Colombia (4 vs. 0 y 9 vs.8, respectivamente) y el ecuestre alzó por primera vez en su historia el título por encima de potencias como México y Colombia.

Resultados contundentes tienen su raíz en un sistema de piezas engranadas. Pero el impulso y la supervisión de ese proceso proviene del mismo punto.

“Ni mexicanos ni colombianos podían creerlo. Ellos venían confiados en que la mayoría de las medallas se las iban a disputar entre los dos, así que fue bastante emocionante porque nos preguntaban qué habíamos hecho para lograr estos resultados y la verdad es que la respuesta es bastante sencilla, al fin tenemos un Gobierno que nos apoye”, resumió con tino la vicepresidenta de la federación nacional de ecuestre, Patricia Zilio de Ferrando.

Por si fuera poco, Venezuela le legó a los XXI Juegos una constelación de figuras para deleitar a historiadores deportivos y enorgullecer a compatriotas anhelantes de referentes positivos.

Entre los 10 primeros multimedallistas, Venezuela colocó a tres: Albert Subirats (4°, cinco oros, dos plata y un bronce), Olga Bosch (6°, cinco oros y dos bronces) y Andreína Pinto (9°, cuatro doradas y una plata).

Pero con una delegación joven, que promedia 25,8 años de edad (26,6 en hombres y 24,6 en mujeres), muchos tuvieron oportunidad de fulgurar.

Leyendas vivientes del deporte nacional como la ciclista Daniela Larreal (cuatro oros, en cuatro pruebas), el pesista Julio Luna (tres oros, en tres pruebas) y el karateca Antonio Díaz (campeón por cuarta vez consecutiva en kata).

Atletas en plena recuperación como la garrochista Keisa Monterola, quien se robó el show tras saltar 4,20 metros y regresarle al país un oro en el atletismo tras una espera de 51 años, cuando Benilde Ascanio logró el suyo en salto de altura (Caracas 1959); y promesas como el nadador de 17 años de edad Cristian Quintero (tres doradas, tres récords) son un ejemplo de ello.

En el colectivo también hubo espacio para el destello. El softbol conquistó las doradas en ambos géneros; el masculino lo hizo por segunda vez consecutiva y el femenino por tercera.

La dupla masculina de voleibol de playa se proclamó campeón por primera para Venezuela, el virgen balonmano masculino se llevó la medalla de plata y la clasificación a los Juegos Panamericanos de Guadalajara y el polo acuático femenino pisó el podio también por vez primera y con plata (hombres y mujeres).

Entre tanto éxitos no hay que obviar a aquellas disciplinas que no llenaron las expectativas.

El beisbol criollo, comandado por el ídolo Luis Sojo en rol de mánager, y hombres con experiencia y resonancia en la pelota criolla como Tomás Pérez, Luis Landaeta, Luis Jiménez o Selwyn Langaigne, sólo pudieron escalar hasta el quinto puesto.

Hay también hay que mencionar al voleibol masculino, equipo al que una vez más se le escapó el oro Centroamericano, una meta jamás conquistada.

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