"Que el padre José Virtuoso, rectopr de la UCAB, tome cartas en el asunto y llame a capítulo al decano Carlos Luis Suárez", solicita la denunciante de lo que considera "grave situación".  

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Una "grave situación" en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Andrés Bello, que tiene su sede en el Instituto de Teología para Religiosos (ITER) de Altamira, en Caracas, denuncian confidencialmente a través de Enfoques365, en procura de una pronta intervención de las autoridades rectorales de esa prestigiosa casa de estudios.

En comunicación enviada a nuestro buzón de correo electrónico, la denunciante describe a la UCAB como una “Institución académicamente impecable que se caracterizó siempre por defender el pluralismo ideológico y religioso”.

Sin embargo, pasa a exponer la situación concreta de su Facultad de Teología, con gran preocupación crítica. Los hechos narrados son los siguientes:

1.- “La situación laboral del personal docente, empleados, personal subalterno y alumnado de este centro de estudios es cada vez más tensa y desesperada. Esto ha ocurrido en los últimos semestres, debido a la posición de preponderancia absoluta que el Decano de la Facultad de Teología de la UCAB y Rector del ITER, Pbro. Carlos Luís Suárez ha otorgado de facto a la Administradora del ITER, Ana Murcia…”

2.- “Se ha despedido a la calle al humilde conserje de la institución que laboró durante más de 20 años y residía con su familia en el edificio, sin reconocerle indemnización alguna por haber mantenido una cantinita de empanadas para los estudiantes por décadas, y sin garantizarle la más mínima posibilidad de vivienda”.

3.- “Se ha retirado ilegalmente, sin respetar la inamovilidad, a algunas muy pobres secretarias, aseadoras y hasta al vigilante del estacionamiento, para irlos sustituyendo siempre por familiares de la Administradora. La manera en que la susodicha Administradora realiza personalmente los despidos es denigrante de la condición humana de los obreros y ha causado terror entre ellos”.

4.- “Todos los trabajos de mantenimiento de la edificación, tales como, impermeabilizaciones y pintura son confiados invariablemente a sus más cercanos parientes y pagados a muy buen precio”.

5.- “En cuanto al brillantemente calificado profesorado de laicos y religiosos, las vejaciones son permanentes y las amenazas cotidianas. Así, a aquellos profesores que a la vez son religiosos no se les reconocen prestaciones sociales de ningún tipo, contradiciendo totalmente la legislación laboral. A varios empleados subalternos la Administradora, por antipatía, les realiza descuentos indebidos e ilícitos, de forma caprichosa y sin que se oigan sus reclamaciones”.

6.- “El maltrato al estudiantado de pregrado y postgrado, sobre todo a la hora de cobrarles las matrículas groseramente, es desagradable. Quien se atreve a alzar su voz se ve repelido de forma altanera por esta funcionaria con el apoyo irrestricto del Decano. Éste catedrático, en reciente oportunidad, tuvo un fuerte altercado con una monja, licenciada y doctorada, pues, ésta, con valentía, protestó airadamente ante los maltratos de Ana, a quien ya llaman ‘la Papisa del ITER’”.

7.- “Los malos manejos de los fondos de la institución, confiados a la Administradora, son patentes, y la transparencia financiera y administrativa no existe. El dueto Decano-Administradora, al parecer, obvia los controles y orientaciones del Consejo de la institución”.

8.- “Ya que la Facultad funciona fuera del campus de Montalbán, este triste panorama es completamente desconocido por el Rector de la UCAB, Padre José Virtuoso, hombre probo que se ha distinguido por su compromiso con la causa de la justicia social”.

En consecuencia solicita “que Virtuoso tome cartas en el asunto y llame a capítulo al Decano Carlos Luis Suárez para que con su episodio romántico no siga mediatizando la rectitud de esta Facultad. Ya es hora de que la Conferencia Venezolana de Religiosas y Religiosos (CONVER), que es la responsable del ITER, intervenga y le pida cuentas a este incontinente individuo que está arrastrando por los suelos el prestigio de la Educación Universitaria venezolana y dejando muy mal parados los valores morales y cristianos de la UCAB”.