* Los glaciares andinos podrían desaparecer en los próximos 20 años, por el aumento de la temperatura, y los bosques tropicales perderían entre 20 y 80 por ciento de su actual extensión.
Darío Montero entrevista al economista JOHN NASH
MONTEVIDEO, mar (Tierramérica ) - Con un informe lapidario sobre el futuro de América Latina y el Caribe si no se actúa para abatir el cambio climático, el economista John Nash defendió el rol del Banco Mundial y destacó la necesidad de ampliar los mecanismos de desarrollo limpio.
Nash, economista líder del Banco Mundial para la región, planteó un escenario dramático si no se llega a un acuerdo que suceda al Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005 y que expirará en 2012.
Ése será el propósito de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará en diciembre en Copenhague.
Hay que ampliar el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) previsto en Kyoto, incluyendo un programa para la Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD) que extienda el comercio de créditos de carbono, dijo Nash.
El MDL permite que gobiernos y empresas del Norte industrializado superen sus límites de emisiones de gases invernadero a cambio de invertir en proyectos limpios en el Sur pobre.
En las negociaciones "vamos a tomar plenamente en cuenta los derechos indígenas", afirmó Nash en entrevista con Tierramérica en Montevideo, donde presentó el informe "Desarrollo con menos carbono: Respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático", del cual es coautor.
Por el cambio climático, la agricultura regional podría colapsar, con una reducción de entre 12 por ciento y 50 por ciento en América del Sur para 2100, sostiene ese documento. Los glaciares andinos podrían desaparecer en los próximos 20 años, por el aumento de la temperatura, y los bosques tropicales perderían entre 20 y 80 por ciento de su actual extensión.
TIERRAMÉRICA: ¿Cómo recibieron este informe los gobiernos?
JOHN NASH: En general, satisfactoriamente. La duda más importante que algunos plantearon fue sobre el mensaje de que el mundo en desarrollo debe participar en los esfuerzos para reducir las emisiones cuando "es un problema creado por los países ricos".
Entendemos bien este punto de vista. Pero se pueden tomar muchas medidas que no son incompatibles con el crecimiento y los planes contra la pobreza.
TIERRAMÉRICA: ¿Qué evaluación hace del mercado de carbono?
JN: Nadie esperaba que estos mercados fueran la solución total del problema; la intención era establecer una serie de programas piloto. El plan ha sido más o menos exitoso, pero las reducciones que resultan de los mercados no son de una escala que puedan afectar las metas acordadas.
Hay que ampliar el Mecanismo de Desarrollo Limpio, incluyendo acciones para evitar la deforestación e incentivar programas sectoriales y políticas que puedan alcanzar la escala de reducción de emisiones que necesitamos.
TIERRAMÉRICA: ¿Qué responde a las críticas de que ha favorecido más a las corporaciones que a los países en desarrollo?
JN: Tienen razón. Los bonos verdes pueden satisfacer las obligaciones de las empresas sin reducir sus emisiones de gases en sus países de origen, por eso debe establecerse que actúen las naciones ricas, que tienen sus propios compromisos de reducción, en particular Estados Unidos.
TIERRAMÉRICA: Como propuesta de ampliación está el REDD. ¿Qué posición tiene el Banco?
JN: Reconocemos la importancia de esta propuesta y por eso hemos establecido este mecanismo, que tiene dos partes. Una es el apoyo a gobiernos, para lo cual se han escogido 20 países en desarrollo, 10 de ellos de América Latina y el Caribe, a los que el Banco Mundial brinda asistencia técnica para programas piloto de preparación al régimen posterior a Kyoto.
Pero cada país tiene su propia estrategia también. Apoyamos el derecho de cada Estado a seguir su propio sendero. Por eso vamos a tener varias experiencias, lo que probablemente pueda ayudar en la selección de cuáles son las mejores.
La otra parte es un mecanismo para financiar proyectos concretos de desarrollo anti-deforestación.
TIERRAMÉRICA: Se cuestiona la falta de participación de los indígenas, habitantes naturales de las zonas afectadas.
JN: El Banco tiene políticas de salvaguarda, que deben seguirse al preparar cada proyecto, y una es proteger a los indígenas. En este proceso de preparación post-Kyoto vamos a tomar plenamente en cuenta los derechos de esas comunidades.
Creo que no va a haber inconsistencias. En muchos casos, una de las maneras más efectivas de proteger los bosques es crear un sistema de tenencia de la tierra para las comunidades que viven en esas áreas.
TIERRAMÉRICA: Precisamente, uno de los planteos es la falta de títulos de propiedad de esas áreas…
JN: Sí, hasta ahora una de las causas que alienta la deforestación es que nadie tiene la propiedad del terreno y entonces vienen las empresas a explotar los recursos. Espero que en el futuro se cree un sistema de tenencia de tierras para esas comunidades, como mecanismo de protección de los bosques. Así terminaremos con este problema.
TIERRAMÉRICA: En el marco del REDD pueden caber los programas de inversión en forestación para uso industrial, como las plantaciones para la producción de papel. ¿Cómo ve el Banco Mundial este riesgo?
JN: El Banco financia estos proyectos al sector privado, es verdad. Pero, aunque no es mi área, sé que hay políticas de salvaguarda también y son muy cuidadosas de los efectos ambientales y sociales negativos de los planes que se financian.
TIERRAMÉRICA: ¿En Copenhague se alcanzará finalmente un acuerdo?
JN: Creo que sí..., o no llegaremos a la próxima reunión.
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* Este artículo fue publicado originalmente el 28 de marzo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.
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