“Enfrentarse a la candela es ver una imagen imponente

que habla y te dice que te quiere arrebatar la vida”

 

 

“Siempre somos los primeros en llegar pero los últimos

en recibir el apoyo de los gobiernos”

 

 

Revelan que el déficit de efectivos alcanza a 4 mil 800 bomberos en el área metropolitana de Caracas. De su parque automotor apenas funciona el 20 por ciento

 

 

 

nIrene Gutiérrez G.

                                                           

 

Todo  bombero sabe que a cada instante, en algún sitio, en cualquier momento, alguien necesitará de su  ayuda. Sabe que no hay descansos y sí muchas comidas sin terminar, fiestas sin festejar, citas sin cumplir… Todo bombero sabe lo que es dejar a un ser amado para ir a  ayudar a un desconocido y enfrentarse con el dolor de la fatalidad y la tristeza de la muerte. Sólo unos pocos buscan su destino en la difícil responsabilidad de ser bombero, pero… ¿Qué es lo que motiva  a alguien a ser bombero?

No cabe duda que debe haber valores como el sacrificio, la solidaridad y la abnegación, junto a una gran vocación de servicio.

 

GRAVE DÉFICIT

 

A los bomberos se ingresa voluntariamente y quien se hace bombero requiere de un compromiso verdadero y una real dedicación de servicio, que implica sacrificios personales en pos del beneficio de la colectividad

Pero junto a estos valores hay circunstancias que hacen más noble aún esta profesión.

El teniente coronel Edgar Alvarado, Jefe de Operaciones del Cuerpo de Bomberos Metropolitanos, revela que en el área metropolitana de Caracas sólo hay 3 mil 200 bomberos para cinco municipios, lo que significa que hacen falta al menos 4 mil 800 efectivos más para cumplir con la norma de “un bombero por cada mil habitantes”.

En lo que va del año 2009 se han prestado más de 9 mil servicios y durante el año 2008 hubo entre 35 y 40 mil. Lo más difícil es que trabajan con pocos recursos y prácticamente sin vehículos, pues del parque automotor bomberil sólo funciona el 20 por ciento aproximadamente. El resto está en el estacionamiento de San Bernardino esperando repuestos o presupuesto para su arreglo.

 

CON LAS UÑAS

 

Sin duda alguna, es el capital humano lo que mantiene a esta institución.

José Scott, 27 años de edad y siete en el Cuerpo de Bomberos Metropolitanos, afirma que cada vez se enamora más de su carrera. Para él, lo más difícil ha sido compaginar los turnos de trabajo con su familia, pues tiene esposa y un niño pequeño con quienes disfruta en sus descansos de 48 horas. Comparte la carga de los ingresos familiares con su pareja ya que sólo su sueldo no es suficiente.

-¿Qué valores le ha aportado ser bombero?

No duda mucho para contestar:

-El servicio al prójimo sin esperar nada a cambio. Ésta es una profesión que te enseña a ser realmente noble de corazón.

-¿Lo más difícil de ser bombero es...?

-Cuando voy a un servicio y hay niños involucrados… Se me parte el corazón y no puedo dejar de pensar en que pudo haber sido mi hijo. También la falta de recursos. Aquí trabajamos con las uñas. Muchas veces me pregunto cómo ayudo con lo que tengo.

-¿Y lo mejor?

-El servicio prestado y la cara de agradecimiento de quien lo recibió. Eso es lo que me llena de satisfacción.

¿Le gustaría que su hijo fuese bombero?

-La verdad es que no. Ésta es una profesión noble pero muy sacrificada. Aunque si él decide seguir mi ejemplo, lo apoyaría.

 

POCAS MUJERES

 

A partir del año 2002 las mujeres pueden formar parte del cuerpo de bomberos para  trabajar en áreas no administrativas del mismo. Esto quiere decir que si así lo desean y cumplen con los requisitos, pueden trabajar con las mismas exigencias y condiciones que tiene un bombero varón, además de hacer carrera dentro de la institución. Son pocas las mujeres que trabajan en la División de Rescate y Salvamento, cuyo fin primordial es el combate de incendios, rescate de personas en peligro y manejo de materiales peligrosos.

Adriana Montoya, de 21 años de edad y uno en el Cuerpo, es la única mujer iniciándose en la División de Rescate y Salvamento. Sus padres son bomberos y creció jugando con  el casco de su padre y correteando por la estación con otros niños durante los planes vacacionales. Su sueño siempre fue ser bombera pero reconoce que la realidad es mucho más dura de lo que se imagino.

-¿Cómo es ser  una mujer bombero?

-Al principio fue un poco difícil ser la única mujer. Estoy tan capacitada como cualquiera de mis compañeros y nunca me he sentido distanciada o diferente de ellos. Me tratan como su igual. Además, me gusta mucho ver la sorpresa de la gente cuando ve que llega una mujer a prestar un servicio.

Afirma que ser bombera le ha aportado mucha disciplina y sobretodo respeto por las diferencias. “Aquí no importa lo que se piense, el color, la raza o el credo. Aquí lo que importa es prestar el servicio con el mejor resultado posible”.

También para ella lo más difícil es compaginar los horarios; los estudios en el Instituto Técnico de la Institución y su novio, que también es bombero.

Una gran sonrisa ilumina su cara juvenil cuando dice, con ojos iluminados, que lo mejor de su oficio es la calle. “Estar en la calle ayudando a otros y la adrenalina que eso me produce”.

-¿Cómo se ve en el futuro dentro del Cuerpo?

-Tengo como referente a la comandante Francis Morán. Quiero ser como ella, llegar tan alto como ella. Me gustaría llegar a comandar.

 

LLORAR POR LOS NIÑOS

 

De sus 42 años de edad, el sargento mayor Néstor Nexans tiene 20 de servicios. En su familia es tradición ser bombero: su abuelo, su padre, su tío y su hermano llevan en la sangre la vocación. Él comenzó en la Brigada Juvenil a los nueve años. Se retiró para hacerse profesional, pero el llamado bomberil fue mucho más fuerte y volvió por sus fueros.

-Ser bombero –dice- no es sólo apagar fuegos, ayudar y servir a la comunidad. Es también enseñar a tu entorno el valor del servicio incondicional.

A los pocos meses de graduado le tocó vivir los sucesos del Caracazo desde los servicios de ambulancia. Y recuerda con dolor: “Era muy difícil ayudar a todos. Yo quería pero era imposible. Tuve que llevar a un bebé enfermo de hospital en hospital hasta encontrar alguno que lo recibiera… Pero ya fue muy tarde… No tuve el valor de decirle a su madre que había muerto. Lloré desconsoladamente pensando en todos los niños y en mis hijos.

Entre los valores que le ha aportado la profesión destaca el respeto por las personas. “No debe haber distingos de ningún tipo. El Cuerpo te enseña la hermandad y la amistad, pues tenemos que protegernos los unos a los otros y eso lo llevamos a nuestras familias y a nuestras comunidades”.

-¿Lo más difícil? El fuego. Enfrentarse a él es ver una imagen imponente que habla y te dice que te quiere arrebatar la vida. Y por ser padre, también me mueve todo lo que le pasa a los más pequeños. Así mismo, me toca el corazón ver que alguien muere a pesar de toda la ayuda que le hayamos prestado, y sobretodo cuando cae un compañero”

-¿Y lo mejor?

-La satisfacción del trabajo cumplido, el agradecimiento y alivio de las personas a quienes ayudo. Pero lo que más me gusta es ver a mis hijos jugar con mi uniforme como si fueran unos superhéroes. Supongo que así es como me ven.

-¿Qué desea para el futuro del Cuerpo?

-Recursos, más recursos… No hay unidades… Somos los últimos en recibir el apoyo de los gobiernos pero los primeros en llegar siempre. El parque automotor en el 2008  estuvo operativo nada más que en 20 por ciento. Y esa situación se mantiene. Por ejemplo este carro escalera que pertenece a la estación Chacao no funciona desde hace más de un año. Trabajamos con lo escaso que tenemos, pero nos sobra mucho sacrifico y abnegación, honor, rectitud y honestidad, que al final es la mística que mantiene a la institución. Sobre todo deseo que no nos pongan colores políticos. Nuestro trabajo es incondicional y para la comunidad.

 

 

 

Fuera de servicio

 

Visitar el Cuartel Central “Comandante Victorino Jordan Pestana” es constatar que los recursos llegan tarde y poco. El día de nuestra visita los ascensores no estaban en funcionamiento y se notaba que el mantenimiento se hace como se puede. En la Estación de Chacao los recursos son más escasos todavía: no hay unidades vehiculares para trasladarse a atender una emergencia y el hermoso carro escalera que allí estacionan está de adorno, pues está fuera de servicio. Si hay algún percance en Chacao, para atender una emergencia tienen que acudir unidades de otras estaciones, por supuesto las que estén en funcionamiento. ¿Será también así en las otras estaciones?

Y todo esto pasa de gobierno a gobierno metropolitano, de un alcalde a otro pero nadie mira a los bomberos con los mismos ojos con los que ellos nos miran… Con amor incondicional. IGG

 

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Sin color político

 

Un anhelo extendido entre la comunidad de los “apagafuegos” es que la institución no sea teñida de colores políticos. Sienten que su trabajo es y será siempre incondicional hacia la comunidad y no hacia quienes detentan o se disputan el poder.  Sin embargo, es muy elocuente la afirmación de uno de sus miembros, en el sentido que ellos son siempre los primeros en llegar al lugar de los siniestros pero los últimos en recibir el apoyo de los gobiernos.

En las últimas semanas ha crecido la preocupación de los bomberos por su destino institucional, presupuestario y laboral. El debate a propósito de la designación de un Jefe de Gobierno para el Distrito Capital (o más bien Jefa de Gobierno, pues la designada es Jacqueline Faría) ha generado incertidumbre. Se habla hasta de la posible división por municipios del Cuerpo de Bomberos Metropolitanos

Angel Rangel, Director de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Metropolitana, ha declarado tajantemente que dividir a la institución sería volver a un esquema superado: “Eso sería partir en pedazos a una familia de 72 años. Un retroceso enorme”.

Aparte de esa controversial posibilidad, entre los efectivos bomberiles causa temor la idea de que esta coyuntura ponga en riesgo el incremento salarial del 40 que les aprobó y anunció el alcalde Antonio Ledezma, que si bien sigue siendo modesto, ha sido recibido por ellos como un importante paso para el restablecimiento de su poder adquisitivo.