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Por Carlos Andrés Ortiz *

A fines del 2006, en el marco de un gran acto celebrado en un céntrico hotel de Buenos Aires, se relanzó oficialmente el Plan Nuclear Argentino, confirmándose la decisión de completar la Central Nuclear Atucha II, la cual había alcanzado un grado de avance del 80 %, al paralizarse por una decisión política en 1983.

En el acto del 2006 se anunció la incorporación de nuevos profesionales de distintas disciplinas, que la Comisión Nacional de Energía Atómica necesitaba imperiosamente, pues los efectos del congelamiento de vacantes impidieron los imprescindibles recambios generacionales, con las transferencias de saberes muy específicos, muchos de los cuales solo pueden pasarse en el marco de trabajos en equipo, con veteranos como conductores y valiosísimos docentes prácticos que transmiten experiencias de incalculable valor científico, profesional y técnico de altísimo nivel.

Actualmente trabajan 4.000 personas para terminar Atucha II para el 2010, la cual será la tercera central nuclear argentina.

Afortunadamente, las acciones ya en marcha o prontas a comenzar abarcan otras obras e iniciativas de gran importancia estratégica, y desde luego económica.

Está previsto en breve comenzar las obras de la cuarta central nuclear, con una potencia instalada del orden de 750 MW, para lo cual se contaría con el aporte técnico de la empresa nuclear estatal canadiense, con la que existen buenos antecedentes de obras y aportes tecnológicos concretados o en ejecución, como es el caso de la mencionada Atucha II.

La cuarta central se ubicará en el mismo predio cercano a Lima, Buenos Aires, donde se encuentran Atucha I y II. La decisión de la ubicación se habría tomado considerando la existencia de redes de alta tensión con capacidad operativa para incorporar el aporte de esta nueva central, además de su cercanía con General Rodríguez –el principal nodo de cargas del país- y del gran consumidor que es la Capital, todo el Conurbano, y el cinturón industrial que desde La Plata llega casi sin solución de continuidad bastante al norte de Rosario.

La quinta central, que se construiría en paralelo con la cuarta, es un importante desarrollo adicional del Plan Nuclear, que se encuentra en etapas previas a su lanzamiento efectivo.

Estas dos centrales adicionales, la cuarta y quinta, ya estarían aportando energía al SADI en el 2013, según las previsiones.

Pero también se está impulsando la construcción del primer prototipo del reactor modular CAREM, de tecnología totalmente nacional, el cual tiene un amplísimo mercado potencial tanto en Argentina como en el exterior. El año 2010 está planificado como el de lanzamiento efectivo del Programa CAREM.

A la vez, se avanza en las acciones conducentes a extender las vidas útiles de Atucha I y Embalse.

Todo lo precedente incrementará la participación nuclear en la matriz eléctrica argentina, disminuyendo los costos medios de generación al ser más económicas que las termoeléctricas convencionales (las que queman petróleo o gas), disminuyendo la dependencia argentina de los escasos hidrocarburos; y a la vez serán aportes ambientales significativos, pues es un hecho demostrado que las usinas nucleares evitan la emisión de los enormes niveles de polución gaseosa, fluídica, líquida y sólida que producen las usinas alimentadas con petróleo y gas.

Adicionalmente se trabaja en proyectos para incrementar la producción de minerales uraníferos, imprescindibles como combustibles de todas esas centrales.

Otra línea de trabajo tiene el objetivo de incrementar la producción de uranio levemente enriquecido, de mayor rendimiento energético que el uranio natural.

Recientemente se hicieron avances o se rubricaron nuevos acuerdos bilaterales de exportación de tecnología, bienes y servicios nucleares, lo cual refuerza el excelente posicionamiento internacional que Argentina alcanzó en este rubro.

Además de los efectos indirectos en la industria argentina proveedora de equipos y servicios, la CNEA y sus organismos asociados, están incorporando dotaciones importantes de jóvenes profesionales, científicos y técnicos, que serán parte sustancial de la "masa crítica" humana imprescindible para concretar tan importantes proyectos.

Cabe dimensionar en su enorme real magnitud, la fundamental importancia que todas estas acciones tienen para contribuir sustancialmente a transformar a nuestro país en una nueva potencia económica emergente, operando a la vez como efecto anticíclico en el marco de la crisis económica global actual. Además esto fortalece el rol como actor geopolítico mundial, de la UNASUR.

Esperemos que estas positivas realidades se analicen desde una visión estratégica y geopolítica nacional, no limitándola a los muy estrechos y generalmente mezquinos límites de los enfoques políticos partidistas. Lo permanente y sustancial debe estar muy por encima de las mediocridades politiqueras de bajo vuelo.

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* C.P.N. Carlos Andrés Ortiz: Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNAM. Especialista en Gestión de Producción y Ambiente. Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía.

http://www.argenpress.info/2009/01/buenas-noticias-en-el-sector-nuclear.html