La sociedad de consumo presiona permanentemente a que el consumo se materialice, sin importarle a nadie, de donde los individuos sacan los fondos, ni tampoco si ese consumo desenfrenado termina enfermándolos, es decir, volviéndolos adictos al: cómprelo y tírelo, o al juéguelo y diviértase.
A su vez, vemos como desde los medios masivos de la información y la comunicación emiten, permanentemente, mensajes advirtiendo sobre los problemas que acarrea la enorme cantidad de residuos de todo tipo que cada uno de nosotros desecha diariamente, los que terminan contaminando el planeta donde todos vivimos.
Es decir que mientras las sociedades se reproducen económicamente produciendo bienes para ser destinados al consumo, lo que a su vez permite el empleo de las personas en las empresas de todo tipo que existen en la sociedad. El planeta requiere de nosotros una conducta diametralmente opuesta, es decir, nos está pidiendo que moderemos nuestro consumo desmedido, o todo estallará por los aires en algún momento.
Estos mensajes contradictorios impactan de distinta manera a nuestra persona. Siendo la sociedad, a través de los medios de comunicación, la que incentiva, a través de la propaganda, a despertar nuestros deseos de poseer ese bien que tanto nos seduce y que de adquirirlo nos permitiría ingresar a su círculo de poseedores exclusivos. Ya que los bienes que todos podrían adquirir son los menos seductores.
Mientras que, otra parte de la sociedad, apela a nuestra responsabilidad sobre el daño que le estamos haciendo al planeta y la pesada herencia que les estamos dejando a nuestros hijos.
Hasta ahora están triunfando ampliamente los mensajes que invitan permanentemente a consumir por sobre las consecuencias que a todos deberían preocupar, y así lo manifiestan -de la boca para afuera-, los que exteriorizan una conducta ecológica sumándose al mensaje políticamente correcto de cuidar el planeta.
Es evidente, que existe la posibilidad material de que las sociedades, sobre todo las desarrolladas, pongan manos a la obra para que se creen los instrumentos necesarios para que las distintas sociedades nacionales pongan el acento en empezar de una vez por todas con la limpieza y el reciclado de los materiales de todo tipo que se han desechado. Por ser ellas las sociedades más contaminantes del planeta, debido a su mayor consumo per cápita de bienes altamente contaminantes.
Pero por ahora todo queda en declaraciones y palabras que se termina llevándoselas el viento.Enfoques365/REEDITOR-EG/MR
.
Enfoques365.net
SU MEJOR ALIADO INFORMATIVO INDEPENDIENTE
Suscríbase a www.enfoques365.net y reciba gratis
nuestro resumen diario de noticias a las 6 am y 6 pm
Twitter: @enfoques365
Facebook: enfoques comunicaciones
Envíe sus informaciones y opiniones a
.
*
|