Por Augusto Figueroa

A la gravedad de la recesión económica global expresada en la Gran Depresión en los Estados Unidos, la segunda en un siglo; la crisis en la zona del euro que tiene a la Unión Europea al borde del abismo y el enfriamiento de la economía china, que con su inmenso potencial comercial e inversiones paliaba los efectos devastadores del crash, se suma ahora el proyecto de ley que discute que discute el Congreso norteamericano para establecer a los productos importados.

Pekín ha interpretado este acto como una política proteccionista que constituye una violación de las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y advirtió que podría llevar a una guerra comercial.

    Por sus vínculos económicos y financieros China y Estados Unidos mantienen una relación muy estrecha y una desestabilización de esta relación podría alejar la salida de la actual crisis mundial.

    Sin embargo, existe un gran malestar en los círculos económicos y políticos de Washington por la alta evaluación del yuan con respecto al dólar y por el llamado dumping que producen los bajos salarios que se pagan en China a sus trabajadores. Esto, según los expertos tiene un efecto dumping que haría imposible la competencia con los productos del gigante asiático.

     Hasta ahora ambas partes mantienen inamovibles sus posiciones que ahora amenazan con estallar en un conflicto que en nada contribuye, más bien agrava, la situación de la economía mundial. Se trata de las primeras dos potencias del planeta. Estados Unidos es el primer cliente comercial de China. A su vez los chinos son poseedores de bonos del Tesoro estadounidense por tres billones de dólares.

     OPINAN LOS EXPERTOS

     En un mundo en crisis una guerra comercial entre dos socios tan poderosos y de los cuales depende que el mundo pueda avanzar a una salida de este escenario de crisis, el conflicto es deplorable. El proyecto de ley avanza en la Cámara de Representantes y ha sido aprobado en primera discusión por 79 votos contra 19.

     Creo que una guerra comercial afectaría de modo negativo y muy destructivo a ambas partes. Las dos economías son muy interdependientes y creo que ese escenario aboca a EU y China a una negociación más intensa, según opinó Xulio Ríos, directos  del Observatorio de Política china a BBC.     

      Mientras, el representante demócrata Charles Schumer, uno de los promotores de la ley, habla de una supuesta manipulación cambiaria china como una práctica depredadora, que socava la salud económica del sector manufacturero estadounidense y su habilidad para competir interna y globalmente.

      La respuesta china es que su moneda no es culpable del déficit comercial estadounidense. Desde 2005 cuando China liberalizó el yuan con una apreciación del 20 %,  y en estos seis últimos años, los EU no han solucionado ni los problemas del desempleo ni los del déficit fiscal, afirma Ríos.

      No creen los expertos que la ley pueda resolver  los grandes problemas de la Gran Depresión norteamericana. Pero, estamos en las cercanías de un proceso electoral y comienza la campaña para las elecciones generales de 2012. Republicanos y muchos demócratas han quedado atrapados por las redes de la derecha que  Tea Party va tendiendo en todo el territorio estadounidense con su prédica del miedo a todo lo que les huela a supuesto socialismo. Para éstos China sigue siendo comunista. No han entendido los cambios que allí se han producido en los últimos 30 años desde Deng Xiaoping hasta el actual presidente Hu Jintao.   

      La actualidad política estadounidense es de extrema sensibilidad ante estos temas relacionados con la crisis económica. El desempleo de más del 9 por ciento, por tanto afecta a unos 14 millones de trabajadores. La deuda de 14,5 billones de dólares llevada a un tope de 16,5 billones recientemente, lo que ha logrado es hundir más a la primera potencia mundial en el agujero negro de una crisis sin precedentes.

     FRENAZO CHINO

     Si a Estados Unidos lo afecta la confrontación con China debido a que han llegado a establecer una interdependencia debido a vínculos económicos y financieros que se expresan en cifras astronómicas. Para el gigante asiático también tendría graves consecuencias.

     No está China en un lecho de rosas. Tras dos décadas de crecimiento sostenido de 10 por ciento promedio del Producto Interno Bruto. Ahora viene la etapa de las vacas flacas. Está frente a un proceso de desaceleración de su desarrollo. Para 2012 el PIB caerá a 6 por ciento. Este año alcanzará 8. Esto significa que ha comenzado el enfriamiento de la economía recalentada durante dos decenios.

     Al reducirse los grandes mercados, Unión Europea y Estados Unidos, por la recesión. Obviamente las exportaciones e importaciones chinas que constituyen la base de su enorme crecimiento van a disminuir. Necesitará menos petróleo, lo que afectará a Venezuela, Perú y Ecuador. Menos soya y otros alimentos comprados a Brasil, Argentina y Uruguay. Menos cobre suministrado por Chile. China ha sido motor del  crecimiento de América Latina con sus compras e inversiones en los últimos diez años. La región creció hasta seis 6 por ciento este año, según el informe del Banco Mundial, impulsada por el comercio con los chinos.

     Venezuela ha intensificado su relación con Pekín con suministros e inversiones petroleras, créditos, contratos en diversas áreas. Los préstamos al Fondo Chino de 20 mil millones de dólares, la compra de petróleo a futuro. Por el cual el suministro de crudo se ha elevado a 500 mil barriles diarios. Gran parte de este suministro ya está pagado y no ingresará dinero por este concepto. En un momento de agudización de la crisis esto podría tener consecuencias graves por la caída de los ingresos que obligarían a una mayor entrega de concesiones petroleras a un mayor endeudamiento. Ahora la deuda total alcanza a 130 mil millones de dólares. Ya vemos las consecuencias que tiene el endeudamiento en los países europeos, hundidos en el caos. ¿Seguiremos ese camino hacia el desastre?/Enfoques365

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