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Dolores, Argentina, jul 10 (Telam).- Los cinco argentinos que en 1984 cruzaron el Océano Atlántico en una balsa de troncos, sin motor ni timón, celebrarán los 25 años de esa proeza el domingo próximo, en la ciudad bonaerense de Dolores, desde donde continúan con sus expediciones extremas y esperan la construcción del museo que albergará la nave.
El 12 de julio de ese año, los navegantes llegaron a Venezuela 52 días después de partir del puerto español de Tenerife, en la balsa "Atlántis", una réplica de la embarcación más primitiva que se conoce, de 13,6 metros, por 5,8, sobre la cual montaron un rancho de caña y pajas de un metro de alto.
La nave era una reproducción de las que se usaron hace casi 4.000 años en Africa, y en ella los expedicionarios flotaron arrastrados por la corrientes y los vientos, a lo largo de unas 3.200 millas marinas (5.000 kilómetros).
Lo que parecía una aventura con final feliz fue en realidad un viaje calculado durante varios años de estudios de cuestiones históricas y climáticas, explicó el comandante de la expedición, Alfredo Barragán, conocido como "El Capitán".
"No somos aventureros, somos expedicionarios, creemos en la planificación. El aventurero va a ver qué pasa; nosotros teníamos la certeza de que cualquier cosa que flotara y fuera arrojada al mar en la zona de canarias, debía llegar a América", dijo a Télam este abogado y deportista que nació y reside en Dolores.
Barragán estaba convencido de esa posibilidad y de que los africanos habían llegado a México unos 3.000 años antes que Cristóbal Colón, pero su teoría fue recibida con escepticismo en el mundo científico, que consideraba imposible esa travesía que desafiaba a la Historia y la Antropología.
"Expuse mi teoría, pero no fue tomada en serio. Yo estaba convencido que sí, de modo que decidí hacer una balsa para demostrar que aquella balsa africana era capaz de cruzar el océano", contó. Para ello convocó a sus amigos y deportistas Jorge Iriberri, Horacio Giaccaglia, Daniel Sánchez Magariños y Félix Arrieta, con quienes conformó una tripulación que en promedio tenía 36 años.
El Capitán aclaró que "fue absolutamente riesgoso, pero estábamos absolutamente convencidos que aunque la balsa se diera vuelta, igual nos iba a llevar a América".
"Tan seguro estaba que no llevé un timón ni por las dudas, sólo le pusimos una vela para que el viento nos llevara más rápido. El equipo de radio sólo estaba para alguna emergencia, y teníamos alimentos y agua para 100 días", añadió.
Navegaron alejados de todas las rutas marinas, y Barragán expresó que "esos 52 días estuvimos solos, nunca nadie estuvo tan solo, nunca estuvimos tan desnudos y jamás fuimos tan poderosos. No había fuerza en la tierra que nos disuadiera de este sueño".
El 12 de julio la balsa llegó al puerto venezolano de La Guayra y Barragán tuvo su reconocimiento, y aunque no probó que los africanos llegaron de esa manera a América, la teoría fue aceptada y desde entonces incorporada como materia de estudio.
"Atlantis es materia científica en todo el mundo, produjo una bisagra entre los historiadores; tanto en México, como en Naciones Unidas aceptan la migración africana precolombina, después de Atlantis", afirmó el comandante del viaje.
La Expedición Atlantis recibió homenajes en 22 países y su nombre y logo fueron dados a calles, colegios, plazas, gimnasios, agrupaciones de Scouts y a una película, que fue traducida a seis idiomas y es el filme argentino más vista en el mundo.
Sobre este 25 aniversario, Barragán sostuvo que "es muy difícil de pensar en una fecha redonda, porque desde entonces no ha habido un día en que no estuvimos conviviendo con Atlantis".
"El domingo, decidimos no hacer la gran celebración programada, debido a la situación sanitaria, y haremos un encuentro íntimo, con familiares, amigos y allegados", agregó.
La nueva fecha es el 16 de agosto venidero, cuando habrá un acto en la plaza Castelli, la central de Dolores, con numerosos invitados de los ámbitos oficial, político, militar, deportivo, de las ciencias, la cultura y estudiantiles.
Con sus compañeros creó en su ciudad el Centro de Actividades Deportivas, Exploración e Investigación (CADEI), que realiza expediciones extremas por tierra, mar y aire y asegura que es "uno de los centros de exploración más reconocidos en el mundo".
Barragán espera la creación del Museo de la Aventura, en Dolores, por parte del Instituto Cultural y el Ministerio de Infraestructura bonaerenses y el municipio local, cuyo elemento fundacional será la balsa Atlantis.
"Según lo anunciado por el Instituto y el Ministerio, se licita este año y se construye el año próximo, así que estamos esperando la inauguración, porque ahí pondremos todos los elementos de la expedición más el material del CADEI desde que fue creado, a disposición de quien quiera verlos y conocerlos, adelantó.