Caracas, 07 Jul. AVN.- Especialistas de distintas áreas que trabajan con el científico venezolano, Jacinto Convit, en el desarrollo de una técnica para el tratamiento, en principio, del cáncer de mama, a través de inmunoterapia o la denominada autovacuna, reiteran que todavía el proyecto se encuentra en fase experimental, la cual sigue arrojando resultados alentadores.

En ese sentido, en el auditorio del Instituto de Biomedicina, ubicado en el Hospital Vargas, se ha vuelto constante la realización de charlas informativas y orientadoras sobre el tema, dirigido a aquellas personas que lleguen al hospital con la esperanza de poder recibir este novedoso tratamiento.

El psicólogo social, Ignacio Moreno, quien trabaja directamente con el doctor Convit en la producción de herramientas comunicacionales para la difusión de avances científicos, explicó que “todo este boom con la técnica de inmunoterapia del doctor Convit ha generado un proceso en los medios que, de alguna manera, ha sido muy adecuada en el sentido del tratamiento de la información y lo que se publica. Sin embargo, la gente siempre escucha lo que quiere escuchar en función de sus propios intereses y ahí se generan confusiones”.

Por lo tanto, sostuvo, este tipo de charlas en las que se orienta a las personas respecto al proyecto que aún está en fase experimental, es importante.

“Buscamos precisar la información veraz en relación con este proceso. Les explicamos que se trata de un estudio científico sobre inmunoterapia del cáncer pero como se habla de vacuna, la gente cree que se trata de un tratamiento preventivo y no es prevención, es cura en algunos casos. Otra confusión común es si se trata o no de una aplicación masiva y tampoco es el caso”, señaló Moreno, al tiempo que precisó que el desarrollo del doctor Convit es, hasta ahora, un estudio científico para el cual sólo califican los casos de algunas personas con condiciones inmunológicas aptas.

Asimismo, el psicólogo señaló que otro de los aspectos importantes que la población -tanto ciudadanía como gremio médico- debe comprender es que resulta imprescindible el acompañamiento de un oncólogo, debido a que existe un seguimiento de inmunoterapia de cáncer necesario “ya que en términos generales se sabe que esta (técnica del doctor Convit) no es todavía una terapia conocida”.

En ese sentido, Moreno reiteró que “es importante que la gente entienda que esto no significa que se está curando el cáncer en el Instituto de Biomedicina, sino que es un estudio al que se está llamando a sumar voluntades tanto de pacientes que pueden calificar y tienen disposición (entendiendo un poco las particularidades de un estudio así) hasta profesionales que son importantes para el seguimiento de la parte oncológica y generación de nuevas investigaciones”.

Moreno consideró que, además del significado que tiene el desarrollo óptimo de esta nueva técnica de tratamiento del cáncer, es importante el impulso del estudio científico que el doctor Convit ha generado desde hace años en el país.

Inmunoterapia contra el cáncer tiene más de 100 años

La primera evidencia de "inmunoterapia" data de fines del siglo XIX, en 1892, cuando William Cloey, un cirujano neoyorquino apreció una mejoría notable del tumor que tenía uno de sus pacientes que había padecido previamente una infección bacteriana.

El doctor William Coley (1862-1936) fue un cirujano óseo y un investigador, pionero de la inmunoterapia del cáncer. Él desarrolló un tratamiento basado en provocar una respuesta inmune a las bacterias.

Infectó con bacterias a pacientes de cáncer y más tarde ideó una vacuna constituida por bacterias atenuadas para promover una respuesta antitumoral.

Estos tratamientos, que hoy se llaman inmunoterapias o terapias biológicas, porque se proponen atajar la enfermedad estimulando las propias defensas del enfermo, indujeron la regresión completa del tumor en algunos sujetos.

Tales métodos, sin embargo, no recibieron una amplia aceptación debido a la impredictibilidad de los resultados, sobre todo en pacientes en los que la enfermedad era muy avanzada.

En la actualidad, son muchos los estudios clínicos llevados a cabo en el mundo dentro de los que contamos los del doctor Jacinto Convit director del Instituto de Biomedicina, organismo adscrito al ministerio del Poder Popular para la Salud.

Según el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos existen estudios llevados a cabo con inmunoterapia para el cáncer de vejiga, cuello uterino, riñón, melanoma, melanoma múltiple, leucemia, pulmón, páncreas, próstata y tumores sólidos.

Hasta ahora, se conocen tres tratamientos inmuno-potenciadores comprobadamente útiles, en estudio, pero sólo para ciertos tipos de tumores y no para otros, estos son: inmunoterapia con vacuna BCG para cáncer de vejiga, melanomas malignos, cáncer de senos y de pulmón. Implantes de células autólogas (células del propio paciente) tratadas con anticuerpos para casos de linfomas malignos y la inmunopotenciación antitumoral, con L-TIAZOL, que se ha probado durante más de 20 años, algunas veces con resultados muy satisfactorios, incluyendo cánceres avanzados con metástasis declaradas o inminentes.

En Venezuela, el Dr. Convit en una investigación novedosa, prepara una llamada “autovacuna” con BCG, combinada con formalina, sustancia usada por investigadores norteamericanos para curar el Antrax, más tejido tumoral del propio paciente. Es un estudio que ha arrojado resultados alentadores, según sus propias palabras.

Con estas investigaciones se están abriendo nuevas alternativas, asentadas sobre las defensas de nuestro cuerpo para combatir el cáncer.

Es importante ganarle la carrera a este flagelo pues según cifras de la Organización Mundial de la Salud se prevé que, la mortalidad por cáncer aumentará un 45% entre 2007 y 2030 (pasará de 7,9 millones a 11,5 millones de defunciones), debido en parte al crecimiento demográfico y al envejecimiento de la población en el mundo.

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