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Por Nelson “Podpelúo” Ramírez
Después de ser obligado a bajarse de la mula en los peajes del hampa común -y de la no menos común-  roja, rojita, léase: el CICPC, el SAIME, el SEBIN, INDEPABIS, el SENIAT, el SETRA, PETRA, METRA, Guardia Nacional Bolivariana, Milicias Bolivarianas, ñero “Lencho” Marcano, también bolivariano, encargado de la sección de Sanidad Alimentaria del Consejo Comunal de la zona y hasta de José Vicente, (la vacuna express de este último, le llegó desde Caracas, bajo la consabida “venta”, pagadera en euros, de pegostes escultóricos, “…porque tú podrás estar en Margarita, muy apoyao por mi Presidente-comandante, pero no creas que por eso, te me vas a ir liso”), Moamar El Gadafi, el mismísimo Gadafi, el mismísimo que por 43 años cometió todas clase de tropelías como sátrapa de Libia, el mismísimo que, según su Pueblo, huyó como una rata, logró instalar un ventorrillo de empanadas, en playa “Parguito”, Distrito Luisa Cáceres de Arismendi, Estado Nueva Esparta.
Para un hombre previamente desfigurado por las sucesivas operaciones “estéticas”, un nuevo estiramiento o refrescamiento para pasar de incógnito, resultó asunto de simple rutina. Sin embargo, en “láisla” los cirujanos plásticos no cuentan demasiado: bastó y sobró invocar el precedente del espía Salazar, para que los súperagentes enviados por la CIA, no necesitaran indagar demasiado. En el aeropuerto Santiago Mariño, no habían tocado pista, todavía, cuando recibieron a bocajarro, el consiguiente  “confidencial”:
-Gadafi ¿Er Incógnito? ¡Zí, zí, zí! Entrando por playa Parguito, pregunten por “Er Turco” y ahí mismo, podrán encontrarlo, segundo quiosco a la derecha, despachando empanadas de cazón… 
 El ex presidente Libio, podrá ser, asesino, terrorista derribador de aviones, cual Posada Carriles, verrugón, ladrón, nalgón, medio mariconzón, a tenor de sus indumentarias y ese pelo pintao, corruptor de menores (a sus propios hijos los depravó en vulgares rateros), compinche de los pranes y malandros internacionales, incluido el pran mayor de Venezuela.  Pero  lo que no se le puede negar, es que sea un lince a la hora de hacer prosperar negocios.
Además, necesitaba darle apariencia “legal” a su estada en la Venezuela robolucionaria, por lo que en pocas semanas, amplió el menú de su tarantín. A saber: cannabis, fumado, inyectado, en guarapo y en supositorios. Siembra, elaboración y distribución de perico –no precisamente del que vuela, ni del que se come con arepa. Lavado de dinero negro, contrabando, varias franquicia de burdeles y, por supuesto, porque no podía faltar, el sicariato: “Bendo corte (de yugulares) barato”.
Cierta mañana, al salir del Consejo Nacional Electoral, luego de formalizar su candidatura, como abanderado del PSUV para una de las alcaldías margariteñas, El Gadafi, fue citado al despacho de su protector y pupilo más fervoroso. Más fervoroso, antes de sufrir, el arranque de celos que se narra a continuación.
-¡Birgen der Balle, santísima!  ¡Milagro, milagro! ¡Tanto tiempo sin darle abrazos y besos a mi baisano más adorado! ¡Véngase con esa bemba pa’ aca, mi compai!
- Párame, ahí, los abrazos y besos, Gadafi y además, deja esa ridiculez de imitar el modo de hablar de los ñeros. Uno te trae, te alcahuetea, te encubre, te regala una réplica de la Espada de El Libertador y hasta te expide una cédula chimba como nativo de Pampatar y ¿cómo me pagas? ¿Ah? ¡Alebrestádome al soberano, porque según tu campaña para alcalde, con la boloñota de petróleo que se mete Pdvsa, sí es posible arreglar los problemas, de vivienda, delincuencia, inflación, corrupción -a calzón quitao- desempleo, caos hospitalario, cortes de electricidad y carestía de agua potable!
Aquella tarde se consumó otra partida pa´tras, del tipejo que para salvar su pellejo es capaz de toda vaina. Desde ponérsele en decúbito ventral a los chantajes del colombiano, Juan Manuel Santos, hasta devolver, enguacalado, directo, de Playa Parguito a Trípoli, a “su hermano” Gadafi.
 Pa’ que los rebeldes libios lo guinden por los borceguíes y la réplica de la Espada de Simón Bolívar, se la metan por el…turbante. 
http://enopinion.tripod.com

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