Accedió a conversar con nosotros, después de los rezongos propios de quien desea hacerse rogar, pero que, como lo que es, un furúnculo complaciente, no aguanta dos pedidas: '¿van a volver a llamar a otro trastorno gastrointestinal, léase, furúnculo, diarrea, almorranas o empacho en una tripa, para que les salve, otra vez, la Patria?'

Para un hombre previamente desfigurado por las sucesivas operaciones 'estéticas', un nuevo estiramiento o refrescamiento para pasar de incógnito, resultó asunto de simple rutina. Sin embargo, en 'láisla' los cirujanos plásticos no cuentan demasiado: bastó y sobró invocar el precedente del espía Salazar, para que los súperagentes enviados por la CIA, no necesitaran indagar demasiado.

Los dos sabíamos que no habría próxima vez. Además, un sujeto que no supo vivir con dignidad no puede morir con dignidad, como lo demuestra la presente entrevista, imaginaria de manera provisional.

Chávez no ha vivido con dignidad, mal se le puede exigírsele que enferme con dignidad o que muera con dignidad. Allí radica el actual protagonismo, trascendencia, la relevancia, el estrellato, de un modesto furúnculo que en cualquier otro ser humano no pasaría de ser un episodio que no se tiene porqué novelarse o transmitirse en vivo y directo por cadena nacional.

Entre los lambebotas cundió la desesperación. Más sufrían ellos que su jefe con los retortijones producidos por un purgante de aceite de ricino que sabía a diablo, según las trágicas expresiones de sus rostros.

Más que una mala racha para los ex mandatarios forajidos, se trata de un aviso para todos los imbéciles que deliran cuando están en posesión de un cargo. Desde una prefectura civil hasta una presidencia de una republica.

Latifundio televisivo, silvestre y rupestre, como lo llamaría cierto alcalde del municipio Libertador, que pretende compensar con supuesta incondicionalidad, su merecida fama de guisador, holgazán y de inepto.

Pese a lo devaluado que están algunos premios internacionales, bien valdría la pena crear una nueva categoría para los premios del Ig-Nóbel: el Ig-Nóbel del Culillo.

La inauguración de Chorolandia, ha quedado suspendida hasta nuevo aviso. Pero los frustrados propietarios no se dan por vencidos. Ya están bregando algún subsidio o créditos blandos para concretar sus aspiraciones de 'mansión propia'.

En las frutas como en el ser humano, la maduración no puede completarse a fuerza de carburo. Un banano, un níspero, un cotoperí, lo mismo que un aspirante a concejal o a Presidente de Venezuela no debe –ni puede- contravenir el tiempo.

No es que en la Revolución Forajida, los políticos se comporten como delincuentes –que se comportan, comenzando por su Jefe Máximo- sino es que los delincuentes comunes, incluso los genéticos se han arrogado el apelativo de políticos.

La Alcaldía de El Hatillo, acaba de prohibir la fiesta brava. Una ridiculez, una majadería, una medida novelera que no es más que un lamentable desperdicio de tiempo y energía.

Guiso, trinquete, bajarse de la mula, no dejarme en el aparato, dame lo mío, ¿Cómo quedo yo ahí?, ¿Cuánto hay pa’ eso?, carne en el gancho, estar en el ajo, ir pegao, queso, ñiquiñuqui, chocozuela, clavarle el diente al jamón, mordida, zampada, la moñoñada, chaka-chaka, acercarse al sabor... son expresiones del léxico de la corrupción venezolana.

La internacionalización bolivariana ha sido una de las preocupaciones de su líder fundamental. Por consiguiente, nada más justo que llevar más allá de nuestras fronteras, la repartición de la propiedad.