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Por Nelson “iPodpeluo” Ramirez
 Jaquetón, sobrao, ganado de sí mismo. Con tal actitud, encontramos a El Furúnculo, instalado en su residencia situada en la cavidad pélvica, intestino grueso, entre las esquinas de Güirinei y Tripanecrosada, número 32. Los efectos de las pretendidas cirugías, raspados quirúrgicos, quimios y radioterapias, así como de los ensalmes de los babalaos cubanos, no parecen haber disminuido su vitalidad ni su crecimiento canceroso y desmesurado. Accedió a conversar con nosotros, después de los rezongos propios de quien desea hacerse rogar, pero que, como lo que es, un furúnculo complaciente, no aguanta dos pedidas.
 Abrimos la entrevista con una pregunta de rutina, en tales casos:
-Dadas las circunstancias actuales, usted, se ha erigido en árbitro supremo de los destinos de la Patria  ¿Está consciente de la tremenda responsabilidad que recae sobre sus hombros?
- Dígame una cosa, señor ¿Usted me nota cimbrao, torcío o encorvao, a causa de soportar una carga? ¡Claro que no! y la razón es  sencilla: destituir a un sátrapa, mandarlo preso o al otro mundo, no es función de un furúnculo. Pero ustedes los venezolanos son tremendos viva la Pepa. Le dan Poder a un zafio, le permiten que asesine, choree, viole derechos humanos, que les entregue el país a Fidel y a Raúl Castro y después cifran sus esperanzas en mi, como si yo fuese un héroe. Pues en lo que a mi respecta, se pueden ir muy largo al …(a estas alturas, nuestro entrevistado se ha puesto muy escatológico).
- Sin embargo –le replicamos- quiéralo o no, usted, tiene en sus manos la libertad, la restauración de la democracia, en una palabra, la salvación de la Patria.
- Salvación, un…(otra vez al furúnculo se le ha alebrestado la coprolalia). A ese sujeto lo tengo pidiendo pista o a punto de que con cualquier rolincito se venga pa' la goma. Pero ¿de qué les sirve que, yo, termine con lo que tengo que terminar si ustedes siguen siendo los irresponsables de siempre, que votan por el primer malandro o cabeza hueca, que les pasa por delante? Y cuando vuelvan a dar la cómica ¿van a volver a llamar a otro trastorno gastrointestinal, léase, furúnculo, diarrea, almorranas o empacho en una tripa, para que les salve, otra vez, la Patria?
El ambiente se ha cargado. Nuestro entrevistado intenta relajarse. Interrumpe la conversación, para servirse un “Irinotecán” on the rocks y nos invita a beber lo mismo. “No tiene de qué preocuparse –nos trata de convencer cuando le decimos que preferiríamos un güiski con soda- “Este Irinotecán es Made in Cuba. Como todo lo fabricado por la cacareada Revolución cubana no cura ni el cáncer colon rectal en fase terminal, ni un cipote. Sin embargo, yo lo aprovecho para coger mínimo”.
 -Agente desestabilizador ¿yo? –nos responde zumbón, cuando lo calificamos como tal - ¡Desestabilizadores son Giordani y Rodriguez Araque, por nombrar los más violentos, que adonde los ponen, acaban con, el parque industrial, el empleo, la energía eléctrica, la estabilidad monetaria o desencadenan un paro en PDVSA! En cuanto a las pretendidas disipaciones del paciente, le voy a decir algo que sabe cualquier, furúnculo, tumor prostático, infarto al miocardio o irritación en piel: la disipación más patógena es la del odio. Olvídese de la gula, el cigarrillo, el aguardiente y el abuso con otros carburantes de mayor octanaje. Las peores indigestiones, tronas, atoramientos, con todos sus efectos nocivos contra la salud, son los que producen nuestros propios humores internos.
-Cierta crónica irreverente lo ha tildado a usted de “furúnculo complaciente o rochelero”, que a la primera o segunda masajeada de los chinos, rusos, bielorrusos, cubanos, argentinos o de cualquier chulo que merodee por Miraflores, entrega millones de barriles de petróleo…
-Lo de complaciente y lo de dejarse masajear, por allá fumea – y El Furúnculo apunta con sus labios hacia Güirinei, que es, como escribimos al principio,  zona vecina de la que reside.
 La política internacional, ocupa la última parte del diálogo. Nuestro entrevistado comenta los movimientos populares de Libia, Siria, Egipto, Tunez, Yemen, que han puesto a tambalear o derrocado a gobiernos gamberros.
-Es que para deponer de la Presidencia a un hampón, hay que echarle testículos. Los únicos que creen que pueden hacerlo a fuerza de furúnculos, son ustedes, los venezolanos… 
http://enopinion.tripod.com

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