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Por Luís Manuel Escalante *

  Hace algunas semanas el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, refiriéndose a Globovisión, dijo que “si en ese canal hubiese alguien con un poquito de racionalidad, se podría repensar el caso…” Por supuesto se estaba refiriendo al inminente cierre de este canal de noticias, única alternativa que tenemos los venezolanos para ver otra versión de la información, y no quedarnos con una sola visión de los hechos.

  Es así como opera la democracia informativa en cualquier país civilizado. Tener varias versiones, a fin de poder formarnos libremente una propia opinión; pero todo indica que eso no es lo que aquí se persigue, lo cual nos aclara el entendimiento de hacia dónde vamos. Lo demás son simples justificaciones.

  No obstante y pese a estar consciente del proceso que se adelanta en Venezuela, me atrevo a preguntar cuál es el aval de este gobierno y el del presidente Chávez, para solicitar racionalidad.

  ¿Acaso es racional ante un desempleo formal que sobrepasa el 45%, en vez de dinamizar la economía para superar el problema, incluir a quienes cobran una beca y a los buhoneros, como empleados para decir que el desempleo no llega ni al 7%?

 ¿Tiene alguna racionalidad ver que los centros dispensadores de salud están al borde del colapso y que hasta “Barrio Adentro” tiene problemas de insumos y lo que se le ocurre al Gobierno es comprar un banco. Y para colmo, justo cuando se anuncia la quiebra del Banco Industrial?

  ¿Es racional, presidente, decirle al pueblo que “estamos blindados” y con la misma salir por varios países a buscar dinero prestado? Si estamos blindados ante la crisis porqué vamos a buscar préstamo. Eso, además de irracional es contradictorio.

  También luce contradictorio que en momentos cuando la criminalidad está desbordada, se desmantelan los cuerpos policiales y se utilizan las fuerzas del orden público para perseguir a opositores y no para frenar al hampa.

  Presidente, ¿acaso es racional, promover un desarrollo endógeno y al mismo tiempo inundar al país con importaciones? ¿Propiciar la siembra de caña de azúcar y luego importar este edulcorante en plena zafra nacional? ¿Ver las consecuencias de la política de los controles, y tratar de superarla con más controles?

  Son muchas las preguntas que podríamos hacerle, Presidente, sobre la racionalidad de su gestión, pero concluyamos con la de su obsesión: ¿Es racional insistir con una concepción ideológica que ha fracasado en todo el mundo? Si fuese la panacea no hubiese surgido la Perestroika, ni hubiese caído el muro de Berlín, ni mucho menos China habría abandonado los postulados de Mao.

  Ver al socialismo, a estas alturas de la historia, como la alternativa ante el capitalismo por la crisis que éste confronta, es olvidar que esta no es la primera ni la única depresión económica, y que siempre han surgido mecanismos para superarla.

  Pero volviendo al tema original de Globovisión, es bueno recordarle que Séneca aconsejaba a Nerón, no cerrarse a las críticas, ni tener sólo oídos para los adulantes, porque se aislaba de la realidad. Éste no lo oyó y confundió los aplausos del público por sus proezas deportivas y otras extravagancias, con una aprobación a sus gestiones como mandatario, empezó a hacer lo que le viniera en gana y llevó a Roma a la guerra civil y al fin de su dinastía.

  Presidente, no se aísle oyendo sólo alabanzas, tenga un poco de racionalidad.

* Periodista