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Por Augusto Figueroa

   Caracas, jun 25 (Enfoques365).- La simpatía del filósofo, lingüista, publicista y profesor del Instituto Técnico de Massachussets, Noam Chomsky, por el proyecto político del presidente Hugo Chávez, es conocida. Ello que ha sido muy útil al oficialismo para proyectar la imagen del mandatario en el ámbito intelectual internacional.

La referencia a una obra del escritor estadounidense en una asamblea de las Naciones Unidas, provocó que ese libro agotara varias ediciones y se convirtiera en un best seller.

   El Presidente no ha escatimado espacio para usar ese apoyo de Chomsky en sus homilías semanales en un intento por convencer en torno a una supuesta adhesión de prominentes intelectuales a sus ideas políticas.

LLOVIERON LAS CRÍTICAS

  Sin embargo, como ocurrió recientemente en un encuentro internacional de intelectuales de izquierda, convocado y financiado por el gobierno a través de del Centro Internacional Miranda, llovieron las críticas al “hiperlíder” y al culto a la personalidad, que promueve y estimula el Presidente venezolano en su discurso. Sorprendió la fuerza de los argumentos expresados en el núcleo de intelectuales al servicio de la "revolución socialista del siglo XXI".

   Los gobiernos autoritarios que se erigen con base en la infalibilidad del líder supremo terminan generalmente tras un proceso a veces largo, y otras veces no tanto. Pero, finalmente terminan por explotar.

La respuesta del Jefe y de algunos de su entorno inmediato como el canciller Nicolás Maduro fue contundente. Rechazo a todo diálogo que conduzca a corregir los problemas señalados por el razonamiento de los participantes en el foro. Peor, fueron insultados y agredidos, lo que no augura nada bueno para los críticos. El líder es infalible y debe ser obedecido sumisamente. Los intelectuales que no se sometan serán execrados y expulsado del santoral de la revolución. Ha sido el curso histórico de los regímenes militaristas.

LAS RESPUESTAS DE CHOMSKY

    Chomsky ha sido interrogado por los lectores de la BBC de Londres. Muchas fueron las preguntas que le formularon desde América Latina. Entre éstas sobre la influencia de Chávez en la región. En resumen señaló que “lo mejor que pudo pasar fue que George (W) Bush no haya prestado demasiada atención a la región”.

    Considera que “muchos de los programas (sociales) que ha iniciado (Chávez) me parecen bastante prometedores, como las misiones, los esfuerzos para reducir la pobreza. Ha impulsado la estrategia de integración en Sudamérica con el Banco del Sur y Petrocaribe. Todas estas cosas son muy positivas”. De las dos empresas que destaca el intelectual norteamericano, sólo la petrolera existe. Beneficia sólo a los receptores de combustibles enviados por Venezuela. El Banco del Sur sigue siendo un proyecto, cada vez más lejano. Y otros planes de integración se han quedado en anuncios, como el "Gasoducto del Sur" que resultó un fiasco fenomenal.

     No obstante las bondades  que el proyecto de Chávez tiene para Chomsky y que reconoce como “cosas positivas”, hay hechos que lo llevan a expresar duda e incertidumbre: “Creo que también hay grandes problemas en el país (Venezuela) como el alto nivel del crimen, enorme corrupción, elementos de caudillismo, la tradicional plaga latinoamericana”.

     También expresa Chomsky que le “gustaría ver un cambio en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Venezuela... No es sano ni bueno para ninguno de los dos países” mantener las relaciones como están actualmente, aunque reconoció que existen “buenas relaciones comerciales”.

    Recién, Washington y Caracas han anunciado el restablecimiento de los embajadores en sus respectivos cargos. Pero eso no bastará mientras exista una retórica de confrontación que aleja cada vez más las posibilidades de restablecer la confianza en la diplomacia como vía para resolver la conflictividad.