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* Más de 4.400 millones de dólares en aviones, helicópteros y fusiles ha vendido Rusia a Venezuela, y durante la próxima visita del presidente Hugo Chávez se sabrá cuánto le costarán al país los pedidos adicionales de sistemas de armas, entre ellos "una flota de tanques de guerra"

REACTOR NUCLEAR
Entre 2005 y 2007, Moscú suministró más de 4.400 millones de dólares en aviones, helicópteros y fusiles. En 2008 durante la quinta visita de Chávez al Kremlin se hicieron negociaciones por más helicópteros, aviones cazabombarderos y submarinos, entre otros artefactos. Ahora, según los informes el interés se diversifica con un gran pedido de carros blindados, tanques, sistemas de defensa antiaéreos Tor-1, lanzamisiles, varios submarinos diesel y decenas de buques.
En el marco de las negociaciones aparece también un reactor nuclear. Venezuela tuvo uno instalado en Pipe, bajo la responsabilidad del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Pero, según informes, ha colapsado o está inservible, por falta de mantenimiento. Mucho se ha especulado sobre el interés del gobierno de Chávez por ingresar al selecto grupo de países que participan en estas investigaciones a propósito del particularísimo interés en las relaciones con el régimen iraní de Mahmud Ahmadinejad que, con la cooperación de Rusia, instaló varios reactores, dedicados hoy al programa nuclear y el enriquecimiento de uranio, “hasta su ciclo completo”, según ha dicho el enigmático presidente de Irán.

RIESGO Y PRAGMATISMO
Preocupa a los expertos rusos en temas militares que la negociación no está exenta de riesgos por la disminuida capacidad de pago del gobierno de Chávez, aunque reconocen que es “una transacción arriesgada pero pragmática”. Pero, no solamente se trata de la caída de los recursos venezolanos, para Víctor Litovkin en un artículo de Nezavisimaya Gazeta “se corre el riesgo de que esas armas (los vehículos de combate T-89U) vendidas a Venezuela caigan en manos de los guerrilleros de las Farc”.
La advertencia de Litovkin no se queda aquí señala, que de acuerdo al momento en que se están haciendo las conversaciones que culminarán durante la sexta visita de Chávez a Rusia, los tanques se comprarían para hacer frente a la expansión militar estadounidense en Colombia. “Rusia armaría a un país que se opone a Estados Unidos, su socio estratégico, con el que pretende reiniciar las relaciones y negocia la firma de un nuevo acuerdo de desarme”.
Pero, las previsiones de los analistas poco cuentan a la hora de los intereses de los gobiernos, especialmente, cuando se trata de vendedores de armas. Moscú ocupa un lugar privilegiado, junto a Estados Unidos, como abastecedores de las tecnologías de la muerte. Muchos países, gobernados por autócratas como Putin y nuestro inefable mandatario, tienen como prioridad sus intereses de caudillos políticos por encima de las aspiraciones de progreso de sus pueblos.
Solamente la compra de los tanques rusos costará a Venezuela cerca de 230 millones de dólares que pasarán a engrosar la deuda externa de nuestro país que anda, al menos por los 50.000 millones de dólares. Esto, sin incluir el paquete total que tanto entusiasma a los jerarcas de Moscú. Analicemos por un momento que esa cifra podría disminuir sustancialmente la grave crisis de las parturientas venezolanas que no encuentran centros hospitalarios para tener sus hijos.
Las eternas remodelaciones de las instalaciones de salud y las carencias de insumos, corrupción y personal médico se han agravado al extremo de crear graves conflictos sociales y sanitarios. Todo esto, porque el gobierno prefiere armarse hasta los dientes para las guerras imposibles de Chávez, en las que irán de carne de cañón los pendejos. Porque el presidente estará en la retaguardia, bien lejos, y con los motores encendidos listos para volar. Remember el 4 de febrero de 1992.

RUSOS EN LA FAJA
En momentos de la recesión económica, aunque algunos países muestran una leve recuperación, Francia, Alemania y Estados Unidos, Rusia continúa seriamente afectada. Las compras venezolanas, bien sea por créditos o por concesiones otorgadas a las grandes empresas petroleras son importantes para la reanimación de los negocios de la antigua superpotencia.
Cinco grandes empresas rusas de petróleo y gas han recibido su tajada en el reparto que ha hecho Chávez de la extensa zona de la Faja del Orinoco, con reservas de petróleo pesado, entre las mayores del planeta, para su explotación conjunta con la estatal Pdvsa. En la economía de un país, como Venezuela, la explotación conjunta, la atracción de inversiones extranjeras es vital y no solamente en petróleo, también en todos los sectores de la producción.
Eso es lo que ha hecho China, al introducir las reformas de Den Xiao Ping, que la han transformado en una nación clave de la economía mundial. En la que reposan hoy las posibilidades de superación de la crisis y que pese a esta, mantiene niveles de producción por encima de cualquier otra nación del orbe, con un crecimiento del 7 % del PIB. Aunque lo niegue Repsol-YPF, la empresa hispano argentina está en marcha la compra por los chinos de esta empresa por 17.000 millones de dólares.
Entre las empresas rusas que aumentarán sus dominios en el Orinoco está la joya de la corona. Gazprom, vinculada estrechamente a los intereses de Putin y de la cúpula del Kremlin, que remataron las riquezas de la antigua Unión Soviética y se apoderaron de estas. Gazprom es una de las cuatro productoras de energía más grandes del mundo. Sus intereses compiten con el gigante Exxon. Así de poderosa. Por supuesto, Putin está feliz y espera a Chávez en San Petersburgo, para el gran abrazo del oso: venderle armas y ponerse la faja del gran río de las siete estrellas.

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Semanario LA RAZÓN

www.larazon.net

Caracas, 16.08.2009