Las fuentes dijeron que los rebeldes hicieron explotar primero un coche bomba estacionado frente al Concejo Deliberante de la localidad de Taji, al norte de Bagdad.

La mayoría de las víctimas son policías. El ataque dañó seriamente las instalaciones de una comisaría en Kirkuk.

Los atentados ocurrieron con 20 minutos de diferencia cuando están por llegar a su clímax rituales religiosos en Kerbala, a 90 kilómetros de Bagdad, con motivo del fin de un período de 40 días de duelo que observan los musulmanes chiitas, que son mayoritarios en Irak.

Desde el inicio de la invasión de Iraq en 2003, liderada por Estados Unidos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha registrado en Siria a 260.000 iraquíes, pero se estima que en realidad unos 1,5 millones han vivido en este país en los últimos siete años.

Los ataques fueron cometidos mientras se realizaban las ceremonias fúnebres de las víctimas del atentado el domingo contra una iglesia católica de Bagdad, Nuestra Señora de la Salvación, donde murieron 53 personas entre fieles, sacerdotes y policías, más los cuatro atacantes suicidas.

Un tribunal en Bagdad condenó hoy a morir en la horca al ex ministro iraquí de Relaciones Exteriores Tarik Aziz, acusado de haber participado en la persecución de miembros de partidos religiosos durante el régimen de Saddam Hussein.

Los iraquíes, a los que se les prometió desarrollo tras el derrocamiento de Saddam Hussein y la llegada de las fuerzas de Estados Unidos en 2003, sufren la falta de infraestructura como nunca antes, sobre todo en el sistema de suministro eléctrico.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró hoy oficialmente el fin de las misiones de combate en Irak tras siete años de guerra y llamó a "pasar página" en un país que a partir de ahora deberá hacerse cargo de su seguridad.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) denunció hoy que los últimos 30 años de guerras en Irak causaron 'decenas de miles de personas' desaparecidas.

Al menos 64 personas muertas y otras 219 heridas fue el saldo que dejó una cadena de atentados con nueve coches bomba registrados en ocho provincias de Irak, cuando faltan días para la partida del Ejército de Estados Unidos (EE.UU.) instalado en el país hace más de siete años.

El atentado contra un centro de reclutamiento del Ejército iraquí en Bagdad es uno de los más sangrientos perpetrados en Irak en las últimas semanas. La mayoría de las víctimas son soldados y reclutas.

El más grave de los ataques fue en el mercado de Al Ashar, en el centro de Basora, al sur del país. Las fuertes detonaciones provocaron importantes daños en edificios cercanos y dejaron atrapadas a varias personas dentro de los comercios, según testimonios de los supervivientes.

El Kurdistán es una región sin acceso al mar ubicada en el oeste de Asia y norte de Medio Oriente, reclamada por el pueblo kurdo pero dividida en zonas administradas por Siria, Armenia, Turquía, Iraq e Irán. 'Tenemos miedo de que las personas mueran aquí durante el ayuno de Ramadán (mes sagrado musulmán) porque las condiciones son muy pobres', explicó Halima Ismail, una mujer en el campamento de Doli Sahidan, cerca de la localidad de Sangasar.

La explosión coordinada de dos coches bomba en el barrio bagdadí de Al Mamunm, en el oeste de la capital iraquí, dejó al menos 30 personas muertas, medio centenar de heridos y profundizó los temores de un recrucrecimiento de la violencia política, según informó hoy el Ministerio del Interior.