Mar. 06 (Télam).- Los iraquíes votarán este domingo para elegir al gobierno que regirá al país durante la retirada militar estadounidense, en unos comicios que llegan precedidos de un aumento de los ataques rebeldes y de amenazas de muerte de Al Qaeda contra aquellos que se atrevan a concurrir a las urnas.
En vísperas de las elecciones legislativas, las segundas desde la invasión estadounidense de 2003 y el derrocamiento de Saddam Hussein, un coche bomba explotó en la ciudad sagrada de Najaf y mató a tres personas, en un atentado que evidenció los riesgos que correrán quienes desafíen las amenazas y vayan a votar.
En medio de un masivo operativo de seguridad, unos 19,8 millones de los 28 millones de ciudadanos iraquíes están habilitados para participar de los comicios, en los que más de 6.200 candidatos se disputarán las 325 bancas del ampliado Parlamento iraquí, según informó la agencia de noticias DPA.
Además de tener que gobernar al país durante el repliegue militar norteamericano y combatir a la insurgencia, el gobierno electo deberá trabajar por la pacificación de las históricas tensiones entre las comunidades chiita -mayoritaria y en el poder-, sunnita -la dominante en los años de Saddam- y kurda.
En las últimas elecciones parlamentarias, en 2005, las fuerzas políticas sunnitas cerraron filas y organizaron un boicot que arrastró al país al borde de la guerra civil.
Cinco años después, la situación es distinta: los sunnitas no sólo mostraron su voluntad de participar, sino que incluso organizaron campañas para llamar al voto a los miembros de su comunidad, en un intento por equilibrar el balance de fuerzas post-Saddam, netamente favorable a los chiitas.
También es diferente la situación de seguridad. Pese a la reciente ola de ataques preelectorales, el número de atentados y acciones rebeldes cayó de manera significativa a nivel nacional en los últimos cuatro años, sobre todo desde que muchos ex insurgentes sunnitas se volvieron contra Al Qaeda y, a cambio de dinero, se aliaron con el gobierno.
En virtud de este mejorado panorama, está previsto que luego de las elecciones se ponga en marcha la retirada militar estadounidense, un repliegue gradual que dentro de seis meses verá la salida de las tropas de combate norteamericanas y que debería completarse para fines de 2011.
Las encuestas en Irak muestran como favorita a la coalición Estado de Derecho del primer ministro Nuri al-Maliki, una alianza nacionalista de 40 partidos y 400 candidatos independientes en su mayoría chiitas pero también integrada por kurdos chiitas, líderes tribales sunitas y cristianos. Entre seis y ocho puntos por detrás se sitúa la alianza secular Al Iraquiya del ex primer ministro chiita Iyad Allawi.
En tercer lugar se encuentra la Alianza Nacional Iraquí, que aglutina a los principales partidos chiitas: entre ellos el Consejo Islámico Supremo y el bloque parlamentario del clérigo Muqtada al Sadr, una de las figuras más influyentes del país.
En paralelo a las elecciones, también se celebrará un referéndum sobre el Acuerdo para el Estatus de las Fuerzas, el texto que regula la retirada de las fuerzas estadounidenses.
Aunque se cree que ningún partido obtendrá una mayoría absoluta en los comicios, si la coalición del premier triunfa y logra formar un gobierno con aliados, se espera que Al Maliki intente consolidar los avances de seguridad antes del retiro de Estados Unidos y terminar las disputas políticas que minan la estabilidad.
Pero las cosas no serán tan fáciles para Maliki, de 59 años, como lo fueron en el 2006. Más aún después de los sangrientos ataques a ministerios y otros símbolos del poder del Estado. Desde el miércoles, al menos 45 personas muerto en atentados.
El más reciente ocurrió hoy en Najaf, 160 kilómetros al sur de Bagdad, donde un coche bomba mató a tres peregrinos -dos iraníes y un iraquí- que subían a un colectivo tras visitar el santuario del imam Alí, una de las figuras más reveranciadas del chiismo, según informaron fuentes policiales.
El viernes, el líder de Al Qaeda en Irak emitió un comunicado en el que advirtió a la gente que se quede en sus casas y no vaya a votar. En el texto, Abu Omar al-Baghdadi dijo que cualquier persona que salga mañana de sus casas en el horario de la votación, de 6 a 18, "se expondrás a la ira de Alá y a todo tipo de armas de los combatientes islámicos".
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