Los trabajadores del Consejo Nacional Electoral (CNE) participaron este sábado en una jornada que permitirá a los técnicos del ente medir el tiempo promedio que permanecerán los electores en sufragar.

La inclusión del Sistema de Autenticación Integrado (SAI) en la herradura electoral supone cambios que deben medirse milimétricamente, anunció en días pasados la presidenta del CNE, Tibisay Lucena.

El equipo SAI es un dispositivo que viene a formar parte de los otros dos componentes del sistema electoral: la máquina de votación y la boleta electrónica (usada para la elección de cargos de representación popular).

A través del SAI, el presidente o presidenta de cada mesa de votación verificará, con la huella dactilar, la identidad del elector. Al constatar su huella, éste activará la máquina y el ciudadano podrá votar.

En elecciones pasadas se utilizó la captahuella para la identificación biométrica de los electores. Se ubicaron en ocho estados del país. Ahora, el SAI, que viene a sustituir estos equipos, estará en las 38.538 mesas electorales que se dispondrán para los comicios del 7 de octubre.

Una de las interrogantes que estaban por medir los técnicos electorales era saber si el cuaderno de votación debía ser firmado antes o después de votar.

Hoy, de acuerdo con una nota de prensa del CNE, 1.480 trabajadores asistieron a dos simulacros instalados en los liceos Andrés Bello y Fermín Toro, de Caracas.

En uno de ellos se colocó el cuaderno de votación al inicio del proceso de votación, y en el otro, al final, a los efectos de evaluar la ubicación más eficiente, refiere la nota.

"Adicionalmente, se pusieron a prueba todas las situaciones probables frente al Sistema de Autenticación Integrado, como por ejemplo el no reconocimiento de la huella, la falta de miembros superiores, la identificación mediante la huella de alguien que ya había ejercido el voto, entre otras".

También se evaluó el uso de la planilla de regularización, forma que deben llenar los electores en caso de que, al momento de autenticarse, su huella no sea reconocida o no esté en los archivos del CNE. Se ha propuesto que quien deba llenarla se ubique a un lado y permita el paso del otro elector en cola.

Son detalles que, aunque parecen mínimos, deben ser medidos porque influyen en el flujo y podrían acarrear retrasos innecesarios.

La rectora del CNE Socorro Hernández estima que para las elecciones presidenciales del 7 de octubre vote entre 75% y 80% del padrón electoral que, se proyecta, estará integrado por 19 millones de ciudadanos.

A juzgar por el porcentaje que estima la rectora, el 7 de octubre votarían 15 millones 200 mil personas, lo cual indica que deben tomarse, tal como se ha hecho, las previsiones para garantizar elecciones fluidas.

Todas las probabilidades evaluadas en el simulacro de este sábado serán tema de estudio en los próximos días. Los resultados se presentarán a inicios del próximo mes.

En julio y agosto se realizarán otros simulacros para que los electores se familiaricen con las novedades del sistema de votación./AVN/KS