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Por Enrique Meléndez
         El ingeniero Francisco Rodríguez afirma que el ingreso per cápita del venezolano ha descendido a seis mil dólares en estos momentos, luego de haber estado situado por encima de los once mil dólares, y esto como consecuencia de la política de destrucción nacional que lleva a cabo el presente gobierno.
         Dice que en la estrategia económica del gobierno lo único claro es que se destruye, y lo que se pretende construir está por verse. 
         Ingeniero industrial, graduado en la Universidad Católica Andrés Bello, con estudios de mejoramiento profesional en Japón. Actualmente, cursa un doctorado en la Universidad Politécnica de Valencia (España). Se ha desempeñado como profesional del área de calidad y productividad en diversas empresas del área industrial de Venezuela.
         - Las estadísticas señalan que en Venezuela, en lo que se refiere a los ingresos, y los que se reparten entre el capital y los trabajadores, la brecha entre uno y otro ha venido creciendo a favor del capital, bien sea público y privado. Es decir, hemos llegado a la Venezuela en la que los ricos se hacen cada vez más ricos, y los pobres se hacen cada vez más pobres ¿Qué ha sucedido para que se haya producido este desequilibrio social?
         - Esta es una evidencia de lo que se genera cuando en el discurso público las florituras de las palabras pretenden esconder la realidad. En efecto, si tomamos que en el año 1998 el cincuenta y dos por ciento del valor agregado iba a remuneración del trabajo, y el cuarenta y ocho por ciento a los factores en torno al capital; en el 2008, que son las cifras más recientes que poseo, la situación se invirtió, pues sólo el treinta y nueve por ciento se destinó a la remuneración del trabajo.
         - De modo que si tenemos este resultado quiere decir que se gobierna en contra del factor trabajo, y esto es la consecuencia de la aplicación de una política económica, donde lo único que es claro es que se destruye, y lo que se pretende construir está por verse. Siempre hay un plan que se proyecta para dentro de diez años, de cincuenta años o de cien años. Pero, lo que se ve a cada momento es lo que se destruye.
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SALARIOS DEVALUADOS
         - Se han destruido los empleos, además, porque hay que tomar en cuenta lo que dice la Organización Internacional del Trabajo, en el sentido de se exige que se crea un empleo digno. No puede ser un empleo digno aquel donde por una casualidad se cobra a los quince días. Sino que es digno todo empleo donde hay seguridad de cuál es la remuneración, y esa remuneración de acuerdo a la definición de la OIT debiera estar en correspondencia a su esfuerza, a la calidad de su trabajo, y a las necesidades que se pueden realizar.
         - Cuando tenemos entonces una inflación galopante significa que el gobierno le mete la mano en el bolsillo a cada ciudadano, para quitarle su poder adquisitivo a través de ese impuesto perverso, que es la inflación, allí nosotros podemos ver de nuevo que la resultante no va remunerar al factor trabajo que debiera ser la perspectiva clave de quienes nos planteamos construir una sociedad que sea fruto del esfuerzo de los trabajadores, y no lo que se está haciendo ahora que se basa sólo en discursos.
         - Pero, se destruye el empleo, se destruyen las empresas, se persigue a los sindicatos, se persigue a la organización social de los trabajadores, y esto es lo que está resultando.
         - ¿En cuánto se encontraba el ingreso per cápita del venezolano para 1998, en momentos en que asume la presidencia Hugo Chávez, y en cuánto se encuentra para el día de hoy?
         - Prefiero más bien referirme a una noción diferente. La remuneración real del trabajo, y para no ponerlo en los términos que a un lector desprevino le resultaría dificilísimo: supongamos que en el año 1998 una persona ganaba cien; bueno, lo que está ganando hoy en día es ochenta y uno, es decir, casi una quinta parte menos de lo que ganaba. Estas son cifras de 2009, lo que significa que estamos hablando de la época de antes de la devaluación.
         - Así, si uno dice que ganaba cien bolívares en el año 1998, en el año 2009 gana 680 de aquellos bolívares. El problema es que, si algo valía cien bolívares en el año 1998, en el año 2009 va a valer 837. Esa es la realidad perversa en la que estamos. Cada vez tenemos que trabajar más para satisfacer nuestras necesidades de una manera más deteriorada.
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REMUNERACIÓN
         - ¿Cuál es el país con el mayor ingreso per cápita de la América Latina, y en que lugar se encuentra Venezuela al respecto?
         - Si nosotros vemos las estadísticas del año 2008, Venezuela aparecía, de acuerdo a las fuentes oficiales, y de acuerdo al valor nominal de la paridad cambiaria, que todos sabíamos que no respondía de una manera adecuada a esto, con un ingreso per cápita de 11 mil 247 dólares. En América Latina ese era, en efecto, un ingreso alto. Pero, una vez aplicada la devaluación, ese ingreso tiene una manera de verse y de leerse diferente. Ese ingreso tendría que verse a la mitad, y este es el drama que está sucediendo.
         - En Venezuela no pasa hoy en día el ingreso de 6 mil dólares, y si eso es así, hay que fijarse que esta cifra, en comparación con la de Chile, como me preguntaba, estamos a un trecho muy largo. Porque este país en el año 2008 reportaba 10 mil 089 dólares de ingreso per cápita, y esto sin tomar en cuenta el hecho de que este país creció, y nosotros decrecimos.
         - Imaginémonos que nosotros llegáramos a crecer un cinco por ciento interanual del Producto Interno Bruto (PIB), que es una tasa muy buena, y que para lograrla habría que hacer unos enormes esfuerzos de creatividad, de creación de empleos, de clasificación y remuneración laboral, para alcanzar a Chile, si es que este país no crece, doce años.
         - Alcanzar a la Argentina, que sabemos todos los problemas que ha tenido y tiene, con respecto a sus políticas gubernamentales, nos llevaría ocho años, y la única explicación que nosotros le podemos dar a esta situación de desventaja tan grande, es que se ha destruido el aparato productivo.
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FINCAS INVADIDAS
         - Según el presidente de Fedecámaras, Noel Álvarez, han sido invadidas unas 600 fincas a nivel de todo el país ¿Cuál ha sido el impacto que esta política de rescate de tierras, como la denominan las autoridades gubernamentales, ha tenido sobre el aparato productivo?
         - En el año 1998 se producía el noventa por ciento de lo que se consumía, por ejemplo, en materia de carne. Resulta que el año pasado no alcanzamos ni la mitad de lo que se necesitaba. Lo que uno puede ver, en consecuencia, es que esas políticas del campo que han incrementado la inseguridad, que han destruido silos, que nos han llevado a un nivel en el cual se hace muy difícil incentivar la inversión, que no sea la que el Estado directamente haga, y de modo que por esta vía no vamos sino al empobrecimiento del campo. Tenemos hoy en día menos producción.
         - El arroz constituyó el caso de un rubro que en su momento fue estimulado, al punto de que nosotros llegamos a exportar arroz. Hoy en día tenemos que importar arroz. El caso de la caña de azúcar también presenta esta situación: nosotros estábamos ya en capacidad de alcanzar la producción que necesitábamos. Hoy en día dependemos de lo que tengamos que importar.
         - La manipulación de conceptos como el de la seguridad alimentaria, cuando se colocan en contrapeso contra los resultados de la expropiación de los fundos productivos tendría que verse y revisarse, porque lo que se observa en cada experiencia es desinversión, menos producción, y esto nos está llevando a nosotros a una situación cada vez más difícil, que es la que confrontamos cuando acudimos al mercado o cuando vamos a comprar comida.
         - Para apreciar mejor el impacto de este tipo de medidas debemos plantearnos dos interrogantes: ¿qué ha pasado con las empresas que fueron expropiadas? ¿éstas están produciendo más que antes? La respuesta es no, y la otra interrogantes, es ¿cuál es el mensaje para los que están al lado, para los otros productores? El mensaje es la destrucción, pues se acaba con lo que ha se ha edificado en toda una vida, una familia que muchas veces lleva generación en ese proyecto de producción, y que no solamente constituye un problema para sus dueños, sino también para todo el tejido socio productivo de esa localidad y de esa región.
         - ¿Considera, como señalan algunos que las expropiaciones de las fincas de Diego Arria y Carlos Guyón responden más a razones políticas que a esta especie de reforma agraria que aplica el gobierno en el campo venezolano?
         - Totalmente, yo creo que, al igual que la expropiación del edificio La Francia, no puede creerse que allí se está construyendo algo determinante para el desarrollo del país. Se quiere hacer de eso una propuesta de modelo, como sí pudiera ser la situación que se vivió en Venezuela en la década de 1970 cuando se nacionalizó el petróleo.
         - Lo que se ha hecho con el hato de Las Carolinas, lo que se ha hecho con el hato de Guyón pudiera decirse que se trata de una cosa meramente personal o que es un tema de persecución política; pero en ambos casos es la misma situación: una utilización del poder del Estado para destruir a quienes no están sigilosamente cumpliendo lo que ellos dicen.
         - De los carniceros, el gobierno pasa ahora a amedrentar al gremio de los propietarios de los mataderos tras la cadena, que da origen, supuestamente, a la especulación en el precio de la carne ¿Usted cree que por esta vía se van a lograr contrarrestar las presiones alcistas que inciden sobre la comercialización de este rubro?
         - Hay una corriente de opinión que señala que, si por esa vía se va a lograr la estabilización de los precios, habría que darle el premio Nóbel de economía ese genio. Pero, resulta que toda la experiencia mundial, incluyendo la de Venezuela, lo que evidencia, es que por esa vía no se obtienen sino dos resultados.
          - En primer lugar, no se produce carne; en segundo lugar, el consumidor termina por no tener acceso a la carne, y si a eso se le combate importando más carne, resulta entonces que con eso no se está revitalizando la capacidad productiva del país. Estamos convirtiendo en más vulnerable nuestra seguridad alimentaria, que es el concepto que utiliza el gobierno.
         - La otra vertiente es que tengamos en cuenta que, una vez que hemos llegado a esa situación, se controlan todos los factores de la cadena, aprobando un subsidios para cada uno de ellos, de todos modos nos encontramos en un entorno que se está desajustando. La inflación que se está generando por la devaluación termina desequilibrando los ajustes en la cadena, y eso no puede entonces sino tener como realidad de expresión lo que está pasando esta semana; cuando los expendedores detallistas dijeron: yo no compro si no me venden al precio oficial.
         -Y no le pueden vender al precio oficial porque no se está produciendo en correspondencia a esos elementos.

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Peligra el tejido empresarial de Guayana
 
         - Conindustria señala que para 1998, había en el país unas catorce mil empresas, y de las cuales quedan unas ocho mil ¿A qué se debe, a su juicio, esa reducción del parque industrial?
         - El sector de la pequeña y media industria del país es clave para la construcción del bienestar de sus ciudadanos; para el desarrollo de la innovación; para el desarrollo de posibilidades de generar entonces ventajas competitivas a nivel mundial. En ese sentido, aquí lo que ha pasado es que se ha tenido a un gobierno que ha decretado como enemigos al sector empresarial, y así hemos visto que, en lugar de contar con una política de desarrollo de las diferentes fuerzas productivas del país, lo que hemos presenciado es la aplicación de una política de castración de todo el tejido productivo de Guayana.
         - Cada vez más se están palpando las evidencias del colapso industrial de toda la zona del sur de Venezuela, y si a eso le añadimos, entonces, todas y cada una de las persecuciones, la falta del disposición para agilizar los trámites de creación de nuevas empresas, estimulo a acciones para el ejercicio de un sindicalismo clientelar, posiciones antiempresariales, llegamos a un escenario en el que mantener una industria sólo es posible por parte de una transnacional, pues al sector de la pequeña y media empresa le cuesta mucho en esta condiciones sobrevivir.
         - Lo que ha podido darse como un reajuste del aparato industrial que teníamos, y donde era necesario que murieran unas empresas y nacieran otras, lo que ha habido es el cierre, como usted bien lo señala, de más del 40% de los establecimientos; lo cual lleva al deterioro de un indicador mucho más grave, como es el deterioro del empleo digno, y hoy en día puede que sea cierta esa cifra de 8% de desempleo, que registra el Instituto Nacional de Estadísticas, no debe dejarse de lado que más de 50% de los empleos de acuerdo a esa misma estadística están en el sector informal.
         - Una de las críticas que se le formulaban a los países de la región latinoamericana era que se trataba de Estados que en economía no pasaban de ser monoproductores. ¿Con esta reducción del parque industrial venezolano esa tendencia se ha acentuado en nuestra economía?
         - Totalmente, si vemos la composición de las exportaciones en el año 1998, el 31% de las exportaciones le correspondió al sector no petrolero. Claro, hay que tener presente que en ese año en el mercado petrolero se registró un precio muy deprimido. Pero hoy en día resulta que estamos sobre el 95%. De modo que no hay ninguna propuesta gubernamental, cuando se pretende que vivamos sólo de la renta petrolera. Es realmente criminal lo que se está haciendo a ese respecto.

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Pdvsa retrocede 50 años
         - El ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, viajó a Estados Unidos a los fines de ofrecer algunos bloques de la Faja Petrolífera del Orinoco, aun cuando hasta ahora el gobierno venía sosteniendo una política antiimperialista a ultranza ¿No resulta esto una hipocresía, tomando en cuenta además que no sólo dependemos hoy en día de la renta petrolera, sino que asimismo el único cliente que tenemos es Estados Unidos?
         - Un dato adicional a lo que usted dice: las exportaciones entre 1999 y el 2008 las exportaciones de Venezuela a Estados Unidos aumentaron 400%, y las importaciones desde Estados Unidos crecieron un 104%. Yo más que poner un calificativo, creo que el lector es lo suficientemente agudo para darse cuenta de esta situación, y añadiría algo, efectivamente, clave. El haber impulsado la destrucción del capital humano y el capital intelectual de Pdvsa, no nos ha reconducido sino a la posición en la cual los venezolanos tenían que esperar que la propuesta de los actores internacionales, que poseían el know how, y la capacidad para manejar la industria petrolera lo hicieran.
         - Es un retroceso de más de cincuenta años en lo que se había capitalizado a nivel humano en la industria petrolera. Se trata, en efecto, de una política contra el trabajo, y yo me atrevería a decir que se trata de una política antimarxista la destrucción de más de veinte mil puestos de trabajo en Pdvsa.

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Semanario LA RAZÓN

www.larazon.net

Caracas, 09.05.2010

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