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Duvalier se llevó de Haití ochocientos millones de dólares que depositó en paraísos fiscales europeos y en Gran Caimán, donde las mafias y corruptos de la región tienen sus cuentas bien protegidas.
 
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Por Augusto Figueroa
    
    El retorno del ex dictador Jean Claude Duvalier a Haití, tras veinticinco años de haber sido expulsado del poder,  es claro testimonio de la corta memoria de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
   “Baby Doc” sucedió a su padre Francois Duvalier en el poder. Tenía 19 años de edad cuando asumió el cargo como presidente vitalicio en 1971 después de la muerte de “Papa Doc” que había llegado a la presidencia por elecciones en 1957 y permaneció en la silla hasta su muerte, tal como es el sueño de todo aspirante a dictador.
     Jean Claude Duvalier fue expulsado del palacio presidencial en 1986, tras quince años de mandato. Durante los treinta años de dictadura del clan Duvalier fueron asesinados sesenta mil  haitianos. En las cárceles imperó la tortura y decenas de miles de opositores fueron a parar al exilio.
    También el ex sacerdote salesiano Jean Bertrand Aristide, ex presidente populista, exilado tras un segundo mandato presidencial se apresta a regresar a Puerto Príncipe, desde su exilio en Suráfrica. Aristide tuvo una accidentada gestión caracterizada por la represión de la oposición, pese a sus promesas de actuar con democracia y  resolver los grandes problemas del país más pobre de América Latina y de gobernar democráticamente. Una de sus ocurrencias fue inventar la tortura del caucho encendido, que colocaban sus esbirros en el cuello de los presos políticos.
PREVAL TIENDE LA CAMA
    El actual mandatario René Preval presidió a fines de 2010 un proceso electoral signado por un gigantesco fraude. Derrotado su candidato Celestine pretende colocarlo en el segundo lugar para dirimir con la opositora Maninnat ganadora de los comicios presidenciales y de tendencia demócrata cristiana el mandato presidencial. Lo que ha sido rechazado por la OEA y los observadores internacionales.
   El regreso tanto de Duvalier, como el posible retorno de Aristide, en plena crisis pos electoral no hace sino envenenar el proceso y buscar una salida aparentemente válida para declarar la nulidad de las elecciones y no cumplir con el trámite de elegir al presidente con los dos candidatos más votados. La nulidad tendría como argumento el cuestionamiento de la OEA que, como se ha dicho, rechaza que el candidato oficialista haya llegado en el segundo lugar.
   “Baby Doc” se muestra conciliador. No participará en el debate sobre el resultado electoral. Esperará, dice, las nuevas elecciones para lanzarse como candidato. Sabe que los anuncios de enjuiciamiento por crímenes y corrupción son puro montaje. Entretanto, la trampa está montada. Ante el impasse, Preval está dispuesto a llamar a un nuevo proceso electoral que abra las puertas a quien fue su antiguo enemigo y al que le tiende la cama para que regrese al gobierno cómodamente. Perdonado por sus atroces crímenes cometidos y de haber saqueado a Haití durante quince años. Duvalier no es tan bobo como lo pintan los opositores, se llevó 800 millones de dólares que ha depositado en paraísos fiscales europeos y en Gran Caimán, donde las mafias y corruptos de la región tienen sus cuentas bien protegidas. Nadie en el Caribe ni en Haití cuenta con tanto dinero para abrirse paso y retornar al poder en un país con tanta pobreza como el pequeño estado que comparte con República Dominicana la isla La Española.
   La maquinaria propagandística ha comenzado a funcionar. Se lava la cara del asesino y ladrón. Cientos de haitianos hablan en los medios y agencias internacionales de las bondades y beneficios de los treinta años de dictadura del clan Duvalier, quince de “Papa Doc” y quince de “Baby Doc”. Eso veremos en los próximos días. Parodiando el tango de Gardel podríamos decir: “Este mundo fue y sería una porquería, ya lo se. En 1810 y en 2011 también…”   
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                        Aristide también quiere regresar
 
    El ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, exiliado en Sudáfrica, intentó renovar su pasaporte para regresar a su país, pero el gobierno de Haití le denegó la validación del documento, según su abogado, Brian Concannon.  En contraste, el ex dictador haitiano Jean Claude “Baby Doc” Duvalier llegó sorpresivamente a Haití con su pasaporte diplomático haitiano en mano, procedente de su exilio en Francia.
   "Aristide está en su derecho de regresar al país, pero no se lo permiten", dijo Concannon. "Lo último que sé es que está en Sudáfrica, sin pasaporte para poder volver", añadió.

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