Votar: 

• Currently 0; ?>/ TOTALSTARS
• 1
• 2
• 3
• 4
• 5

126 Lecturas   

Por Julián Rivas
 
Un hombre bajó del avión en el aeropuerto de Carúpano. Vestía con paltó y llevaba una maleta ligera. Abordó un taxi y pidió que lo trasladaran al centro de la ciudad. Se bajó en la Plaza Colón. De inmediato lo abordó un muchacho limpiabotas. “Doctor, doctor, le limpio los zapatos”. El hombre aceptó. “Doctor, doctor, siéntese en este taburete”. “Doctor, doctor ponga el pie aquí”. “Le van a quedar bien pulidos, doctor”. “Listo doctor, son tantos bolívares”.
-Gracias, muchacho. Pero te diré algo: yo no soy doctor¡
-No se preocupe doctor, que aquí llamamos doctor a cualquiera que ande con un paltó.
Esta semana recordé esta anécdota a propósito de Ramón Guillermo Aveledo, jede de la Mesa de la Unidad Perrorabiosa. Ahora a Ramón Guillermo más de uno lo llama “presidenciable”. El asunto no llamaría la atención entre tanto aspirante a candidato presidencial perrorabioso. Henry Ramos Allup, Enrique Capriles, Leopoldo López, Eduardo Fernández, Manuel Rosales, María Corina Machado, y tantos otros que no tiene nada de raro que Aveledo esté en la lista, porque a fin de cuentas alguien lo debe estar promoviendo. Aunque Saltar de una liga de béisbol, donde su mayor hazaña polìtica fue parar la pelota en el paro cívico de 2003, no es una gran perfomance.
Aveledo es un hombre extremadamente culto, por cierto, en los mismos términos en que es extremadamente reaccionario. Pero yo le aseguro a la mayoría de los lectores de estas páginas, que son gente informada, que si llegan a ver a Ramón Guillermo en la calle, o en un aeropuerto, no lo reconocerán como el jefe perrorabioso. Podrán pensar, si lo ven y de paso se fijan en él, que se trata de un cura de pueblo, o un académico escapado de la Católica, o el fantasma de un intelectual del siglo diecinueve. ¿Pero que ahí va Ramón Guillermo Aveledo? Lo dudo. Ni siquiera en Barquisimeto lo conoce el pueblo.
Ahora, por esas cosas inexplicables en la política de las élites “democráticas”, Ramón Guillermo tiene el valor de decir al Nuevo Herald de Miami, que el presidente pierde popularidad después que la Asamblea Nacional aprobó las leyes habilitantes y las referidas al poder popular. Caramba.
LA RELIGION COMO TEMA DE CAMPAÑA
 
Es un artista Rafael Poleo. Dicen que tras la caída de Pérez Jiménez, Poleo entró en servicio de Rómulo Betancourt y por algo así como analogía, entró al servicio del Departamento de Estado de Estados Unidos. En el diario El Mundo, donde fue director,  Poleo se dedicó a la guerra sucia contra las guerrillas de los años sesenta. Luego fundó Zeta, y el gusanato batistero tomó sus páginas y la contrarrevolución fue estrategia publicitaria.
Por estos días de 2011 Poleo saca una imagen de la virgen en la Portada de Zeta: “En manos de la Coromoto. La Iglesia contra la tiranía”. De verdad, nada original.
Esta recurrencia de la Virgen y otros factores religiosos contra las transformaciones sociales siempre ocurre en momentos de convulsión política. Un ejemplo la rebelión de los cristeros contra la revolución mexicana. Igual la reacción del papado contra la España republicana. Sobran ejemplos.
Hay que ver los trabajos de Francois Mauriac, Premio Nóbel de Literatura en 1952, quien apoyó la revolución española y confrontó el uso de la religión contra las luchas de los pueblos por las transformaciones sociales. Por lo demás, en su obra literaria abunda la condena a esa clase de gente que presume de cristiana y está llena de prejuicios, egoísmos y maldad.
LA MANIOBRA GRINGA
No hay semana en que los voceros oficiales de Estados Unidos no se inmiscuyan en los asuntos internos de Venezuela. Ahora se incorporan los conservadores colombianos, declaran sobre cualquier asunto, desde Bogotá y hasta en Venezuela, cuando la dirigencia de la Mesa de la Unidad Perrorabiosa los invita al país.
Importante identificar la estrategia gringa, porque esa se reproduce a diario en los medios perrorabiosos.
Hay experiencia de las que se pueden extraer lecciones, como la lucha en Asia desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Keyes Beech, un corresponsal de prensa gringo, fue una pieza periodística en la estrategia de la inteligencia gringa en la región. Estuvo entre los ganadores del premio Pulitzer, de periodismo,  en 1951, por sus reportajes en la Guerra de Corea. Antes había acompañado a las tropas gringas en su desembarco en Iwojima, Japón, circunstancia por la cual su nombre es parte de la película “Banderas de Nuestros Padres”, dirigida por Clint Eastwood, de reciente data, 2006.
Resulta que Beech publicó un libro en 1971 llamado Not Without the americans, y traducido en español con el título “Asia, Muerte y Resurrección”. Es un relato de geopolítica gringa en Asia, mezcla de reportaje y ensayo, en cual el autor celebró a las naciones asiáticas que se alinearon con Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría, y condenó a los países antiimperialistas. como Corea del Norte y Vietnam del Norte.
Visto hoy, Beech se peló en sus proyecciones sobre China e India, hostiliza a sus líderes, y los identifica como países  estancados. La primera lección es que a la postre,  por lo que se evidencia en este siglo 21, India y China se proyectan como potencias globales. Por eso es que hay que tener los pies en tierra cuando se trata de defender los proyectos nacionales a nte las embestidas imperiales.
El Golpismo como receta imperialista
Es curiosa la campaña de la CIA para derrocar al presidente indonesio Sukarno. Hay mucha literatuira sobre el asunto hoy día. Pero lo que escribió Beech es una cartilla.  Para él el “régimen de Sukarno” era bombos, lemas y siglas. Todo por causa de su mensaje antiimperialista y de integración de los pueblos del Tercer Mundo, proceso que se plasmó en lafamosa conferencia de Banudung de 1955. “Quedé plasmado al descubrir que siempre había habido sentido común en Indonesia, pero que había estado oculto bajo varias capas de propaganda comunista y de la deslumbrante retórica de Sukarno”, dice Beech años después, luego del derrocamiento de Sukarno.
Sukarno siempre denunció la conspiración que a la postre lo desalojó del poder. Pero lo gringos presentaban a Sukarno como belicoso, que le gustaba la confrontaciónAsí la propaganda gringa estimuló divisiones en el ejército indonesio y promovió grupos estudiantiles que harían “parlamento de calle”, para cambiar el curso de la historia del país”, como reconoció Beech. Era un laboratorio lo que se montó en Asia hace medio siglo.
“En Asia… los estudiantes han sido la fuerza de choque… Son ellos quienes han derrocado gobiernos, encabezado los movimientos nacionalistas y demandado y obtenido modificaciones de los sistemas educacionales. Han contribuido a moldear la polìtica de los países nuevos. Son la élite. Generalmente, los estudiantes forman el grupo más numeroso de la nación orientado hacia Occidente. Se sienten atraídos por los valores, los métodos y la tecnologías occidentales. Son exigentes, saben protestar, se muestran impacientes y, con frecuencia, se apartan de la realidad. Quieren que las cosas se hagan inmediatamente”. Así, los gringos los utilizan.
“Lo que más me impresionó de los estudiantes indonesios –escribió Beech- fue su obstinado idealismo. De inmediato hace alarde de una entrevista a un dirigente estudiantil que dice que la Constitución de 1945 –todavía vigente- “es buena, pero no ha sido observada”. “No deseamos presidentes “vitalicios” como Sukarno”.
 Y así las cosas, los golpistas indonesios hablaron de que deseaban relaciones amistosas con los países vecinos, de que Sukarno “apartó a Indonesia” de las Naciones Unidas, en rechazo de la independencia de Malasia. El golpismo contra Sukarno enarboló la idea de restablecer el equilibrio económico, supuestamente perdido. Ah, también el gorilismo promovido por la CIA en Asia condenó el colonialismo oriental y occidental, “lo que significa que rechazamos el colonialismo comunista”, según un dirigente golpista.
Lo curioso de todo este asunto es que los gringos quieren aplicar estas recetas en todo lugar, y tiempo, como si los pueblos no aprendieran,  y están pelados.
Para cerrar,  un veterano agente de la CIA, jefe de análisis estratégico, llamado Frank Snepp, que ganó medallas de honor por su actuación en Vietnam en los años setenta, escribió sus memorias, especialmente, “Decent Interval”, en 1977, y en desacato de instrucciones de la inteligencia imperial dijo muchas verdades: Particularmente señaló que Keyes Beech era un viejo colaborador de la CIA.
El golpista Suharto, el instrumento de la CIA para que los gringos gobernaran Indonesia, reinó treinta años, dictatorialmente y robó como le dio la gana. Esta es la historia, compadre. Esto es lección para que las mayorías venezolanas pelemos los ojos y no caigamos en las provocaciones imperialistas que reproduce la prensa perrorabiosa.
A comer avispa que cigarrón atora¡¡¡

.