Caracas, 09 Jul. AVN .- Sudán del Sur proclamó este sábado su independencia en una solemne y larga ceremonia a la que asistieron una treintena de jefes de Estado y responsables de organismos internacionales, en la que no se evitaron referencias a las dificultades que tendrán para levantar desde la nada al nuevo país.

"Hemos esperado 56 años y este es un sueño hecho realidad", aseguró el presidente del Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit, en el acto de proclamación celebrado en Yuba, la capital del nuevo país, en el cual también juró su cargo al frente del gobierno y la nueva Constitución que regirá a sus ciudadanos.

Mayardit tuvo un emocionado recuerdo para los 2,5 millones de muertos que han provocado las dos sangrientas guerras civiles que los sudaneses del sur han librado con sus vecinos del norte, algo que, según subrayó, "hemos perdonado, pero no olvidaremos", reportaron agencias internacionales.

"Ahora tenemos en nuestras manos la responsabilidad de nuestro futuro", agregó Mayardit en el estrado en el que minutos antes el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, confirmaba que su país reconocía la secesión del sur y le brindaba su apoyo para entrar a formar parte de organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Al igual que Mayardit, Bashir apostó por el diálogo entre ambas naciones para resolver las diferencias que aún persisten, las cuales no han sido resueltas con el acuerdo de paz firmado en 2005 y que han permitido la independencia de los diez estados que desde hoy forman Sudán del Sur.

Precisamente el control, aún no definido, sobre el distrito fronterizo de Abhey y la vecina región de Kodofán del Sur, donde se concentran los recursos petroleros de la zona, enfrentan aún a los dos Sudán y mantiene abierto el riesgo de una nueva guerra entre ambos.

El respaldo de la comunidad internacional al sur sudanés se hizo evidente este sábado con la asistencia a los actos celebrados en Yuba de delegados de 70 países y casi una treintena de jefes de Estado, la mayoría de ellos de África.

El gobierno español estuvo representado por la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, y por varios diplomáticos acreditados en Jartum.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Aston, y el actual presidente de la Unión Africana y mandatario de Guinea Ecuatorial,Teodoro Obiang, fueron algunas de las personalidades que ofrecieron su apoyo a la nueva nación con discursos en los que apostaron por el diálogo entre el norte y sur para asegurar su viabilidad.

Fue lo mismo que hicieron el ministro de Relaciones Exteriores británico, Willlam Hague, los enviados de la liga árabe, China, Estados Unidos o el propio Haakon de Noruega, heredero de la corona de este país, quienes desearon al nuevo Estado, el miembro 193 de la ONU, que se desarrolle sobre principios como la justicia, la igualdad y el respeto a los derechos humanos.

El mausoleo de Jonh Garang, donde reposan los restos de uno de los héroes del país muerto en un accidente en 2005, fue el lugar elegido para la ceremonia a la que asistieron miles de ciudadanos, quienes no ocultaron su emoción e incluso rompieron a llorar cuando se produjo el izado de la nueva bandera del país y el repliegue de la de Sudán.

"Es un gran día. Ha habido mucha sangre en este país, pero estamos en el sendero de la libertad", afirmó Tereza Athian, una de las muchas asistentes que rompieron a llorar cuando se escucharon las notas del nuevo himno del país.

"Tenemos que recordar a la gente que se ha ido, pero su sacrificio no ha sido en vano. Ahora la esperanza de construir un nuevo futuro nos tiene que unir a todos", comentó Naomi Addhien, otra de las asistentes.

La República de Sudán del Sur es el primer Estado surgido en el siglo XXI y será, según las Naciones Unidas, el número 55 de África, un continente que no había vivido un proceso similar desde la secesión de Eritrea de Etiopía en 1993.

Las esperanzas de desarrollo de los sudaneses del sur, dedicados ahora mayoritariamente a la agricultura, están puestas en la explotación de sus recursos petrolíferos y de otros productos como el zinc, el acero, el cromo, la plata y el oro para lo que necesitan ayuda exterior.

El río Nilo, que cruza el país, devastado por dos guerras civiles, es también un potencial fuerte de riqueza relacionada con los recursos hidroeléctricos y el turismo de aventura. El nuevo país cuenta con una extensión de parques naturales vírgenes y una gran variedad fauna que su gobierno compara con las que tienen Kenia o Tanzania.

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