Por Humberto Márquez
CARACAS, 26 jun (IPS) - El embajador de Estados Unidos en Venezuela, Patrick Duddy, y el de Venezuela en ese país, Bernardo Álvarez, emprendieron el regreso a sus respectivas legaciones este viernes, pues ambos gobiernos levantaron la sanción de "persona non grata" que pesaba sobre cada uno desde septiembre de 2008.
"Se puede interpretar como parte del interés general estadounidense por reorganizar sus relaciones confrontacionales, como ha hecho con Siria y en parte con Irán en Asia, o con Bolivia y ahora Venezuela en Sudamérica", dijo a IPS Adolfo Salgueiro, jefe de la cátedra de derecho internacional en la caraqueña Universidad Católica Andrés Bello.
Destacó el experto que "ambos países tienen intereses por los cuales velar, siempre mejor con relaciones diplomáticas plenas y un embajador en la capital del otro Estado, precisamente para procesar mediante el diálogo sus diferencias".
Desde hace cinco años hay una intensa confrontación retórica, diplomática y política entre Caracas y Washington, lo que no impide que Venezuela se mantenga como gran proveedor de petróleo a Estados Unidos y el intercambio comercial entre ambas naciones alcanzara en 2008 un récord de 64.000 millones de dólares.
En septiembre, después de que el presidente boliviano Evo Morales expulsó al embajador estadounidense Philip Goldberg, acusándolo de conspirar contra la democracia e integridad territorial de su país, su par venezolano Hugo Chávez hizo lo propio con Duddy.
La acción de Chávez fue en solidaridad con Morales y también por "las reiteradas demostraciones de hostilidad del gobierno de Estados Unidos hacia el pueblo de Venezuela", según dijo entonces la cancillería venezolana.
Estados Unidos reaccionó declarando "persona non grata" a Álvarez y lo devolvió a Caracas, quedando las dos embajadas en manos de encargados de negocios.
La situación cambió cuando en enero Barack Obama fue investido presidente de Estados Unidos, y Chávez ha alternado las críticas al nuevo mandatario con llamados a establecer una relación más constructiva en medio de las discrepancias políticas.
Para subrayarlo de manera efectista, en la sexta Cumbre de las Américas celebrada en abril en Puerto España, Chávez se irguió ante las cámaras para obsequiarle a Obama un ejemplar de "La venas abiertas de América Latina", libro de cabecera de izquierdistas en la región, escrito hace décadas por el uruguayo Eduardo Galeano.
Chávez anunció entonces que solicitaba el plácet de estilo para un nuevo embajador, el ex canciller Roy Chaderton, representante de Caracas ante la Organización de los Estados Americanos, y se entablaron negociaciones entre ambas cancillerías.
Pero la designación de nuevos embajadores "es un proceso engorroso, sobre todo en Estados Unidos, donde los candidatos son objeto de un examen en el Congreso que puede tomar meses, así que las cancillerías tomaron una vía poco ortodoxa", explicó Salgueiro.
El mecanismo más fácil fue anular la sanción de "persona non grata" sobre los embajadores, quienes, por otra parte, no habían observado conductas indebidas sino que fueron expulsados como parte de una situación política que no manejaban directamente.
Venezuela "ha resuelto dejar sin efecto las medidas que pesaban sobre el embajador de Estados Unidos en Caracas, Patrick Duddy, en el entendido que, de acuerdo al principio de reciprocidad, las autoridades competentes de Estados Unidos han dejado sin efecto las medidas similares que pesaban sobre el embajador de Venezuela en Washington, Bernardo Álvarez", indicó el jueves un comunicado de la cancillería.
Un texto del Departamento de Estado (cancillería) en Washington señaló que Duddy "cuenta con la confianza absoluta del presidente Obama y de la secretaria (de Estado, Hillary Rodham) Clinton" y confía en que el regreso de los embajadores "ayudará a impulsar los intereses de Estados Unidos en mejorar la comunicación bilateral".
Álvarez se desempeñó durante algunos meses en Caracas como presidente del banco del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), un acuerdo de cooperación entre nueve estados de la región. "La normalización de las relaciones expresa un poco del cambio" manifestado con el gobierno de Obama, dijo.
John Caulfield, encargado de negocios de Estados Unidos en Caracas, consideró que "es importante tener representación diplomática completa para ofrecer la oportunidad del diálogo", pero descartó que ello signifique el fin de los puntos de vista encontrados.
Los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela "tienen visiones diferentes del mundo, de cómo manejar la economía, diferencias en las relaciones internacionales, y no creemos que con este restablecimiento de relaciones vayan a desaparecer, pero a pesar de eso vamos a continuar trabajando en las cosas que podemos trabajar", dijo Caulfield.
Salgueiro no cree que gestos como éste entre Washington y Caracas signifiquen un énfasis más decidido de Estados Unidos de atender a América Latina y menos una alteración en las prioridades de la diplomacia estadounidense.
Washington "da señales de querer más diálogo con los países con los que tiene diferencias sensibles, pero sus prioridades globales permanecen en la economía, en zonas álgidas del planeta como el Medio Oriente, Afganistán-Pakistán, la península coreana e incluso las relaciones con aliados como los europeos", opinó Salgueiro.
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