Por Eva Bartlett
GAZA, sep (IPS) - Abu Abed no logra obtener ganancias y, aunque tiene 54 años, todavía no se ha casado. "No puedo pagar mi alquiler ni afrontar económicamente una boda y luego mantener una familia", dice este palestino de Gaza.
Su comercio, de aproximadamente tres por cuatro metros, le cuesta más de 3.500 dólares anuales solamente de renta. Sus artículos están expuestos sobre mesas ubicadas en una concurrida calle peatonal del área del mercado de Saha, en la ciudad de Gaza.
Adquirió juguetes de plástico, calzados deportivos importados de China y otras mercaderías a través de los túneles que conectan, clandestinamente, a Gaza con Egipto. Por ellos tuvo que pagar un alto precio.
Un gran saco, originalmente de granos y ahora lleno de juguetes de factura barata, cuesta 30 dólares, pero el trayecto por el túnel agregó otros 70 dólares a los gastos de Abu Abed.
"Puedo ganar tal vez 20 dólares cuando venda estos juguetes, pero eso me llevará dos o tres meses", dice.
Ahora que está en curso el mes sagrado musulmán de Ramadán, entre sus mercaderías figuran decoraciones festivas y juguetes. Pero en Gaza el desempleo ronda 50 por ciento de la población económicamente activa y la pobreza alcanza a 80 por ciento de los habitantes, por lo que pocos pueden darse el lujo de comprar esos elementos, que ahora se venden a precios altos.
"Ese juguete cuesta 20 shekels" (5,3 dólares), dice Abed, señalando uno de plástico. "Debería costar cinco o seis (1,3 o 1,6 dólares). La gente no quiere comprarlo", explica.
Pero si Abu Abed quiere recuperar el dinero que invirtió, no puede venderlo por menos de 20.
Ghazi Attab, vendedor de frutas en el mercado de Saha, estima que 30 por ciento de sus productos se echan a perder debido a las varias horas que pasan esperando la autorización israelí para ingresar a Gaza.
"Los israelíes no permiten que las frutas entren a Gaza enseguida, así que éstas pasan cinco o seis horas en los cruces, bajo el sol", dice, señalando una caja de mangos ya no aptos para el consumo.
Hazem, padre de cuatro hijos, tiene un comercio en otra región de Saha. Allí los estantes están llenos de champú, cremas para el cabello y la piel, cosméticos, pasta de dientes, productos de limpieza y otros elementos de uso cotidiano.
Todas sus mercaderías ingresaron a la franja a través de los túneles, y a un alto precio. Antes del sitio de Israel a Gaza, Hazem importaba mercaderías utilizando los cruces israelíes.
"Compraba algunas procedentes de China y cuando llegaban a (la occidental ciudad portuaria israelí de) Ashdod llevaba otra semana que las revisaran e ingresaran a Gaza", recuerda.
Luego de que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) tomó el poder en Gaza, en junio de 2007, se produjo una notoria demora en la llegada de las mercaderías importadas. "Repentinamente, el ingreso de las importaciones a Gaza insumía dos meses", señala Hazem. Luego las mercaderías pudieron entrar únicamente en Ramadán, para luego no hacerlo del todo.
Aparte de perder una ruta directa de importaciones, Hazem tiene más de 80.000 dólares en juego.
"Cuando compré mercaderías de China en octubre de 2008, los elementos no estaban prohibidos", dijo, refiriéndose a las restricciones impuestas por Israel sobre lo que puede entrar a Gaza.
Según un informe publicado en mayo en el periódico israelí Haaretz, sólo se permite el ingreso a Gaza de entre 30 y 40 productos.
La mayoría de los artículos de la lista de Hazem están prohibidos. Dos contenedores llenos de esta mercadería descansan en un galpón de Ashdod, por el que desde octubre de 2008 paga 550 dólares mensuales. Allí hay ropa interior, medias, gorros, guantes, cinturones, bufandas, perfumes, cepillos de dientes y hasta mondadientes.
"Tenemos que pagarle a Israel un impuesto a las importaciones. Yo aboné 1.468 dólares por ese concepto, más lo pagado por las propias mercaderías", dice Hazem. Y eso se suma a los costos que implican los contenedores. "Pero no puedo devolver estas cosas a China", señala.
Hazem paga el alquiler con la esperanza de, algún día, importar los productos y dejar atrás las deudas, dice.
Según la Cámara de Comercio de Gaza, unos 1.700 contenedores de mercaderías importadas ordenadas por comerciantes de Gaza actualmente son almacenados en Israel y Cisjordania a la espera de que se les permita el ingreso a la franja.
Entre los productos listados por la Cámara hay vestimenta, zapatos, artículos electrónicos y juguetes.
Alrededor de la mitad de los contenedores están en depósitos desde 2007. Por el vencimiento de contratos y la cancelación de vínculos con los proveedores del exterior, la Cámara reporta pérdidas directas de alrededor de 10 millones de dólares, lo cual incluye los costos de almacenamiento y manejo de esos bienes, así como indirectas.
El 23 agosto comenzó el nuevo año escolar para casi 450.000 niños en Gaza. Muchos de ellos asisten a clases sin haber podido prepararse adecuadamente, dado que no se permitió el ingreso a Gaza de cuadernos y otros útiles necesarios en las aulas.
Tampoco se autorizó el material de la construcción para reparar las muchas escuelas dañadas por los ataques de Israel contra la franja, durante la guerra que tuvo lugar entre el 27 de diciembre y el 17 de enero.
Actualmente, el cruce de Karem Abu Salem o Kerem Shalom es el único punto de entrada para las mercaderías comerciales luego que el más grande y mejor equipado paso de Karni fue cerrado por las autoridades israelíes.
Karem Abu Salem no opera en toda su capacidad, y se producen largas demoras en las inspecciones a las mercaderías que van rumbo a Gaza.
Un informe presentado en agosto por la Oficina de Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCAH) de la Organización de las Naciones Unidas señala que en los primeros cinco meses de 2007 ingresó a Gaza un promedio de 583 camiones por día. Ahora, el promedio diario es de 112, de los cuales 70 por ciento transportan alimentos.
La OCAH también indica que "95 por ciento de los establecimientos industriales, o 3.750 establecimientos, fueron forzados a cerrar, y el cinco por ciento restante fue forzado a reducir su actividad".
Con los cruces cerrados o apenas funcionando, la mayoría de las mercaderías de Gaza son ingresadas a través de los túneles, pero por abultados precios. La semana pasada, las autoridades egipcias anunciaron la confiscación de los productos destinados a la franja antes del inicio del Ramadán.
Entre los millones de dólares en mercaderías confiscadas había madera, vidrio, equipos electrónicos, llantas, alfombras y grandes cantidades de caramelos, nueces y otros alimentos que se consumen durante el Ramadán.
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