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Por Augusto Figueroa

En un cuidadoso y muy diluido informe la Cancillería de Brasil, divulgado por la agencia cubana Prensa Latina, da cuenta del acuerdo de colaboración militar con Estados Unidos que tendrá su base en Río de Janeiro. Itamaraty tiene el cuidado de eludir el término militar y precisar que “el convenio permitirá fortalecer el diálogo entre los dos países y abrir nuevas perspectivas de colaboración en ese campo, sobre bases equilibradas y mutuamente beneficiosas. El acuerdo tiene como objetivo perfeccionar la cobertura institucional para la cooperación bilateral ya existente y la futura en áreas como visitas de delegaciones de alto nivel, contactos a nivel técnico y encuentros entre instituciones de defensa”.
El celo puesto en la redacción del documento no incurre en el lenguaje del acuerdo con Colombia en el que se hablaba abiertamente de cooperación militar y de la presencia de ochocientos estadounidenses, incluidos los llamados contratistas, en siete bases militares, que tiene reminiscencias de la guerra impuesta por Washington a Bagdad; junto con la participación de los aviones espías Awacs.
Esta vez se habla de intercambio de estudiantes, instructores y personal de entrenamiento y perfeccionamiento, visitas de navíos, intercambios deportivos y culturales, de iniciativas comerciales relacionadas con la defensa y programas y proyectos de tecnología de defensa.
Ubica el acuerdo en el marco de la resolución adoptada en la segunda reunión de la Unión de Naciones del Sur (Unasur) realizada en Quito el 27 de noviembre de 2009. Por tanto, no deja cabos sueltos y sostiene que el convenio “contiene la cláusula de garantías que asegura el respeto a los principios de igualdad soberana de los estados, de integridad e inviolabilidad territorial y de no intervención en los asuntos internos de otros estados”.
NINGUNA REACCIÓN EN UNASUR
Para el MRE de Brasil “el texto aborda la cooperación en defensa de Estados Unidos de forma equilibrada y genérica, siguiendo el modelo de acuerdos que han sido firmado” por este país con otras naciones. Un total de veintiocho convenios de cooperación en defensa y veintinueve protocolos bilaterales en diversos dominios de colaboración militar, la mayoría en vigencia.
Todos los países miembros de Unasur fueron informados de las negociaciones con Estados Unidos para la cooperación militar, así como de las características del instrumento. Hasta el jueves cierre de esta nota ninguno de los miembros de Unasur había reaccionado. Como sí lo hicieron ruidosamente varios de ellos. Incluso nuestro país ha llevado su posición extrema a una cuasi ruptura de relaciones con Colombia.
El tratado de cooperación militar entre Estados Unidos y Brasil ha sido negociado por el comandante Douglas Fraser, responsable de operaciones del Pentágono en América Latina, y Nelson Jobim, ministro de Defensa del gobierno de Lula da Silva. Para la firma se trasladará a Brasilia el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, que ejerce estas funciones desde la administración de George W. Bush. Hace una semana, William Brownfield, ex embajador estadounidense en Caracas y ahora en funciones similares en Bogotá, había anunciado que dos países latinoamericanos estaban listos para firmar convenios de colaboración militar con Estados Unidos. Apareció uno, el próximo será Uruguay, aunque no ha sido informado oficialmente.
Río de Janeiro y Key West en Florida formarán el dispositivo de seguridad y de lucha contra el terrorismo en una estrategia global de control del Atlántico y el Caribe, según el diseño trazado por el Pentágono.

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