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Por Froilán Barrios Nieves

            El Stadium Víctor Davalillo identificado así en homenaje al insigne grande liga zuliano, presentó una imagen totalmente diferente, de la que usualmente estábamos acostumbrados con las otrora noches beisboleras de Petroleros de Cabimas, destacado equipo de la pelota profesional venezolana convertido luego en Pastora de los Llanos. En esta oportunidad en vez de los uniformes de Leones, Tiburones de la Guaira o Águilas del Zulia, el terreno de juego fue provisto de verdes uniformes del Ejército Nacional.

            Los integrantes de este curioso ejército no eran reclutas establecidos en la normativa del Servicio Militar Obligatorio. Cuando pudimos acercarnos a observar quiénes eran los practicantes del orden cerrado castrense, en medio del trepidante calor característico de la Costa Oriental del Lago, pude constatar que eran trabajadores de PDVSA, unos; aspirantes a la ficha blanca, otros, quienes por mantenerse o ingresar a la nómina petrolera se atreven a ejecutar lagartijas, trotes y demás ejercicios físicos.

Pregunté a algunos asomados al curioso evento, ¿nos estamos preparando para alguna invasión del imperio o de nuestro vecino país? "No amigo, es la reserva militar de PDVSA, se prepara para participar el 19 de abril en el desfile militar como celebración del Bicentenario, en la ciudad de Caracas".

            Este relato no es más que una anécdota de las que suceden a diario, en las Empresas del Estado, Ministerios, Alcaldías y Gobernaciones oficialistas, donde a la vista de todos se está implementando un proceso de militarización de las relaciones de trabajo, transcurriendo todo como si fuera un proceso normal en la vida laboral de estas instituciones.

            La Política gubernamental no se detiene en medias tintas. En el Sector Eléctrico, ante la crisis se ha decretado la conformación de un Estado Mayor del Sector Eléctrico, donde los primeros ingenuos en aceptar la condición son los dirigentes de la Federación de Trabajadores de la Electricidad, ahora componentes de este directorio eléctrico de la religión supeditados al mando de un militar. Aún cuando existe para la Empresa la figura de los Directores Laborales en el marco de la Cogestión de la LOT, quienes en el marco de la libertad y la autonomía sindical tienen potestad de control de gestión.

            Luego es conocida la información publicada por medios impresos de esta orientación castrense para la vida laboral. Cito: “Gobierno exige crear milicias y patrullas laborales”, “empresas estatales cuentan con cerca de 150.000 milicianos”, “Gobierno reproduce el modelo soviético de relaciones laborales”, “acusan a PDVSA de distorsionar proyecto de milicias obreras”.

            En resumen, anular con los conceptos militares la autonomía y la libertad sindicales. Éstas establecen el diálogo social, el reconocimiento igualitario de las partes para dirimir conflictos entre trabajadores y patronos; la institución militar exige obediencia al superior. Aniquilar la inmensa potencia de los trabajadores y de los sindicatos es la estrategia gubernamental.

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