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•       Raúl sabe que Venezuela no podrá seguir sosteniendo dos países con un mismo presupuesto

Por Juan José Monsant Aristimuño

¿Qué podrá significar esta peregrinación apresurada de Jefes de Estado latinoamericanos a Cuba? Sin hablar de los viajes de Chávez que no es el sacerdote del santuario sino el monaguillo, Ecuador, Panamá, Argentina, Chile, Guatemala y próximamente México han desfilado por la Habana en las últimas semanas. Pudiera inferirse que se despiden de Fidel y posan para la historia un final de fotografía o, quizá, complacer y aplacar a las respectivas extrema izquierda de sus países ante la magnitud de la crisis económica que se avecina. Pero siento que son tesis poco sólidas o realistas.

 Más bien hay que relacionarlas con el alcance de los viajes de Raúl Castro, todos ellos signados por el hecho económico, una asolapada búsqueda de inversiones para la isla. El general Raúl sabe que Venezuela no podrá, en muy poco tiempo, seguir sosteniendo dos países con un mismo presupuesto. La visita de Correa es intrascendente, un saludo a la bandera, una ubicación histórica llegada con retraso. Pero las de Panamá, México, Argentina y aún la de Bachelet pareciera mas bien la de socios suplicantes, aquellos que se presentarán primero con sus empresarios en la inevitable reestructuración de la economía cubana.

 El Presidente Alvaro Colom de Guatemala, es difícil situarlo, viene de la izquierda radical, sin haber sido guerrillero, ha sido funcionario público y empresario; pareciera ser un político pragmático en busca de resultados, pero eso de imponerle a Fidel la más alta condecoración de su país semeja una añoranza del pasado o un potenciar de futuro a la segunda economía centroamericana. Lo que sí no tiene nombre es lo de Bachelet, con la experiencia que tiene ya debe saber a esta altura de su vida y de su mandato presidencial que aquellos años terribles pre y con Pinochet quedaron en el pasado, no fueron ni serán salida para el ser humano en sociedad… y Fidel le pasó factura con lo del mar a Bolivia, por algo habrá sido, que sólo ellos dos conocen. Lástima, terminó pidiendo excusas a su país, peleándose con Raúl y con la oposición cubana que, como lo dijo Yoani Sánchez en su blog: “no vio las largas colas para el pan, aguardar el
 retrasado ómnibus o armar los improvisados artefactos con los que muchos se lanzan al mar”.

 ¿Y Venezuela qué? Bueno, ya sabemos, Raúl vino a visitar al “sobrino”, por invitación de éste y siguió para Brasil; poco podrá invertir Venezuela en Cuba en los próximos años ni siquiera podrá ser su tarima ideológica. Los policías, guardaespaldas, espías y malvivientes que apuntalan al régimen venezolano tendrán que salir, pero no juzguemos a los médicos, maestros, entrenadores con ligereza, ellos son el pueblo sufriente cubano ¡y cuánto desean la libertad!