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Por Luis Fuenmayor Toro
·      La ausencia de un pronunciamiento claro contra el golpe por parte del Consejo Universitario de la UCV, organismo muy activo en defensa de la “democracia” venezolana y de los intentos “dictatoriales” del Gobierno nacional, es una actitud insólita inconcebible y condenable. Pareciera que los golpes y los totalitarismos son aceptables cuando se realizan contra gobiernos adversarios política e ideológicamente. Varios de los delegados profesorales, muy activos en sus denuncias y críticas antigubernamentales, no se han pronunciado sobre una materia que logró un rechazo mundial unánime.
·      La soberanía radica en el pueblo, afirma casi todo el mundo, pero la Constitución de Honduras, en sus artículos pétreos, impone la voluntad de quienes la redactaron eternamente a todo el pueblo hondureño, lo cual además de contradictorio es tan perverso, que sólo mentes enfermas y obtusas pueden ser capaces de defender. Derrocar a un Presidente, simplemente porque decide consultar a su pueblo en forma no vinculante, es indefendible desde cualquier punto de vista independientemente de los esfuerzos efectuados por ciertos periodistas, televisoras y medios impresos venezolanos.
·      Si las fuerzas armadas hondureñas querían evitar un derramamiento de sangre, han debido permanecer al margen de los acontecimientos y esperar que las instituciones político-gubernamentales se pronunciaran definitivamente, en relación con las decisiones presidenciales y los mandatos de la Corte Electoral. Con la inmensa mayoría de los poderes públicos contrarios a las posiciones del presidente Zelaya, el resultado de su enjuiciamiento hubiera sido el de su destitución, tal y como ocurrió en Venezuela con el presidente Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato.
·      El insulso señor Insulza dijo nuestro Presidente en una de sus alocuciones, refiriéndose despectivamente al Secretario General de la OEA, y finalizó llamándolo “pendejo”, para días o semanas después tener que considerarlo un actor indispensable en la lucha contra los gorilas hondureños y el golpismo oligárquico latinoamericano. Si actúa hoy de acuerdo a mis intereses es bueno y si lo hace mañana contra los mismos es malo, parece ser la resolución de esta manifiesta contradicción. Uribe volvió a ser “alto pana” al condenar el golpe y casi llamamos a la intervención militar estadounidense para restituir a Zelaya en la presidencia. Oí decir a muchos “revolucionarios” que Obama tenía que hacer algo al respecto, mientras la frase racista del funcionario hondureño del gobierno de facto, que calificó a Obama de “negrito que no sabe donde queda Honduras”, casi la tomaron algunos como una mentada de madre.
·      La desincorporación de Venezuela de la OEA, amenaza efectuada públicamente por el propio presidente Chávez, como consecuencia de que esta organización responde a los intereses del capitalismo internacional, ha devenido en nuestra participación activa en dicho organismo en función de la condena del golpe hondureño. La OEA y la ONU nacieron como organismos que obedecían a la existencia de un mundo bipolar. La situación internacional ha ido variando en forma importante, por lo que se tendrá que diseñar nuevos organismos internacionales, que reflejen la nueva composición de los poderes del mundo. Participar o no en ellos no es una cuestión de principios, es una cuestión de estar presente en foros que siguen teniendo su importancia, como se ha más que demostrado recientemente con la situación hondureña. Ojalá el Presidente haya aprendido de lo sucedido.
·      Una salida progresista en Honduras, que haga avanzar a su pueblo en función de las conquistas socioeconómicas requeridas, que lo independice del imperialismo norteamericano, que democratice su vida política y que siente las bases de un desarrollo independiente y soberano, sólo será posible si su pueblo mayoritariamente se pronuncia y lucha en ese sentido. No hay salida de avanzada a espaldas del pueblo, ni con ejércitos interventores, ni cascos azules o de cualquier color. Independientemente de que Chávez se haya paseado por esa posibilidad.