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Robin Rodríguez (*)                                                           
          
   El cierre de emisoras radiales, la ley de educación, las maniobras para evitar las elecciones de la federación de los trabajadores petroleros o el desconocimiento de la legitimidad de alcaldes o gobernadores de la oposición, no debemos atenderlas o debatirlas de manera separada, puesto que forman parte de una ofensiva autoritaria global que incluye un paquetazo sin anunciarlo y negándolo en algunos casos. Medidas de carácter neoliberal que en nada se diferencian de las adoptadas por Carlos Andrés Pérez o Rafael Caldera, donde los efectos de la crisis económica se siguen cargando sobre los trabajadores y el pueblo; pero que sectores neoliberales y de ultraderecha existentes en la oposición no señalan puesto que no tienen diferencias con ese tipo de medidas aplicadas por Chávez.
   Un reducido sector existente en la oposición pero que cuenta con un gran respaldo mediático, hace una errática caracterización del régimen imperante, no permitiendo que el pueblo venezolano e importantes sectores en Latinoamérica ubiquen la esencia entreguista y antipopular de Chávez y sus compinches. Hugo Chávez además de avalar la apertura petrolera adelantada por Caldera (ahora dice lo contrario), afianzó el control de poderosas transnacionales de tan importante fuente energética a escala planetaria, las cuales ahora cuentan con el 40% de las acciones del negocio petrolero en el país a través de las empresas mixtas.

El gran beneficiado ha sido el sector financiero representado por 8 bancos transnacionales que controlan cerca del 70% del capital de la banca en Venezuela; además de los 50 mil millones de dólares de deuda externa con entes financieros internacionales (sin sumar los 16 millardos por la venta de petróleo a futuro) que somete al país a unos compromisos económicos que afectan nuestro desarrollo, mas cuando no contamos con una situación similar a la del     2003-2008 donde el precio del petróleo se elevó en 320%.  
   Durante esta falsa revolución han seguido los planes de la Organización Mundial del Comercio, al reforzar nuestra dependencia de los ingresos petroleros (90% del total de nuestros ingresos) como parte de la distribución internacional del trabajo en una economía monopolizada a escala planetaria, donde los grandes beneficiados con nuestro atraso productivo, son los que controlan el mercado mundial. Pero todo esto lo ocultan con escándalos mediáticos y provocaciones a sectores de la oposición, donde existen grupos políticos y económicos para quienes su lucha contra Chávez, busca controlar la renta petrolera.
  Pero la crisis mundial y los desaciertos de un gobierno corrupto, derrochador e incapaz, los obliga aplicar medidas más drásticas; como la utilización de las reservas para financiamiento del gasto publico, aumentaron los precios de los 18 productos del Mercal, aumentaron en 33% el IVA, redujeron en un 18% el presupuesto nacional pero sin afectar los gasto militares o los gastos de Chávez en el exterior; retardan el situado de las alcaldías y gobernaciones para disminuir el circulante en el mercado interno para tratar de frenar la inflación con la disminución del consumo de la población; aumentaron la Unidad Tributaría; niegan la discusión de las contrataciones colectivas, además de desconocer otras conquistas de los trabajadores dependientes del Estado; incrementaron la deuda externa, con el agravante de hipotecar ahora nuestro recurso energético con la venta de petrolero a futuro, entre otras medidas antipopulares que se avecinan.
   Debemos organizarnos y movilizarnos contra esos atropellos. Vanguardia Popular, como organización de izquierda, te invita a luchar contra esta falsa revolución.

(*) Dirigente de Vanguardia Popular