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Hay otro país como el que me tocó recorrer hospitalariamente este sábado 22 de agosto, y quedarme con los Crespos Hechos y con mi hija enfema, full fiebre y con crisis asmática desde el lunes 17 de agosto. El pueblo no es gafo, aunque algunos lo piensen así. En mi parroquia CHAVISTA Y ZONA MILITAR, la atención médica pública es un ASCO y puro MAQUILLAJE.
El pueblo en los sectores populares observa, calla, sufre, llora y opina mal del poder en las plazas embasuradas y sin jardines de sus parroquias. Hay mucha decepción con sus dirigentes chavistas que viven como empresarios ricos, cuando hace pocos años eran tan pobres como ese pueblo recorre a pie los hospitales y módulos de Barrio Adentro sin recibir una atención médica digna.
Por Paula Giraud
Email:
http://www.paulagiraud.blogspot.com/
Este sábado 22 de agosto, día de marchas ciudadanas, gases lacrimógenos, protestas de una Venezuela con muchos ministerios burocráticos y con ingresos nunca vistos en los últimos 40 años, me tocó como siempre vivir a ese país que no conoce el Presidente Chávez, ni los Ministros, Magistrados, ni muchos diputados de la Asamblea Nacional.
La Parroquia El Valle, es una zona denominada “chavista” y zona MILITAR, por su cercanía en close up con la Escuela Militar y el Fuerte Tiuna. Es un sector populoso y con un alto índice delictivo como otras zonas populares del área Metropolitana de Caracas.
Escribo desde el corazón y con mis propias vivencias de periodista-ciudadana que anda a pie y que como muchos venezolanos que somos PROFESIONALES UNIVERSITARIOS, no las vemos “negras” cuando vamos al mercado, cuando tenemos que llamar al Plomero de emergencia o ir a la farmacia a comprar las medicinas de rutina, o cuando en “mala hora” nos enfermamos y tenemos que ir obligatoriamente a “sabanear” un hospital público o un módulo de Barrio Adentro I o II que esté funcionando de verdad-verdad.
¡Cónchale que difícil es vivir en esta Venezuela que YO VIVO!: La Venezuela que no es bonita, la Venezuela del profesional que es POBRE y no tiene ahorros para enfrentar la más ridícula emergencia: El fregadero o la regadera que se le daña en su casa. Entonces, mientras ¡pueda!: Te bañas con tobos y lavas los platos de la cocina en el lavamanos del baño chiquitico.
Mientras hay una Venezuela que le caen a perdigones o a mis 12 amigos y colegas periodistas de la Cadena Capriles le caen a golpes un grupo de desadaptados de la misma línea violenta de la señora Lina Ron o del Colectivo de La Piedrita, que se denominan “REVOLUCIONARIOS”… pero… cuando se enferman van al Hospital de Clínicas Caracas o los llevan en un avión de las Fuerzas Armadas para La Habana a recibir atención médica 5 estrellas.
También hay otro país como el que me tocó recorrer hospitalariamente este sábado 22 de agosto, y quedarme con los Crespos Hechos y con mi hija enfema full fiebre, problemas respiratorios y con crisis asmática desde el lunes 17 de agosto. Menos mal que a duras penas, obligatoriamente me las he tenido que arreglar con mi Nebulizador portátil, mis compresas de gel helado y mi Manual Médico y Guías Farmacológicas.
Descubrí por “crisis” que tengo lógica médica, de tanto que he leído en los últimos 8 años el famoso Manual de Merck, aliñado por los diarios diagnósticos médicos del famoso Doctor House en la Televisión por cable (un vecino me la prestó): ¡No me queda otra en esta Venezuela que no es de todos!. Murió una Burguesía de la IV República y nació una peor en la V República. El pueblo en los sectores populares observa, calla, sufre, llora y opina mal del poder en pequeños grupos en sus plazas sucias y sin jardines.
En mi parroquia CHAVISTA Y ZONA MILITAR, la atención médica pública es un ASCO y puro MAQUILLAJE. ¡Cuánta mentira y politiquería barata!. El pueblo no es un tonto eterno y tiene un límite de ingenuidad, que en cualquier momento verá al país desde la razón y con el corazón.
En El Valle (parroquia chavista y súper populosa), la Clínica Popular de El Valle es ¡bien bonita por fuera! y ¡Nada por dentro!. Trabaja con desvergüenza de lunes a viernes con horario de oficina, además de rogarle a Dios, que el poco personal que tienen se encuentre de ¡ganas!. Por fuera, parece una Clínica de un país desarrollado y con dos lindas ambulancias que le hacen la decoración como las casas de la Barbie y Ken.
En un lugar como mi Parroquia, con tantas mujeres embarazadas (empezando por niñas de 13 14, 15 años), niños mocosos y con diarrea a granel, jóvenes asmáticas como mi hija y con fiebre de 39.5 que requería atención médica este sábado 22 de agosto (6 días de fiebre es ¡mucho!), esta clínica que tanto tardó varios años el Gobierno en construirla, cuando al final lo hace, desde un comienzo ha funcionado como un lugar ¡pura pinta!, mucha bomba y poco chicle.
Este sábado, como todos los sábados y domingos del año, la Clínica Popular de El Valle (muy bonita por fuera) está cerrada siempre con candados, mientras el pueblo-pueblo ruletea por toda la zona, buscando cuál Barrio Adentro funciona: NINGUNO.
Ni funciona el enrejado Barrio Adentro II (diagonal a la Clínica Popular El Valle), ni funciona tampoco entre semana (solo de a raticos en las mañanas) los Módulos de Barrio Adentro I de Longaray (cerca Escuela Militar) y el otro embarque del Barrio Adentro I que está cerca del Metro de El Valle (Cajigal), el cual también funciona cuando le dá la gana y en cómodos horarios. Està prohibido enfermarse en El Valle después de las 11 de la mañana y en la noche: ¡MUCHO MENOS!.
Enfermarse en la Parroquia El Valle es un verdadero vía crucis y si no tienes carro, pues mucho peor. Las opciones además de los lugares arriba nombrados y recorridos por esta ciudadana y periodista de a pié, son el llamado “Hospitalito” (en el Fuerte Tiuna) o el Hospital de Coche, centro hospitalario en donde los mismos médicos son asaltados o amenazados por los amigos de los malandros tiroreados o apuñaleados por otros de la banda enemiga.
Ir al “Hospitalito” del Fuerte Tiuna en un día de marchas ciudadanas como la de este sábado 22 de agosto, lo más seguro es que el paciente se tendrá que regresar con los crespos hechos a su casa :Ya me ha pasado otras veces. O si te atienden, no hay cómo sacarte las radiografías que pudiesen hacer falta, ni tampoco un sencillo exámen de laboratorio. Entonces, el que no tiene carro y se va en Taxi al Fuerte Tiuna, se queda arruinado por las tarifas de los taxis (el que está con poco dinero, ruletear hospitales en taxis es para ricos, no para pobres funcionarios al servicio del Estado o de Alcaldías pobres como la de Ledezma).
El año pasado tuve una buena experiencia con el CDI de Chuao, pero pude ir al mismo, porque una amiga periodista con carro, me hizo el inmenso favor desde Alto Prado a El Valle de venir a buscar a mi mamá enferma con fiebre de 40 un sábado en la noche y esperarme para regresarme a mi casa. En mi caso, mi mamá fue atendida rápidamente y con medicinas en mano. El pobre que no tenga carro y no tenga un buen amigo que lo lleve y lo espere, no tiene nada que buscar de un lugar populoso como El Valle, Catia o Petare para el CDI de Chuao, el cual en este momento no sé en verdad, cómo estará funcionando.
Esta Venezuela de marchas y contramarchas, perdigones, bombas lacrimógenas, insultos y golpizas para quien opine distinto en un momento dado, es muy parecida en la violencia ciudadana, legal y hospitalaria que nos toca caminar de frente y con la cabeza en alto a los ciudadanos comunes, que nunca hemos sido JALA MECATES de los Gobiernos de Turno en esta Venezuela “sin maquillaje” y con una inflación aterradora para los MUCHOS que ganamos poco en el 2009 y probablemente sea peor en el 2010.
Este no es el país del que me hablaban un día los Comandantes (27N) Wilmar Castro Soteldo, William Fariñas o el mismo Eliécer Otaiza en la Urbanización Las Mercedes, UNEPAD, en al año 1998. A todos èllos les ha ido muy bien económicamente, pero yo sigo en donde mismo y mucho más pobre-pobre que hace 10 años.
¡Hoy 22 de agosto de 2009!, al igual que otras veces me tocó vivir la Venezuela petrolera que tiene un montón de Módulos de Barrios Adentro que trabajan cuando les da la gana y de a raticos. O recorrer desde afuera la acera rota de la Clínica Popular El Valle, full candados y con dos ambulancias bien bonitas de ¡ADORNO!, mientras un humilde guachimán con pena me dice: “Intente acercarse al Hospitalito del Fuerte Tiuna, a ver si logra que a su hija se la atiendan”. Yo le dije: ¡Ay amigo, hoy en el Hospitalito de los militares debe haber poco personal de guardia, siempre pasa cuando hay marchas y contramarchas en Caracas. Y además, cuando he ido, ni Rayos X ni exámenes de Laboratorios no me han podido realizar por mil 200 razones. Y sin carro propio, ir para allá es muy cuesta arriba y costoso!.
Esta es la Venezuela que esta periodista y ciudadana de a pie vive todos los días. Esta es el país que no conocen ni sienten en carne propia el Presidente Chávez, los Ministros, los Alcaldes (oficialistas y de oposición), los diputados de la Asamblea Nacional, los Magistrados del TSJ, la directiva del CNE, ni tampoco los militares de alto rango que jalan mecate para lograr un ascenso o conseguir prebendas.
Este país tampoco lo sienten de cerca, mis colegas y amigos periodistas oficialistas que están con posiciones ventajosas, que cobran comisiones legales por concepto de publicidad en cuentas mil millonarias del Estado, tienen salarios y bonos dolarizados, cargos de confianza en el actual Gobierno o en cualquier otro lugar que sean útiles al “proceso” para justificar con vehemencia lo que sea. Ninguno de èllos, ni sus familiares cercanos van a buscar atención médica en bus o a pie. No van a los hospitales públicos o a los módulos de Barrio Adentro, ni entran en crisis cuando se les rompe la tubería del baño o del lavamanos de sus casas, ni tienen que rezar cuando van a una farmacia a comprar una medicina porque no les alcanza el dinero.
De ñapa muchos venezolanos como yo, deben calarse a los malandros de su parroquia o de cualquier lugar de la capital, tienen que esperar con paciencia de BUDA que en cualquier día de la quincena o del mes siguiente o del que le sigue, puedan cobrar el pírrico salario que devengan como funcionario “silvestre” del Estado y que por ¡mala suerte!, además, trabajen en una Alcaldía “escuálida”, asfixiada políticamente y sin recursos, como la de Antonio Ledezma (él tampoco va a hospitales cuando se enferma).
Se me olvidaba decir, que el papá de mi hija es rojo-rojito, se dice revolucionario, va a todas las marchas del Presidente Chávez y tiene carro, pero REVOLUCIONARIAMENTE nunca le ha importado ¡un carajo! que su hija esté enferma o de comprarle un mercado cuando lo ha necesitado, mientras él come todos los días en los mejores restaurantes de Caracas y se viste con ropa cara de El Sambil.