¿Qué está detrás de toda esta podredumbre? El más perverso negocio del mundo, incluso más allá del neoliberalismo salvaje, que consiste en la creación de una empresa fantasma en el rubro de alimentos, que obtiene la aprobación de Cadivi para importar alimentos a dólar preferencial - en aquel momento 2,15 bolívares - compra en el mercado internacional toneladas de alimentos hasta con un 90% de descuento, porque están vencidos, los productos llegan al país y se liberan los dólares negociados. El importador toma los dólares, paga los gastos y vende el resto en el mercado negro. Es un negoción, porque la ganancia es múltiple y rápida.

¿Tendrá que ver este nuevo instrumento de hipercontrol del gobierno nacional con los Consejos Obreros utilizados por el Estado soviético, de manos de José Stalin, como un instrumento más del entramado represivo del aparato policial del Kremlin?

La autonomía y la libertad sindicales establecen el diálogo social, el reconocimiento igualitario de las partes para dirimir conflictos entre trabajadores y patronos; la institución militar exige obediencia al superior. Aniquilar la inmensa potencia de los trabajadores y de los sindicatos es la estrategia gubernamental.

Desde el actual gobierno chavista se pervierte al sindicalismo y desde la oposición se guarda un silencio cómplice y en múltiples ocasiones hasta ignorante. Desde el Ejecutivo se utilizan demagógicamente políticas de paralelismo sindical, de suspensión de los contratos colectivos, del control obrero, como estrategias para reducir al mínimo o desaparecer toda acción sindical y desde el escenario político se observa como extraño o indiferente la miseria ajena.

Universidades, instituciones políticas, empresariales y sindicales debemos establecer el 2010 como año de debate, en medio del fragor político social que nos abruma desde hace mas de 2 décadas, en función de definir cuál es nuestro destino como nación.

El año pasado transcurrió entre las maniobras conjuntas del CNE, las tropelías del Presidente de Pdvsa, el abuso de poder del Estado contra los trabajadores petroleros para no discutir, y finalmente firmar el peor contrato colectivo de la industria petrolera, de los 22 que se han firmado desde 1946. Para ello contó el patrono con la ayuda expresa de su brazo sindical Vanguardia Obrera Socialista (V0S), hoy caporales de la FUTEP y representantes de un sindicalismo que permite las violaciones laborales a diario en nombre de la revolución y el socialismo.

A 11 años de gestión se hace cada vez más comprensible para cada ciudadano, la incapacidad del régimen para lograr un país con condiciones decentes de vida, con políticas de desarrollo económico que desemboquen en prosperidad, progreso, empleo decente, futuro para las nuevas generaciones.

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