Abr. 21 (Enfoques365).- Honduras se ha colocado este año como el país más peligroso del mundo para los profesionales de los medios de comunicación, aseguró hoy la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) tras condenar la muerte de Georgino Orellana, el séptimo periodista asesinado en ese país en mes y medio.
La ola de violencia ha forzado también al exilio a otros tres periodistas, dijo RSF en un comunicado divulgado hoy en su sede en París.
Orellana, quien dirigía un programa de televisión en Honduras, salía del canal el martes en la noche cuando un desconocido que le esperaba afuera lo mató de un balazo en la cabeza, dándose luego a la fuga.
El móvil del asesinato de Orellana aún se desconoce. El periodista, que también era catedrático universitario, trabajó diez años como reportero de la corporación Televicentro.
“Pese a las recientes promesas del gobierno, no se ha hecho justicia en ninguno de los casos que tuvieron lugar tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, estén o no ligados directamente a este evento”, dijo RSF en el comunicado.
“Ya de por sí víctima de una gran inseguridad, la prensa hondureña vive desde entonces una situación aún más dramática”, agregó.
Testimonio de esta situación son las amenazas dirigidas contra Radio Progreso, ocupada por el ejército horas después del golpe de Estado para impedir que difundiera información sobre éste.
Contactados por RSF, los directivos de Radio Progreso solicitaron que los nombres de sus periodistas y colaboradores amenazados de muerte permanecieran en el anonimato por cuestiones de seguridad.
Por otra parte, el 20 de abril la estación comunitaria La Voz de Zacate Grande fue víctima de intimidaciones por parte de la policía local y de los guardias privados del empresario Miguel Facussé Barjum, quien sostiene un conflicto agrario con la Asociación para el Desarrollo de la Península de Zacate Grande, cuya causa defiende la estación radiofónica.
Asimismo, el 9 de abril de 2010 las instalaciones del Canal 40, en Tocoa (región de la costa atlántica), fueron balaceadas, según información del Comité por la libre expresión (C-Libre).
El atentado se atribuye a dos individuos de los que el periodista y conductor de televisión Emilio Oviedo Reyes se queja haber sido blanco tras el golpe de Estado. En esta misma ciudad fue asesinado Nahúm Palacios.
“Es probable que el ejercicio de su profesión sea la causa del crimen que, precisamente, Emilio Oviedo Reyes había denunciado a la policía”, sostiene RSF.
La organización no gubernamental también recordó que el 12 de abril pasado una jurisdicción penal de Tegucigalpa liberó a cuatro funcionarios de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), entre ellos al expresidente Miguel Ángel Rodas, acusados por el ministerio público de “abuso de autoridad”.
Los cuatro funcionarios ordenaron en septiembre pasado el cierre y la confiscación del material de Radio Globo y Cholusat TV (Canal 36) –los dos principales medios de comunicación de oposición al golpe de Estado– en el momento de la instalación del estado de excepción, tras el regreso clandestino de Manuel Zelaya al país.
La juez Martha Murillo consideró que la libertad de expresión “no había sido bloqueada en una situación de estado de excepción”.
“Sin embargo el artículo 73 de la Constitución hondureña prohíbe toda confiscación de material o interrupción del trabajo de un medio de comunicación, en nombre del principio de la libertad de expresión. Además, esta garantía constitucional no puede ser suspendida en caso de estado de sitio”, recuerda C-Libre.
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