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* El Caudillo se declara otra vez en campaña

* De ser medianamente cierta esta oferta electoral, se quedaría sin gabinete y se caería su podrido gobierno

 Si algún efecto positivo tienen los resultados del referendo del 15F, es haberle insuflado algo de realismo -más bien presunto realismo- al presidente Hugo Chávez Frías, quien repentinamente armó maletas y se fue a Cuba con varios de sus ministros.

 Sorprendió con su reconocimiento de que la crisis mundial, con su bajo consumo energético y fofos precios del petróleo, tiene bajo amenaza al presupuesto nacional.

 La merma de la factura petrolera es la mitad de los 60 dólares por barril presupuestados para 2009. Y el colchón de reservas internacionales, en 29 mil millones de dólares, no alcanza para más de seis meses, aunque hay mucha otra plata deambulando en oficinas públicas, dicen que 45 mil millones de dólares más, pero en situación incierta o, al menos, desconocida para la sociedad venezolana.

 Ese exceso de confianza -¿será?- también lo llevó a reconocer, en rueda de prensa con sus ministros desde Catia, que el de la inseguridad desatada es un problema real, ante el cual su gobierno ha sido el colmo de la ineficiencia: nada más en 2008, hubo más de 14 mil asesinatos, en su mayoría jóvenes pobres y de clase media.

 En esa sangrienta cuenta no entran los miles de personas heridas en hechos de sangre; mucho menos, las víctimas de atracos, robos, violaciones, secuestros y extorsión que durante esta década chavista han proliferado tanto o más que el rubro "asesinatos", que entre 1999 y 2008 superado las 120 mil víctimas. Ah, pero es a estas alturas de 2009, cuando Chávez abre la boca para referirse al luctuoso asunto, que cada uno de estos 3.670 días ha sufrido la familia venezolana.

ENRIQUECIMIENTO ILICITO
 El milagro aumenta a grados de cinismo, cuando en esa misma cháchara en Catia, reconoció que su gobierno nada ha hecho contra la corrupción de sus burócratas. Claro, como se autoproclamó "precandidato presidencial para 2012", pues ya anunció que en su programa de (des)gobierno tiene planteado incluir una lucha a fondo contra los ladrones y ladronas que bajo su mando se han enriquecido hasta el asco, incluidos familiares, amigos, "compañeros del alma" y una extensa fauna de subalternos lamebotas codiciosos. Ahora, sí, ¡va a enfrentar a sus choros! De ser medianamente cierta esta oferta electoral después de habernos jodido la paciencia durante una década desde Miraflores, caería su podrido gobierno.

 Ah, pero no se quedó ahí. Es que se dio cuenta de que en vivienda su gobierno está raspa'o, por lo que también incluyó en su nuevo programa de gobierno, ahora, sí, la construcción acelerada de viviendas de interés social, ¡y la clase media que se vaya al diablo! Su obra no llega a 23 mil viviendas por año, el más bajo del último medio siglo, sin compararlo porcentaualmente con los hinchados presupuestos que ha manejado en su tiempo de "vacas gordas".

El otro cuento, que empata con las tres "R" de diciembre de 2007, cuando su bodrio constitucional fue derrotado, es el de la "eficiencia". Es decir, ahora, sí, después de diez años de gobierno ineficiente y corrupto, él anuncia que lo que viene en estos cuatro años que van hasta las elecciones de 2012, brillarán la honestidad y la eficiencia que no han sido parte de su gestión.

El cuento de las "RRR" es repetido y cínico. No es aceptable sino para los incautos y crédulos ciegos, sordos y mudos. Continúa la estafa a la fe pública, que todavía le manifiesta el 38% del electorado total que votó por el Sí el 15F. Con un 30% de abstención y 31 de votos por el No, la cuenta es muy sencilla: cada día menos gente se come los cuentos del dicharachero e inescrupuloso Chávez.

 PURA MUELA
 Cada vez que se le piden cuentas, echa cuentos, como esta semana desde Catia o Falcón. Igual, sus peroratas son de esa conocida tónica encendida y manipuladora. Siempre intolerante, amenazante, inelegante y grosero. "Así, así, así es que se gobierna", le gritan sus seguidores, pero el cuento no pasa ni entre ellos, entre quienes los asesinados también duelen, los corruptos asquean y la ineficiencia en las políticas públicas hacen estragos como la falta de viviendas, el caos hospitalario o el costo de la vida.

Chávez no entiende que la campaña ya se acabó. Que está bueno de discursitos virulentos y desconsiderados. Que tiene que gobernar para todos los venezolanos y no sólo para el 38% del padrón electoral que acaba de votar por su reelección ilimitada./ E.D.E.

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Semanario LA RAZÓN, primera página. 22.02.20090
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