* La suerte de Chávez en La Haya depende del fiscal argentino Luis Moreno Ocampo

 

* El desconocimiento de las elecciones regionales y la persecución contra opositores, habría precipitado la adopción de medidas contra el mandatario venezolano

 

 

* El fiscal ante la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, fue el encargado de acusar al gorila sudanés Omar Al Bashir, el nuevo aliado internacional de la "robolución" venezolana. Moreno Ocampo, que hasta ahora ha sido demasiado prudente en cuanto a las denuncias contra Chávez, estaría próximo a solicitar medidas judiciales contra el gobernante de Venezuela.

 

 

 

Por Santiago Alcalá

 

La condena de los comisarios Vivas, Forero y Simonovis, dictada el viernes por un tribunal del estado Aragua, el fusilamiento judicial del alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, el desacato consecutivo y con desparpajo de dos fallos emanados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el encarcelamiento del general Raúl Isaías Baduel, el desconocimiento y golpe de Estado contra las autoridades regionales desafectas al oficialismo, más el delincuencial espaldarazo a un genocida de siete suelas como lo es dictador de Sudán, Omar Al Bashir, colocan tanto a Hugo Chávez, como a sus colaboradores más estrechos a las puertas de una orden de captura internacional, librada por el Tribunal Penal Internacional con sede en La Haya.

 

UN EX RESERVISTA DESTA

UN ESCANDALO PLANETARIO

Digámoslo desde un comienzo. La comunidad internacional, se mueve con demasiada lentitud cuando en sus propias narices ocurren crímenes contra la humanidad. Salvo que se toquen intereses económicos de importancia.

 

Esa es la cruel realidad, que constató Brian Steidle, un joven capitán de la marina norteamericana, que cuando concluyó su servicio militar a finales de 2003, aceptó formar parte de una comisión designada por la Unión Africana para supervisar el cese al fuego, entre grupos rebeldes y fuerzas del gobierno de Sudán.

 

Narra Steidle en "A lomo de caballo", que lo de supervisión del cese al fuego, no era más que un eufemismo. Lo que ocurría en realidad, a lo largo y ancho de aquel país era una operación de exterminio de la población negra orquestada por el presidente Omar Al Bashir.

 

Luego de seis meses de documentar la tragedia, Steidler, se convenció que mejores servicios rendía a la minoría negra masacrada, fuera, que dentro de Sudán. Reza el tópico que una imagen habla más que mil palabras. Así que el capitán retirado emprendió un largo e intenso periplo. Nada más que en 2006 recorrió alrededor de 22.000 millas y dictó 150 conferencias con el objeto de denunciar, gráficas y videos en mano, la cruda situación de la cual había sido testigo.

 

Con sus persistentes denuncias, Steidler, dio un impulso importante a los expedientes que ya conocía la Fiscalía Penal Internacional, contra Bashir. Bajo los lemas de: "Ahora que usted lo vio, usted lo sabe" y "El olor de la carne humana mutilada es difícil sacársela de encima", contribuyó a crear conciencia de la tragedia y ya no fue más posible, voltear el rostro ante la masacre.

 

Los crímenes de Al Bashir ponen los pelos de punta. Quemas de niños negros. Castraciones de hombres y ulterior abandono a cielo abierto para morir desangrados, embarazos forzosos. Las persistentes sequías que azotan Sudán, fueron y son utilizadas por las huestes de Bashir para sus acciones atroces. Mujeres, hombres y niños, desesperados, en procura del vital líquido, son torturados y cazados como bestias. En este instante, en que usted lee la presente columna, los crímenes siguen y el bribón de Al Bashir los minimiza con el alegato de que se trata de enfrentamientos entre sectas.

 

Recientemente, el fiscal de la mencionada instancia internacional solicitó y obtuvo una orden de captura internacional contra Bashir, basada en sus más de trescientos mil homicidios y tres millones de desplazados.

 

Tales son las ejecutorias del presidente de Sudán. El mismo a quien en su más reciente gira internacional, Hugo Chávez colmó de elogios y hasta tuvo la desmesura de invitarlo a Venezuela, para condecorarlo y hacerle los arrumacos que suele hacerles a los peores criminales. Para colmo, el jefe de Estado venezolano, en medio de tales elogios le dedicó toda su coprolalia a la justicia penal internacional, representada por la Corte con sede en La Haya. Para ver los testimonios gráficos de los crímenes del mencionado requerido internacional, basta pulsar en los buscadores de la Internet el nombre de Brian Steider. Chávez lo habrá hecho, de allí su rebosante entusiasmo en los elogios a su émulo y los insultos a quienes reclaman su captura.

 

 

NO DA PUNTADA SIN DEDAL

 

Los comentaristas menos alertas, atribuyen semejantes declaraciones a la locura presidencial. Chávez es un sociópata, no lo vamos a negar. Un hombre con una programación cromosómica que lo predestina, casi con fatalidad lombrosiana, a la comisión de delitos. Pero de allí a que sea un demente hay un trecho importante. No es inteligente, pero es astuto. Los lectores se servirán recordar la diferencia entre inteligencia y astucia. Inteligencia supone raciocinio. La astucia, por el contrario, es instinto de supervivencia. Las ratas, son astutas, pero carecen de inteligencia.

 

Hecha la anterior digresión retomamos el tema de la presente crónica.

Ante la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional, cursan contra Chávez tres denuncias que han sido admitidas "cuanto ha lugar en derecho", que es como se dice en la jerga judicial, cuando a una demanda se le da trámite para el acopio de las evidencias que servirán para fundamentar el fallo condenatorio o absolutorio.

 

Los expedientes contra Chávez son los siguientes: acusación por los crímenes cometidos el 11 de abril, acusación por la utilización de las llamadas "Lista de Tascón" y "Lista de Maisanta" como instrumentos de persecución por razones políticas y la más reciente, pero la no menos grave "Last but not least". Los supuestos aportes del sedicente gobierno bolivariano de millones de dólares a las FARC, que estarían demostrados en las famosas computadoras del fallecido jefe narcoguerrillero Raúl Reyes.

 

Con todo lo anterior ¿A quién se le ocurre insultar al juez o fiscal que te está juzgando, calificándolo de lacayo y vendido al Imperialismo?

 

 

EL FISCAL MORENO OCAMPO

 

En buena medida, la suerte de Hugo Chávez depende del fiscal, Luis Moreno Ocampo. Un reputado jurista argentino, que tuvo destacada actuación en aquellos juicios en su país, contra los militares que asesinaron y violaron derechos humanos durante los gobiernos gorilas. Si por algo no puede recusarse a Moreno Ocampo es por imperialista, ni por derechista, ni por cachorro de los norteamericanos, para utilizar la germanía Presidencial.

 

¿Qué sentido, entonces, tiene que Chávez haya pretendido descalificar al fiscal que va a dictaminar sobre sus presuntos delitos, con señalamientos tan descabellados? ¿Para qué buscarse la animadversión de un funcionario que hasta la fecha, ha procedido con extrema prudencia –más de la debida, para nuestro gusto- en los casos relacionados con Venezuela?

 

Aquí es donde surge la "no inteligencia" versus la astucia o el instinto de supervivencia.

 

La avalancha de perpetraciones de Chávez en el plano personal, lo colocan –y él ya ha sido suficientemente advertido- en el filo de la navaja de la justicia penal internacional. Es sabido que una de las espoletas que activan órdenes de captura como la librada contra el mandatario sudanés, es la existencia de política de Estado en materia de violaciones contra los derechos humanos.

 

Tan imprudentes fueron los insultos de Chávez y la invitación a Al Bashir que el propio invitado, según lo reseñaron las agencias internacionales, le respondió que volaría gustosamente a Venezuela "a menos que su viaje le pudiese traer consecuencias negativas" a su calenturiento anfitrión. Por lo mismo, por la astucia del personaje, en lugar de imprudencia o precipitación, lo que se constata es el riesgo calculado.

 

 

CHAVEZ: CURARSE EN SALUD

 

Omar Al Bashir, ha pretendido mimetizar sus tropelías tras un fundamentalismo musulmán, mendaz y postizo, porque los musulmanes no son genocidas. Chávez se prepara para excusar la inminente orden de captura internacional en su contra, tras la pretendida sumisión al imperialismo de los magistrados y fiscal del Tribunal Penal Internacional.

 

Los subalternos del gobernante gamberro, que todavía estén a tiempo, en particular los militarotes, deberían desligarse cuanto antes de los crímenes de su jefe. Luego no habrá sino temblores y crujir de dientes, para utilizar la expresión bíblica.

___________________________________________________________________________

Semanario LA RAZÓN

www.larazon.net

Caracas, 05.04.2009

_______________________________________________________________________________________

 

VEA TAMBIÉN:

 

CARRUSEL POLÍTICO / Lo que espera de Manuel Rosales el gobierno de Chávez-PSUV

 

CUENTA REGRESIVA / La "justicia por encargo", otro lunar de la "robolución"

 

Rosales

 

PASANDO LA HOJA / La condena a los comisarios de la PM

 

EXPLORE NUESTRO CUERPO DE "OPINIÓN":

https://enfoques365.net/C2-opinin.html