WASHINGTON, 7 sep (IPS) - Estados Unidos e Israel volvieron a entrar en colisión tras divulgarse esta semana que el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu planea construir cientos de unidades de viviendas en Cisjordania.
Los nuevos proyectos de edificación representan un directo desafío a los planes de paz del gobierno de Barack Obama en Medio Oriente, que hasta ahora se basan fundamentalmente en un congelamiento total de la construcción de asentamientos a cambio de gestos de acercamiento de parte de los países árabes.
Citando altas fuentes israelíes, múltiples informes de prensa señalaron el viernes que Netanyahu planeaba aprobar la acelerada creación de nuevas viviendas antes de implementar el congelamiento total de las obras en Cisjordania.
Las cientos de nuevas unidades se sumarían a unas 2.500 que ya estaban en construcción. Netanyahu también se ha negado a incluir a Jerusalén en cualquier concesión para la paz.
El viernes, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, emitió un comunicado expresando "pesar" sobre la noticia de las nuevas construcciones, calificándolas de "inconsistentes con el compromiso de Israel bajo la ‘hoja de ruta’ para la paz", de 2002.
"Como afirmó antes el presidente, Estados Unidos no acepta la legitimidad de una continuada expansión de los asentamientos, e instamos a detenerla", dijo Gibbs.
La Unión Europea también condenó la nueva construcción de asentamientos, mientras el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, la calificó de "inaceptable".
Abbas ha señalado que un congelamiento de la construcción de colonias es un requisito indispensable para iniciar negociaciones.
Organizaciones pro-israelíes en Estados Unidos elogiaron al gobierno de Obama por sus declaraciones.
El nuevo lobby pro-israelí J Street señaló estar "profundamente desilusionado" por los nuevos planes de construcción, y sostuvo que "el crecimiento continuado de asentamientos imposibilitará lograr una solución pacífica y negociada de los dos estados, que es clave para el futuro (de Israel) como nación judía y democrática".
"Elogiamos a la Casa Blanca por dejar las cosas en claro", dijo Ori Nir, de la organización Estadounidenses por la Paz Ahora. "También reiteramos que el congelamiento de la construcción de asentamientos no es sólo de interés para Estados Unidos. Primero y antes que nada, es por el interés de la seguridad nacional de Israel".
Nir también señaló que la propuesta construcción convertiría a cualquier promesa de congelamiento en algo puramente "virtual".
El parlamentario israelí Ophir Pines Paz, del opositor Partido Laborista, criticó el plan de edificación de viviendas en Cisjordania señalando que era innecesario y perjudicial, según informó el periódico Ha’aretz.
El enviado especial de Obama a Medio Oriente, George Mitchell, ha presionado Netanyahu para que detenga todas las obras en las colonias, de acuerdo con la hoja de ruta de 2002.
Aunque en su momento Netanyahu logró aliviar la tensión al aceptar un congelamiento temporal de los asentamientos ---que según informes duraría por lo menos un año-- su decisión de aprobar la edificación de nuevas viviendas seguramente agravará las tensiones con Washington.
Pero esa justamente podría ser la intención de Netanyahu. Aceptar la demanda de Obama podría causar la división de la gobernante coalición de derecha, que depende en gran medida de los partidos que apoyan los asentamientos.
De esta manera, Netanyahu podría fortalecer su imagen interna apoyando públicamente a los colonos.
En julio, el primer ministro había anunciado un proyecto para construir edificios en Jerusalén oriental, a pesar de las protestas de Estados Unidos, y proclamó desafiantemente la soberanía israelí sobre una "Jerusalén unida".
Como todos los grandes planes para aplicar la "solución de los dos estados" (uno israelí y otro palestino coexistiendo pacíficamente) prevén que Jerusalén oriental sea capital palestina, la declaración de Netanyahu supone un directo desafío a la estrategia de Obama, y resta valor a su muy publicitada afirmación en junio de que aceptaba la idea de un Estado palestino.