Por Daniel Zueras
SAN JOSÉ, 8 feb (IPS) - Laura Chinchilla, del oficialista Partido Liberación Nacional (PLN), se convirtió en la primera presidenta de Costa Rica y en la novena en la historia de América Latina.
Chinchilla sigue así los pasos de las argentinas María Estela Martínez de Perón (1974-1976) y Cristina Fernández (actual mandataria), la nicaragüense Violeta Chamorro (1990-1997), la panameña Mireya Moscoso (1999-2004) y la chilena Michelle Bachelet, que inició su mandato en 2006 y lo entregará el 11 de marzo próximo.
Breves mandatos tuvieron Lidia Gueiler Tejada, presidenta interina de Bolivia entre 1979 y 1980, Ertha Pascal Trouillot, que gobernó Haití entre 1990 y 1991, y Rosalía Arteaga, que por sólo seis días fue la jefa de gobierno de Ecuador en 1997 tras la destitución de Abdalá Bucarám.
La candidata oficialista costarricense consiguió el domingo 46,7 por ciento de los votos (con casi el 95 por ciento de mesas escrutadas), por lo cual obtuvo el triunfo en primera ronda. Para no acudir a segunda convocatoria a las urnas necesitaba superar 40 por ciento de los sufragios.
Las encuestas previas ya daban como favorita a Chinchilla, pero con un margen menor.
Esta politóloga sucederá a Óscar Arias al frente del país, gobernando también con el PLN, de raíces socialdemócratas pero que en los últimos años se ha inclinado hacia tendencias más neoliberales.
En este pequeño país centroamericano, de 4,5 millones de habitantes, 2,8 millones estaban ayer llamados a las urnas, en 6.617 mesas electorales.
Chinchilla ganó en las siete provincias de Costa Rica, y al menos 80 de los 81 cantones que las forman pasaron a ser liberacionistas.
El abstencionismo, que había ido creciendo desde 1998 hasta llegar a 34,6 por ciento en la convocatoria de 2006, disminuyó en esta ocasión a 31,9, aunque el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, Luis Antonio Sobrado, había hablado de un objetivo del 30 por ciento.
El hecho de que una mujer por fin haya conseguido la Presidencia fue visto como algo "normal" por el politólogo Antonio Barrios. Incluso, "por tradición democrática, hubiera sido de esperar haberlo conseguido antes", señaló.
Otro de los resultados significativos de las elecciones fue el fraccionamiento la unicameral Asamblea Legislativa. A partir de ahora, la gobernabilidad dependerá de pactos y consenso entre partidos.
En las papeletas legislativas, el PLN apenas superó 37 por ciento del electorado (con el 89 por ciento de juntas escrutadas), por lo que su presencia en el parlamento disminuirá de 25 curules a 22 ó 23, dependiendo de las cifras finales. La Asamblea Legislativa tiene 57 asientos.
Le siguieron el centroizquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC), con 12 escaños, y la fuerza política más a la derecha del arco parlamentario: el Movimiento Libertario (ML), con nueve asientos.
Más atrás quedaron Unidad Social Cristiana (PUSC), con seis asientos, y la gran sorpresa, el Partido Accesibilidad Sin Exclusión, que de uno pasó a tener cuatro curules. Otros tres partidos obtuvieron un escaño cada uno.
"La Asamblea girará a la derecha" dijo Barrios, que espera eventuales alianzas del PLN con los libertarios. "Chinchilla los buscará por afinidad ideológica antes que al PAC" concluyó.
En todo caso "necesitará mucho diálogo", y los acuerdos serán todavía más complejos que en la administración Arias, que concluirá el próximo 8 de mayo. Barrios también intuyó que Chinchilla se acercará a los diputados más moderados del PAC y el ML.
El descalabro del PAC ha sido importante. Si bien es cierto que remontó a última hora las encuestas que lo colocaban como tercera fuerza política, su candidato, Ottón Solís, apenas llegó a 25,1 por ciento del electorado, frente al 39,8 por ciento que obtuvo en 2006, cuando se enfrentó a Óscar Arias, donde fue derrotado por apenas un punto porcentual.
En esta ocasión no ha podido repetir resultados. Tampoco en las legislativas, donde de 25,8 por ciento descendió a 17,6 por ciento.
Por ello, y tras haber sido candidato del PAC tres elecciones consecutivas, ayer Solís anunció su retiro en el discurso de aceptación de la derrota. "La renuncia era de esperar" explicó Barrios, y agregó que no debía haberse presentado en esta ocasión, dejando paso a "sangre nueva e ideas frescas".
Costa Rica, además de tener a su primera mujer al frente del gobierno, contará con 23 diputadas en la Asamblea Legislativa, poco más de 40 por ciento de los curules.
Pese a todo, el hecho de que Chinchilla acceda a la Presidencia no genera grandes expectativas entre las feministas del país.
Al menos, así lo declaró María José Chávez, dirigente de la organización feminista costarricense Cefemina: "No va a traer mejoras en los derechos de las mujeres necesariamente. Ya dijo ella que ser una mujer no significaba nada, porque hombres y mujeres somos iguales. Esas declaraciones nos terminaron de confirmar que no esperamos cambios en nuestras reivindicaciones".
Chinchilla se ha mostrado reiteradamente contraria al aborto, así como al Estado laico, y no ha hecho ningún gesto a favor de temas como el de la unión civil entre personas del mismo sexo.
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