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Por Julián Rivas

La oposición perrorabiosa fue derrotada el pasado 15 de febrero. Algo más, es una derrota que ocurrió cuando menos lo esperaban, porque incluso ni cuando el referéndum presidencial del 2004 daban por adelantado el triunfo como en la fecha reciente.
Esta derrota de la oposición es continuidad de la que recibieron en noviembre de 2008.

Doy un ejemplo, Ramón Martínez  controlaba diez u once alcaldías, además de la gobernación del estado Sucre. Al perder tal control burocrático, afectó su clientela. Por ahí se explica parte de los resultados. Hay mayor presencia de la revolución en Sucre, que gana espacios políticos que los “mandarinos”, el MAS y Podemos, tuvieron en ese estado. Algo parecido ocurrió con Aragua.

La oposición perrorabiosa pensó que podía ganar el referendo.  Y apostó a eso. Pretender darle un sentido diferente a lo que acaba de ocurrir, es otra razón para no proveerle ninguna hidalguía a estos señores de la oposición. Bien sabemos de lo que están compuestos estos señores. Señores, perdieron.

  Y lo que enarbolan ese discursito de la conciliación, solo buscan ganar tiempo para imponer su “proyecto de país”. Viendo Globovisión, este jueves pasado, vimos parte de la estrategia. Por un lado este joven de la FCU, el Sánchez, dice que desde las universidades –y lo dice con sentido de propiedad, ojo, como si las universidades fueran suyas- se preparan para gobernar miles de jóvenes, su generación. Y lo dice con un hablar acelerado, como si fuera grabador acelerado. Es decir que los opositores perrorabiosos ven a las universidades como laboratorio de un proyecto burgués y antilatinoamericano, aunque esos centros se administran con dinero público.

Otro ejemplo, visto por Globovisión, es el señor Blyde, que según parece ahora es del partido de Manuel Rosales. Es decir, un copeyano metido en AD. Blyde pide conciliación real, pero inconscientemente dijo que hay que construir  “una alternativa de país”, una opción de poder, y para eso se preparan jóvenes en las universidades. Remata señalando que  en la oposición hay canibalismo político, lo que dificulta el logro de tales objetivos.  Sin duda alguna, estamos en presencia de un proyecto por un poder antipopular paralelo.

                                       AGARRAR EL TORO
   En el mundo de hoy el problema económico marca a todos los países. Venezuela no puede escapar a esta realidad, pero advirtiendo que hay especificidades, y hay intereses, que son los intereses económicos del liderazgo opositor. Y nuestro país tiene que encarar la inflación, un fenómeno. El petróleo baja de precios, pero sigue siendo nuestra fortaleza. Primero que todo se necesita romper con la alta incidencia de alimentos, bebidas, comida en hoteles, restaurantes y taguaras, en el proceso inflacionario. Aunque algunos digan que el asunto tiene un fundamento económico, hay que advertir que también en este punto hay mucho de picardía, sinvergüenzura y vicios viejos. Así las cosas el asunto es político también.

 Pero hay que producir. No podemos tener un  país en el que uno va San Cristóbal y le venden como recuerdito una caja de jalea de guayaba hecha en Colombia. O que uno va a Güiria y le venden para llevar un frasco de picante original de Trinidad.

                                      LAS REGIONES
Hay que apurar los proyectos económicos. Insistir en el desarrollo equilibrado de todas las regiones. Es increíble cómo dejamos pasar las oportunidades. Venezuela posiblemente tiene la mayor reserva de variedades de aguacate en el mundo, pero hasta Israel produce mayor cantidad de aguacates. O que el cacao no tenga mercados, una herencia de la Cuarta República, de cuando el señor Redmont se creía El Rey de los Chocolates, gracias a sus influencias en Fedecamaras y en AD y Copei.

El planteamiento socialista tiene que impulsar la actividad económica. Algo se ha hecho pero hay que hacer más. Es la mejor manera de poner en su sitio a los opositores perrorabiosos.

Insistimos en que se haga justicia con algunas regiones. Por ejemplo, qué planes hay para Yaracuy. ¿Por qué en esta región de Centro Occidente, siempre leal a la idea de la revolución, no hay proyectos que generen de manera acelerada empleo, que dinamicen la economía? ¿Por qué no estudiar la instalación de actividades petroquímicas en este estado? Muy fácilmente se puede combinar agro con desarrollo petroquímico. Más sencillo, por qué no se hace una combinación de San Felipe y Aroa en una gran plan de turismo. Hay montañas, parques, ríos y lugares históricos, como las Minas de Aroa, para que esto esa posible.

Igual con Trujillo. Pocos estados ofrecen la posibilidad de impulsar el turismo de montaña como Trujillo. Hemos estado en La Puerta y damos testimonios de su potencial. ¿Pero cuando se habla de nuevos Teleféricos en Venezuela, alguien con decisión ejecutiva habrá considerado a La Puerta? Un sitio histórico, Santa Ana de Trujillo, lugar de encuentro entre Bolívar y Morillo, es un buen sitio. Con una vista hermosa, que se pierde en tierras que dan al lago de Maracaibo. ¿Alguien habrá pensado en un Teleférico desde Monay o Trujillo hasta Santa Ana?. Señores, la incorporación de Teleférico en el turismo ha crecido en México, aquí hay que apurarla.

                          ¿POR QUE VENEZUELA NO?
Vemos por ahí que el experimento de siembra de uvas en Lara lo inició una universidad pública y luego de apropió del mismo un monopolio privado. Pero viéndolo bien, en Chile hay un valle llamado Azapa donde se produce oliva. (por cierto, Azapa es probablemente la única región de Chile donde predomina la población de origen afroamericano). Hasta en Colombia se trabaja en experimentos de siembra de oliva. ¿Por qué no en Venezuela?

En los campos de Trujillo hay variedad de tierras, climas, para experimentos de todo tipo. ¿Por qué los genios de la investigación en Venezuela gustan de vivir en el centro? Los campos de Trujillo -el mayor productor de hortalizas verdes del país-,  se parecen a los campos de té en puntos de Asia, como en Bogor, Java, Indonesia. Hay que tomar iniciativas para todo.

Hay que generar empleos. Es un imperativo. Tanto en producción de bienes, como en servicios. En qué región asentamos centros de investigación y desarrollo biotecnológicos, un punto en el que los cubanos pueden transmitirnos experiencias. ¿Trujillo? ¿Yaracuy?.
Por cierto, nuestra industria aéreo-comercial necesita reimpulso. Vemos que la isla Mauricio tiene más aviones comerciales que Venezuela. El mercado aéreo desde y hacia Venezuela en 90 por ciento o más, tiene dominio de empresas foráneas. Hay que corregir con visión nacional y latinoamericanista, de integración por supuesto.

El caso es que la crisis financiera neoliberal que ha trastocado al resto de las actividades económicas, y primero que todo al sector servicios de los centros capitalistas, ha roto la lógica neoliberal. Los opositores perrorabiosos, tan dados al empeño neoliberal, ahora adornan sus discursos y juegan a la futura toma del poder. De las mayorías depende dejarlos con las ganas.