Por Antonio José Monagas
En lo que va de año, la vida política nacional se ha descompensado. Esto significa que el país ha visto recrudecer problemas derivados de contradicciones profundamente expuestas por quienes han vivido convencidos de las capacidades y potencialidades de la praxis democrática. La profundización de “la revolución”, tan abruptamente como lo sentenciara el ex teniente coronel Chávez Frías, causó la borrasca que actualmente asfixia a los venezolanos.
Si las exasperaciones incitadas por causa de los sucesos de 2002 y 2003 quebraron al país dividiéndolo en dos bloques políticamente definidos, ahora la tendencia apunta a situaciones aún peor. La polarización es lugar común en todo ambiente donde confluyen más de dos personas. Además, es casi “a muerte”. Más, por las lecciones del “caudillo mayor” que exceden toda consideración de mínima tolerancia pues su soez vocabulario busca emularse en escenarios donde algunos exhiben el orgullo de actuar o ser adulador, genuflexo, subalterno, dócil, subordinado, sumiso, arrodillado, politiquero advenedizo o falto de vergüenza.
El respeto desapareció del mapa de valores políticos que utiliza el “oficialismo”. Ahora se estila ofender, humillar, engañar, denigrar a quienes enarbolen la bandera multicolor de la oposición democrática. El lenguaje gubernamental en boca de ministros y “lamebotas” de toda estirpe y condición, evidencia un cuadro administrativo público deprimente que deja ver la indecencia, el desprestigio y el descrédito que se promueve desde las alturas del poder. ¿Cómo será con el desdichado y decrépito socialismo?
La confusión está devorando los principios morales, mientras que la corrupción ha engullido los principios de justicia social. La impunidad alcahueteada por el Alto Gobierno abochorna cualquier parecido con los argumentos descritos por Nicolás Maquiavelo en su agudizado cuestionamiento al gobierno monárquico. Incluso, con alucinaciones de comiquitas bizarras. Es decir, el gobierno convirtió al país en un laboratorio de política invertida donde la matemática del régimen demuestra que la sumatoria de factores negativos arroja como resultado un elemento positivo. Y viceversa, pues estos gobernantes no pierden ninguna a pesar de que la propia Constitución y demás leyes de la República plantean lo contrario.
En medio de tanta descomposición, donde sigue dominando la antipolítica por efecto de tan contradictorias tendencias, el abuso se revalorizó como criterio de acción. Además, como razón de determinación jurídica y condición de motivación política. Por eso, el abuso se convirtió en valor revolucionario. “Revolución” sin tan trascendental componente, no es “revolución”. Es el dispositivo que mecaniza y dinamiza la “revolución roboliviana”. Tan determinante es su utilización y función para este gobierno, que deberá reconocerse que “abuso” mató a “confianza”.
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VENTANA DE PAPEL
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¿SALDRÁ VENEZUELA DEL “TUNEL” O DE LA “CAVERNA”?
Tan contundente pregunta, ha sido motivo de interesantes reflexiones animadas por el verbo del ex rector de la Universidad de Los Andes, José Mendoza Angulo, quien disertó ante un nutrido auditorio el pasado martes. Las posibles vías para superar las dificultades que tienen atascado al país, fueron debatidas en aras de incitar el desarrollo económico y social al cual la sociedad venezolana tiene pleno derecho. Sin obviar las sendas de la violencia utilizadas por el gobierno para demostrar su fuerza por encima de cualquier otro medio de coacción política, el conferencista insistió en preferir el camino democrático caracterizado por el voto popular, la resistencia pasiva y el trabajo de las organizaciones populares como base de convergencia de las voluntades políticas nacionales. El momento fue además oportuno para destacar ingentes problemas que agobian al país en virtud de los desafueros que el Alto Gobierno alienta como medida de profundización de la revolución que se empeña en justificar. Aunque hubo opiniones que apuntaron al esfuerzo de organizarse políticamente para lograr un acuerdo nacional a través de un proyecto de empuje hacia la democracia. Y para lo cual, se necesitará una debida organización política y popular capaz de formalizar un programa unitario que ilustre el camino para articular las capacidades que tan magno esfuerzo demanda.
UNIVERSITARIOS RECURREN AL APOYO POPULAR
La caótica situación que arrastra la Universidad venezolana por causa del despilfarro financiero aprobado por el Gobierno central en tiempos de la bonanza fiscal generada por los abultados ingresos petroleros que se dieron durante 2006, 2007 y 2008, ha animado a estudiantes de la Universidad de Los Andes a salir a la calle a solicitar el apoyo popular. Tan inusual acción, reflejó el sentimiento de solidaridad de estos universitarios quienes en ningún momento se inmutaron para pedir de todos la colaboración monetaria para superar las carencias que la Universidad de Los Andes comienza a sentir para la adquisición de reactivos y componentes que, paradójicamente, según criterio gubernamental, pasaron a catalogarse como “gastos suntuarios”. Particularmente, aquellas Facultades cuyos procesos de formación requieren insumos para prácticas de laboratorios. Mientras tanto, la presidencia de Venezuela derrocha en viajes de placer de la familia presidencial, sus adláteres y más cercanos colaboradores. Peor aún. Sigue haciendo donaciones e injustificadas compras de armamentos de guerra. Aunque al Alto Gobierno nacional podría compadecerse y revertir la medida que inhabilita a la Universidad por culpa del cruento recorte presupuestario que afecta su movilidad académica. ¿O es que ahora estos estudiantes deberán aprender con los mismos videos cubanos que precariamente utilizan los estudiantes de las universidades socialistas?
¿FRACTURADA DIRECCIÓN UNIVERSITARIA?
Los vientos que en los últimos tiempos han soplado sobre la Universidad de los Andes, han sido tenaces. Desde los causados por el gobierno central mediante el injustificado recorte, sacrificando con ello el manifiesto compromiso de impulsar la educación superior por encima de toda contingencia, hasta los que ha incitado la violencia estudiantil cuando inexorablemente perjudica la movilidad institucional y merideña. A esto se suman riesgosas determinaciones que sólo reflejan problemas de incoherencia en la dirección universitaria avivándose posibilidades de fractura en los procesos de decisión que pueden devenir en graves consecuencias para la autonomía universitaria. En este sentido, la preocupación que aduce el comunicado del Coordinador del CDCHT, profesor Alejandro Gutiérrez, frente a problemas en la conducción institucional, exhorta un profundo llamado a mantener “un clima de respeto, diálogo, cooperación y de apego a la Ley de Universidades y demás normas que rigen la administración de la Universidad”.
HABLEMOS EL LENGUAJE CULTO
El proselitismo político ha vulgarizado no sólo la forma de vestir. También al lenguaje. Hoy muchos hablan mal. Y tiene que ver con el mal uso del género. En español existen participios activos como derivados verbales lo cual permite decir, por ejemplo, presidente mas no presidenta. Igual se dice estudiante, no estudianta. Ardiente, no ardienta. Paciente, no pacienta. Comerciante, no comercianta. Representante, no representanta. Periodista, no periodisto. Economista, no economisto. Soldado, no soldada. Socialista, no socialisto. ¿Por qué sigue diciéndose: el perro y la perra son los mejores amigos y las mejoras amigas del hombre y la mujer?
Mérida, 08.06.2009