CUENTA REGRESIVA
Todo cuanto se diga es poco, en cuanto a la máquina infernal que ha descargado el presidente Hugo Chávez contra Globovisión, sus dueños, gerentes y trabajadores. Lo acaba de afirmar el maestro de periodistas Javier Darío Restrepo: "La buena prensa es la que molesta a los gobernantes", afirmó en entrevista exclusiva de Inter Press Service (IPS). Y es totalmente cierto.
Independientemente de que nadie pueda suscribir el cien por ciento de la programación o contenidos de una televisora, una radioemisora, un diario o un periódico digital, la esencia de la pluralidad informativa y de opinión radica en la pluralidad de tenencia de medios. Es decir, mientras más medios de comunicación existan en manos de diversas personas o grupos de personas, más diversidad comunicacional tendrá una sociedad. Y es lo que molesta al gobierno venezolano y personalmente al presidente Chávez. Más, cuando parte de la programación de un medio de transmisión abierta y por cable, como Globovisión, es la denuncia, la crítica y la contrariuedad ideológica de los postulados gubernamentales.
El problema no es Globovisión. El problema es la vocación monopartidista del gobierno, el autocratismo de su Presidente y la prepotencia que anima al Jefe del Estado y a sus riquísimos burócratas, fundidos en el abuso de poder, la corrupción, las arbitrariedades y la ineficiencia (muchas veces por simple ignorancia e imcompetencia). Esas desastrosas cualidades del gobierno es lo que quieren esconder. Aspiran que la sociedad venezolana se conforme con las omisiones, mentiras y manipulaciones de Vwenezolana de Televisión, Radio Nacional de Venezuela, YVKE Mundial y demás medios radioeléctricos del Estado, secuestrados por el sectarismo chavista.
BRUTAL EMBESTIADA
Globovisión tiene virtudes y defectos, como todo medio de comunicación. Sobre los defectos tendrán que actuar sus propietarios, directivos y profesionales de la información, pero ninguna base constitucional ni jurídica tiene el gobierno para matar esa televisora, como han amenazado Chávez y varios de sus ministros y parlamentarios.
La brutal embestida que Chávez ha lanzado contra Globovisión no sólo es autoritaria sino de corte fascista-militarista. El intento de asfixia es obcesivo por parte de Chávez, ahora con su sicario comunicacional, Diosdado Cabello, en el ministerio de Obras Públicas con las teclas de CONATEL en sus manos. "Todo el poder contra Globovisión", parece ser la consigna robolucionaria, porque la decisión de someterlo a la censura chavista o cerrarlo es un hecho.
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Semanario LA RAZÓN
www.larazon.net
Caracas, 07.06.2009
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La buena prensa es la que molesta a los gobernantes, confiesa Javier Darío Restrepo, maestro de periodistas