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Por Richard Casanova (*)

El Teniente Coronel Chávez Frías terminó su periplo para repartir el dinero de los venezolanos, comprar armas y visitar a algunos de los regímenes más oprobiosos del planeta, con la excepción de España, donde además de dejar 8.000 millones de Euros, fue a congraciarse con el Rey que le dijo "¿Por qué no te callas?". Pero nada de esto sería tan serio e indignante, si no fuera por la situación calamitosa que vive el país.

Lo cierto es que con el cinismo y la prepotencia de siempre, el Teniente Coronel celebra el "éxito" de la gira, desde el "balcón del pueblo" anuncia a una escasa audiencia que compró unos "coheticos" y que ahora todo el mundo conoce a Venezuela.  Es cierto pero ¿Cómo es conocida?  Sus mas cercanos jalaboladores se ufanan de que "Chávez es un personaje". Por supuesto que lo es: Churchill lo era pero Hitler también, Bolívar era un personaje pero Bóves y Morillo también. Musolini, Bin Laden, El Chacal, Fidel y hasta Raúl Reyes pueden ser calificados como "personajes" y forman parte de la historia, que no siempre es luz sino también oscuridad.

Hablando de oscuridad, Chávez no debería sentirse orgulloso de comprar esos "coheticos" y otros juguetes bélicos de tan avanzada tecnología, sino avergonzarse de que en Venezuela hay apagones de luz todos los días y cada vez más frecuentes, como los había en Cuba antes de que él comenzara a regalar 90.000 barriles diarios de petróleo.  Firmó un convenio con Irán ($$) para desarrollar energía nuclear pero no tenemos luz.

El personaje debería sentirse avergonzado por los índices de criminalidad del país que angustian a los venezolanos, mientras él hace turismo como un gran capitalista en Venecia y calma su insaciable ego mandándose a hacer un documental en Holywood, la meca cinematográfica del imperio.  Al menos las estatuas que se mandaba a hacer Mussolini eran mas baratas!!

El personaje debería avergonzarse de que su liderazgo ya no entusiasma como antes y ahora su gobierno se ve obligado a la represión para contener las protestas y exhibe una bochornosa lista de presos políticos.  Debería recordar sus discursos de antaño sobre los Derechos Humanos y explicar la prisión de un joven de apenas 22 años en una cárcel de alta peligrosidad, para solo mencionar la más reciente injusticia. ¿Tan débil está el gobierno que hasta un muchacho puede desestabilizarlo? 

¿Tan frágil es el piso político del régimen que puede moverse con unos supuestos mensajes de texto transmitidos por Globovisión?  A un gobierno exitoso, con gestión y respaldo popular, no le interesaría cerrar medios de comunicación para perder legitimidad democrática y deteriorar su imagen internacional.  Si lo hace es porque no tiene otra manera de ocultar el fracaso de un régimen inmensamente inepto y corrupto, cada vez más aislado del sentimiento popular y distante de las reales necesidades de la población. ¿Es eso motivo de orgullo revolucionario? Chávez no es socialista, ni su gobierno de izquierda, mucho menos revolucionario. De eso no tengo dudas y de que es un personaje, tampoco.

(*) Dirigente del MAS / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Venezuela.