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Por Julián Rivas
 
El gobierno de Islas Marshall es tan precario que puede tener una representación diplomática  en un local parecido a un puesto de venta de ropas del mercado del Cementerio en Caracas. Pero el voto de Islas Marshall sirve para apoyar a Israel, para mantener el bloqueo a Cuba, para todo lo que Estados Unidos quiera en su estrategia de dominio global. Lo mismo pasa con Palao o los Estados Federados de Micronesia. Independientes entre comillas o como Estados Libres Asociados, también entre comillas, estos países pertenecen a Estados Unidos y los militares gringos así lo garantizan. Si Colombia se descuida, va a terminar en lo mismo.
 Desde que Estados Unidos se enseñoreó en el Pacífico Asiático en 1898, cuando le ganó la guerra a España, controla esa región, lo que fue la vieja Filipinas, Carolinas y Marianas. No hay quien los saque de esa región. Tampoco hay quien los mueva de Puerto Rico, y llegará el momento en que se hará irreversible su presencia en Colombia. Si no los sacan temprano, como en Vietnam, vamos a tener vallenatos en inglés.
Bikini es un  atolón de las islas Marshall donde en la postguerra, por 1946, Estados Unidos hizo pruebas nucleares. Por el mismo tiempo, un diseñador francés (¿de dónde más podía ser?) experimentaba trajes de baño de dos piezas. Las pantaletas bikín siguen en la moda, mientras la isla o atolón  que le dieron nombre, sigue en la ruina. Los Estados Unidos, aunque envueltos en una crisis económica,  y con un presidente tostadito, sigue siendo un imperio con enorme gasto militar, experimentos nucleares y con control de pequeños y medianos países.
Hay que respetar a todos los pueblos del mundo. Lo lamentable es que por causa de sus dirigentes, o de la debilidad de sus instituciones, o porque existe Estados unidos, hay naciones que dan tristeza. Qué no harán los gringos en Colombia, con más territorio que Islas Marshall. Desde hace rato hemos advertido, por lo demás, que había que mantener nuestra frontera con Colombia con una ventanita abierta. Ojo pelao. “Las guerras no son limpias y ninguna puede serlo”, dijo el jefe paramilitar Carlos Castaño. Ahora promueven disturbios desde el otro lado del Río Táchira, y se asoman nuevas oleadas de refugiados. Imagine el futuro, incluso 2010, cuando se estrenen los gringos masivamente en Colombia, porque hace rato andan de asesores bélicos.
NO SE VA FACILMENTE
Estados Unidos ha demostrado que es como el borracho que tiene largas despedidas. No se va fácilmente. Una vez que toma aposento, para sacarlo cuesta sangre, sudor y lágrimas. Siguen en Guantánamo, Puerto Rico, Palaos, Islas Marshall o Hawai, donde entraron engañando a un rey. No olvidemos a Alemania o Italia. Sorprende que en Colombia haya tanto silencio cuando el uribismo le da toda la potestad e inmunidad a los gringos para que instalen bases militares, intimiden y espíen a los vecinos, además de que pueden hacer guerra interna y monitorear el narcotráfico.
Curiosamente es con el señor Obama, seudoizquierdista y premio Nobel de la Paz, cuando Estados Unidos reconquista espacios perdidos y control militar a lo largo del globo. El hombre del “We can change” está cambiando, pero para reacomodar al imperialismo norteamericano. Pensar que hace unos 15 meses hubo más de un incauto que creyó que Obama era bueno. Claro que es bueno, el desgraciado es Estados Unidos.
España en 1898 se vio obligada a ceder Filipinas, Puerto Rico y Guam. A duras penas mantuvo las Islas Marianas, Carolinas y Palaos, y como el estado español estaba tan quebrado y desmoralizado las vendió a Alemania en 1899 por 25 millones de pesetas. Todas, con el tiempo, terminaron en manos de Estados Unidos.
Los gringos se han enseñoreado en el Pacífico, en el Caribe, en todos los mares. Es una estrategia de  dominio global. Todavía algunos dudan que eso se llama imperialismo, y califican a Estados Unidos como la cuna de la democracia y la civilización. Pero, qué dirá Teodoro, Pompeyo, Henry Ramos, Leopoldo López y otros de la oposición perrorabiosa sobre las bases gringas en Colombia.
El Sudeste Asiático pretende ser una Unión como la Unión Europea para el 2015, casi 600 millones de cristianos, musulmanes y budistas. Un obstáculo para legislar en el colectivo de naciones es que  no todos están de acuerdo con las bases militares de los gringos. Afganistán, Irak, Corea y Japón tienen bases gringas. Ahora Colombia. Pero qué dirá la oposición perrorabiosa.
La oposición cree que va a ganar muchos curules en la próxima elección de la Asamblea Nacional, que reajuste las proyecciones. Más modestas, por favor. Mientras haya gringos por los lados de Cúcuta, olvídese que el pueblo venezolano va a estar alegre. Y los opositores no quieren hablar de eso, menos condenarlo. Cada semana viajan por cambote a Washington. Están echando a perder muchachos. Habrá que abrir una ruta Maiquetía-Washington, directo al Ronald Reagan Airport. Ya lo dijo Chomski, no ha habido presencia extranjera que no haya contado con apoyo de algunos nativos.
Escuche todos los jueves  a las 7 am el programa Medio Orientando por la Radio del Sur, con el abogado e internacionalista Raimundo Kabchi y los periodistas Rosangélica Martínez y quien les escribe.

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