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Por Richard Casanova                                                                     [email protected]

Nada de revolucionario tiene que el poder central asuma competencias de las gobernaciones y alcaldías, eso es lo mismo que pasaba en la llamada IV Republica antes de que se impulsara la descentralización en Venezuela.  Lo grave es que ahora dichas competencias son arrebatadas en un acto de sectarismo y abuso, apostando a que esos mandatarios fracasen en su intento de resolver los problemas del pueblo, principal víctima de esta tropelía.  

Nada de revolucionario tiene que el Presidente regale a otros países el dinero de todos los venezolanos. Eso es lo mismo que hizo CAP cuando regalo el Sierra Nevada a Bolivia, solo que ahora no se trata de un barquito sino de la bicoca de 53.000 millones de Dólares, una colosal suma que hubiera resuelto los principales problemas de nuestro país.  Nuevamente, el principal afectado es el pueblo venezolano.

Nada de revolucionario tiene que el Presidente utilice fondos públicos para beneficiar a sus allegados y financiar campañas electorales. Por eso casi sale del poder Jaime Lusinchi, aunque en aquella oportunidad fue por la compra de 23 rústicos para AD y ahora utilizan todos los vehículos, aviones, canales de TV, han saqueado a PDVSA y todas las dependencias oficiales están siendo defalcadas.  Vaya revolución, todos los recursos del Estado en función de los intereses personales del Presidente y de la boliburguesia que se ha enquistado en el poder.  Nada de revolucionario tiene que el gabinete sea tan incompetente, corrupto y que actúe bajo la protección incondicional de su líder. Eso es lo que hacen todos los malos gobiernos, solo que en este caso las demás instituciones de la Republica exhiben una obscena complicidad: TSJ, Asamblea Nacional, Contraloría, Fiscalía y hasta el organismo electoral termina como proxeneta del régimen.

Nada de revolucionario tiene que un Teniente Coronel reparta el poder entre sus "compañeros de armas" y militarice el Estado, mientras es devastada la FAN como institución.  Nada de revolucionario tiene que -además- pretenda eternizarse en el poder. Estas son las cosas que hicieron todos los dictadores militares en América Latina a mediados del siglo pasado.

Nada de esto tiene que ver con las ideas del socialismo moderno, ni con las luchas de la izquierda democrática en el mundo. Ni Chávez es socialista, ni su gobierno es de izquierda. El Presidente ha usurpado tal condición, igual como ha usurpado la doctrina bolivariana y la condición de revolucionario.  Al mejor estilo capitalista, para esta usurpación se ha valido de una grosera campaña mediática y publicitaria financiada con recursos públicos. Nuevamente el perjudicado es el pueblo. ¿Para que entonces una "revolución" perpetua?   Ojala gobierne los 4 años que le quedan y que los venezolanos le puedan ver algún día el queso a la tostada... NO es NO.