Por Luis Manuel Escalante*

 

 

 Hace algunos años criticaba a través de artículos de opinión, mensajes de Internet e, incluso, mediante glosas, que el presidente de la República en vez de presentar ante el Legislativo su Memoria y Cuenta, se limitaba a contar cuentos de memoria. Eso ya empezó a superarse el año pasado, pero me parece que aún no está dando su mensaje completo. Se esmera en explicar aspectos obvios y deja de lado asuntos fundamentales, o no concluye algunos temas planteados y al final remata con anuncios que bien pudieran darse en otro momento, pero que en estas ocasiones sirven para el aplauso, obtener titulares de prensa, dar de qué conversar y propiciar el olvido de aquellos temas que no completó.

 

Por ejemplo, en su mensaje del 15 de enero habló del problema del racionamiento eléctrico y las recientes medidas al respecto, pero no informó a cerca de las turbinas que están paralizadas en Guri por falta de mantenimiento, lo que está reduciendo a menos del 70% la capacidad de generación de nuestras plantas hidroeléctricas, agravadas por los efectos del Fenómeno del Niño, que no es la única causa. Así que no es simplemente “un problema político”, sino también técnico y ambiental.

 

En otro aparte de su alocución se refirió a los cientos de miles de hectáreas de tierras confiscadas por el Gobierno y que éste prefiere llamarles “rescatadas” aún cuando nunca han sido suyas; pero no dijo el Jefe del Estado si esas fincas son ahora más productivas que antes, ni mucho menos. Lo que se observa en los lotes que le arrebataron a la Hacienda Santa Teresa, en Aragua; y Río Turbio, en Lara, por señalar sólo dos ejemplos, es que se les están haciendo grandes gastos y no están produciendo nada. Tampoco dijo cuánto es la erogación en estas actividades.

 

En esa misma línea destacó que “pese al fuerte verano … aumentó la producción agrícola”, pero no señaló en qué rubros, ni en cuánto. Lo que indican otras fuentes es que la caída fue enorme. No obstante saltó directamente al incremento de la ingesta kilo calórica del venezolano, como si se tratara de la misma materia, sin reparar en que ese incremento obedece a las importaciones, cuya consecuencia directa es una contracción de la producción interna por la competencia desleal que se está generando.

 

Todo esto produce desempleo en el medio rural y el resto de la cadena agroalimentaria, lo que está propiciando mayor auge de la inseguridad en el campo, pero el Presidente informó que “se han creado miles de puestos de trabajo” en las zonas agrícolas. No especificó dónde, ni en qué rubros. Lo que se observa en ese medio es todo lo contrario, al menos  que esté aceptando como empleados a los rojo rojitos que acompañan a la Guardia Nacional en las tomas de las fincas. Habría que definir a estos nuevos “trabajadores del campo”.

 

El primer mandatario tampoco informó cuánto nos está costando la ALBA –y se trata de memoria y cuentas- De Nicaragua, según informaciones provenientes de Managua, sabemos que pasaron de 300 millones de dólares en 2009, sin contar las plantas eléctricas que se le donaron; pero no hay datos contables referidos a Bolivia, Ecuador, Cuba, ni mucho menos cuánto le costó y le sigue costando al erario público todo el conflicto de Zelaya en Honduras.

 

Insisto en que se trata de erogaciones de recursos de la Nación que deben ser informados al Poder Legislativo y al pueblo, que está siendo el más perjudicado porque se le están dejando de ejecutar obras, incluyendo el mantenimiento de nuestro sistema eléctrico, por enviarles recursos a otros países.

 

El presidente prefiere obviar estos datos, hablar de otros temas y terminar anunciando aumentos salariales que deberían ser producto de negociaciones tripartitas, como lo manda la Ley, y no decisiones unilaterales. Pero tales anuncios le ayuda a elevar su popularidad y es eso lo que le interesa: ganar puntos, aunque Venezuela siga perdiendo.

 

En diez años hemos perdido calidad de vida, seguridad, libertades, puestos de trabajo dignos, capacidad productiva, competitividad, atracción de inversiones, imagen como país, crecimiento económico, bienestar social, nivel cultural y educativo, nivel técnico y gerencial; y sólo estamos ganado en la nivelación social y distribución del ingreso: vamos rumbo a la pobreza generalizada; hemos ganado un buen puesto como país con mayor índice de inseguridad, mayor número de mortalidad neonatal, incremento de las enfermedades que se creían ya superadas y un profundo deterioro de las instituciones democrática. El presidente no lo dijo todo.

 

* Periodista

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