Votar: 

• Currently 80
• 1
• 2
• 3
• 4
• 5

¡Gracias por votar!

(4.00) 1 Votos

51 Lecturas   

Último informe de la DIM sobre el 27-F

Por Reuben Morales

Comandante Presidente de La República y El Repúblico Hugo Rafael Chávez Frías.

Por medio del presente informe nos dirigimos a usted para informarle que el día viernes, 27 de febrero, usted fue víctima de una celada en sus narices sin ni siquiera darse cuenta.

La emboscada en cuestión, se llevó a cabo durante la misa que se ofició en El Calvario para renovarle el bautismo a usted y conmemorar los 20 años del Caracazo. Tras ver varias veces el video del momento en el que el sacerdote Adolfo Rojas le dedica una oración a usted, hemos llegado a la conclusión de que eso fue, prácticamente, un llamado a magnicidio en su contra. A continuación le presentamos algunas transcripciones del video y la explicación de por qué las consideramos evidencias claves:

Comenzando la oración ya mencionada, el cura le dirigió unas palabras a usted, diciendo: "El Cristo que te regeneró". ¡Ajá! ¿Qué quiso decir? ¿Qué usted antes era un degenerado? ¡Mosca, pues!

Más adelante dice, claramente: "Nuestras manos hacia el señor Presidente". ¡Clarito!: que le dieran unas manos. Menos mal que los guardaespaldas estaban ahí presentes.

Después sigue: "Vamos a decir una oración para que el señor lo ayude". Si está pidiendo ayuda para usted, quiso decir que usted la necesita porque está debilitado. ¿Acaso él sabe algo que nosotros no sabemos? ¿Qué le confesó usted en el confesionario? No se preocupe, que igual lo sabremos pronto. El confesionario estaba pinchado.

Sumado a todo esto, el padrecito nos derribó un flanco estratégico: nos metió de gratis en un impasse diplomático con Cuba. ¿Cómo se le ocurre mandar bendiciones a Fidel? ¿Acaso no recuerda que él prohibió la religión católica allá?

Hay dos elementos interesantes en la oración "que tu corazón no odie a nadie, sino des amor, como te conocimos cuando antes no eras sino un hombre flaco". En primer lugar, dejó al descubierto la estrategia suya de sembrar odio y divisiones en la población al pedirle que no odiara a nadie. En segundo lugar, lo ridiculizó delante de todos mencionando lo gordo que se ha puesto desde que llegó al poder.

Ya para terminar, también consideramos de alta sospecha el gran crucifijo que estaba en el altar. Es que mientras usted lo sujetaba, el Cristo tenía una cara de "¡coño, suéltame, que me voy a quedar sin aire!".

Es todo, Comandante. Esperamos sus órdenes para tomar acciones.

¡Patria, Socialismo o Muerte!

D. I. M.